{"title":"急性肾小球肾炎","authors":"J. Exantus (Praticien hospitalier)","doi":"10.1016/S1245-1789(21)45218-2","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><p>La glomerulonefritis aguda es una afectación inflamatoria aguda no supurativa de los glomérulos con proliferación endocapilar. No se conoce bien su incidencia actual debido a las formas subclínicas. La mayoría de los pacientes presentan un síndrome caracterizado por la aparición repentina de hematuria macroscópica, edemas, oliguria o hipertensión arterial. Puede ser de causa infecciosa o no. El diagnóstico de la glomerulonefritis aguda no secundaria a infecciones es histológico y requiere un tratamiento específico. En su forma postinfecciosa, la glomerulonefritis afecta fundamentalmente a niños entre 2-10 años de edad y por lo general es de evolución favorable; el microorganismo más frecuentemente implicado es el estreptococo beta-hemolítico del grupo A. Esta forma, cada vez más infrecuente en los países del hemisferio norte, sigue siendo una enfermedad preocupante en los países del hemisferio sur, con una morbimortalidad elevada. Se describe un intervalo libre de enfermedad, inconstante, de 14-21 días entre el episodio infeccioso y el inicio de los síntomas. Clásicamente existe una activación de la vía alternativa del complemento; recientemente ha sido identificada la vía de las lectinas en el mecanismo patogénico de la glomerulonefritis aguda. Complicaciones ligadas a la retención hidrosódica, como insuficiencia cardíaca congestiva, encefalopatía hipertensiva, edema agudo de pulmón o insuficiencia renal aguda transitoria, pueden comprometer la vida del niño. Por lo general, el tratamiento es sintomático; la antibioticoterapia se prescribe si se observa un foco infeccioso. No es necesaria la biopsia renal de forma sistemática. En casos muy excepcionales con insuficiencia renal grave refractaria a los diuréticos del asa, el paciente requiere depuración extrarrenal. Menos del 5% de los pacientes presentarán una enfermedad renal crónica. Las mejores condiciones higiénicas y el tratamiento precoz de las infecciones pueden ayudar a prevenir la glomerulonefritis aguda postinfecciosa (GNAPI).</p></div>","PeriodicalId":72894,"journal":{"name":"EMC. Pediatria","volume":null,"pages":null},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2021-06-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":"{\"title\":\"Glomerulonefritis aguda\",\"authors\":\"J. Exantus (Praticien hospitalier)\",\"doi\":\"10.1016/S1245-1789(21)45218-2\",\"DOIUrl\":null,\"url\":null,\"abstract\":\"<div><p>La glomerulonefritis aguda es una afectación inflamatoria aguda no supurativa de los glomérulos con proliferación endocapilar. 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La glomerulonefritis aguda es una afectación inflamatoria aguda no supurativa de los glomérulos con proliferación endocapilar. No se conoce bien su incidencia actual debido a las formas subclínicas. La mayoría de los pacientes presentan un síndrome caracterizado por la aparición repentina de hematuria macroscópica, edemas, oliguria o hipertensión arterial. Puede ser de causa infecciosa o no. El diagnóstico de la glomerulonefritis aguda no secundaria a infecciones es histológico y requiere un tratamiento específico. En su forma postinfecciosa, la glomerulonefritis afecta fundamentalmente a niños entre 2-10 años de edad y por lo general es de evolución favorable; el microorganismo más frecuentemente implicado es el estreptococo beta-hemolítico del grupo A. Esta forma, cada vez más infrecuente en los países del hemisferio norte, sigue siendo una enfermedad preocupante en los países del hemisferio sur, con una morbimortalidad elevada. Se describe un intervalo libre de enfermedad, inconstante, de 14-21 días entre el episodio infeccioso y el inicio de los síntomas. Clásicamente existe una activación de la vía alternativa del complemento; recientemente ha sido identificada la vía de las lectinas en el mecanismo patogénico de la glomerulonefritis aguda. Complicaciones ligadas a la retención hidrosódica, como insuficiencia cardíaca congestiva, encefalopatía hipertensiva, edema agudo de pulmón o insuficiencia renal aguda transitoria, pueden comprometer la vida del niño. Por lo general, el tratamiento es sintomático; la antibioticoterapia se prescribe si se observa un foco infeccioso. No es necesaria la biopsia renal de forma sistemática. En casos muy excepcionales con insuficiencia renal grave refractaria a los diuréticos del asa, el paciente requiere depuración extrarrenal. Menos del 5% de los pacientes presentarán una enfermedad renal crónica. Las mejores condiciones higiénicas y el tratamiento precoz de las infecciones pueden ayudar a prevenir la glomerulonefritis aguda postinfecciosa (GNAPI).