{"title":"剩余心血管风险的新方法。导言","authors":"José Luis Zamorano , Ángel Cequier","doi":"10.1016/S1131-3587(23)00007-9","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><p>Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo, aproximadamente 16,7 millones de muertes al año, la mayoría por infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. La mayor carga de las enfermedades cardiovasculares es atribuible no tanto a la mortalidad, sino a los eventos cardiovasculares no fatales y sus consecuencias a largo plazo. El crecimiento en la incidencia de estas enfermedades está relacionado principalmente con el aumento de la mediana de supervivencia y la aparición de factores de riesgo en los países en desarrollo.</p><p>Los estudios epidemiológicos que se llevaron a cabo a mediados del siglo xx, a raíz de una preocupación creciente derivada de la alta incidencia de las enfermedades cardiovasculares (ECV), hicieron posible la identificación de ciertos factores de riesgo cardiovascular «clásicos» tales como la hipertensión arterial, la diabetes, la dislipemia, el sedentarismo y el tabaquismo. Su principal importancia radica en que son una serie de factores potencialmente modificables y, por lo tanto, objetivo de estrategias de prevención.</p><p>Clásicamente, se ha establecido una distinción entre los conceptos de factor de riesgo y marcador de riesgo. El factor de riesgo se refiere a una condición adquirida por el sujeto que tiene potencial para ser modificado. Por otro lado, el marcador de riesgo es un factor inherente al sujeto que no puede ser modificado, como el sexo, la genética o la edad.</p><p>Los 3 principales factores determinantes de muerte en nuestro país son la hipertensión, el tabaquismo y la hipercolesterolemia, y una tendencia similar está surgiendo incluso en países en desarrollo económico. Se ha demostrado que las prevalencias de la obesidad y la hipercolesterolemia tienen una correlación significativa con el aumento del producto interior bruto. No solo aumenta la prevalencia de factores de riesgo individuales, sino también de aquellos que se presentan simultáneamente. Se ha demostrado que los factores de riesgo, si están presentes juntos, aumentan la probabilidad de sufrir un evento cardiovascular mucho más que la suma de los factores individuales. Esto se debe a que interactúan entre ellos; además, una reducción moderada de varios factores de riesgo reduce el riesgo cardiovascular más que el control óptimo de uno solo de ellos.</p><p>Desde la publicación del tercer informe del <em>National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panel</em> (ATPIII) en 2001 y otras guías, el cálculo del riesgo absoluto se sitúa en la base de las indicaciones para la elección del tratamiento. La predicción del riesgo ha asumido un papel central en la prevención de las ECV, porque permite cuantificar el daño de la coexistencia de múltiples factores de riesgo, identificarlos y tratarlos en consecuencia y también aumentar el grado de concienciación y la motivación del paciente para cumplir el tratamiento y mantener un estilo de vida saludable.</p></div><div><p>Cardiovascular diseases are the leading cause of death worldwide, with approximately 16.7 million deaths per year, mostly from myocardial infarction and stroke. The main burden of cardiovascular diseases is attributable not to mortality, but to non-fatal cardiovascular events and their long-term consequences. The increase in the incidence of these diseases is mainly related to the increase in median survival and the emergence of risk factors in developing countries.</p><p>Epidemiological studies carried out in the mid-20th century, in response to growing concern over the high incidence of cardiovascular diseases, identified certain “classic” cardiovascular risk factors such as high blood pressure, diabetes, dyslipidaemia, sedentary lifestyle and smoking. These factors are important primarily for being potentially modifiable, and they have therefore become the target of prevention strategies.</p><p>Traditionally, a distinction has been made between the concepts of risk factor and risk marker. A risk factor refers to a condition acquired by the individual that has the potential to be modified. On the other hand, a risk marker is an inherent factor in the individual that cannot be altered, such as sex, genetics, or age. The three main determinants of death in our country are hypertension, smoking and hypercholesterolaemia, and a similar trend is emerging even in economically developing countries. The prevalence of obesity and hypercholesterolaemia has been shown to correlate significantly with the increase in gross domestic product. Not only do the prevalences of individual risk factors increasing, but also that of concurrent factors. It has been demonstrated that risk factors occurring simultaneously increase the likelihood of a cardiovascular event much more than the sum of the individual factors. This is because they interact with each other; moreover, a moderate reduction in several risk factors reduces cardiovascular risk more than optimal control of only one of them.</p><p>Since the publication of the third report of the National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panel (ATP III) in 2001 and other guidelines, absolute risk calculation has been the basis for treatment choice indications. Risk prediction now has a central role in the prevention of cardiovascular diseases because it enables us to quantify the harm caused by coexistence of multiple risk factors, identify and treat them accordingly, and also increase patient awareness and motivation to comply with treatment and maintain a healthy lifestyle.</p></div>","PeriodicalId":34926,"journal":{"name":"Revista Espanola de Cardiologia Suplementos","volume":null,"pages":null},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2023-01-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":"{\"title\":\"Nuevos enfoques en el riesgo cardiovascular residual. 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El crecimiento en la incidencia de estas enfermedades está relacionado principalmente con el aumento de la mediana de supervivencia y la aparición de factores de riesgo en los países en desarrollo.</p><p>Los estudios epidemiológicos que se llevaron a cabo a mediados del siglo xx, a raíz de una preocupación creciente derivada de la alta incidencia de las enfermedades cardiovasculares (ECV), hicieron posible la identificación de ciertos factores de riesgo cardiovascular «clásicos» tales como la hipertensión arterial, la diabetes, la dislipemia, el sedentarismo y el tabaquismo. Su principal importancia radica en que son una serie de factores potencialmente modificables y, por lo tanto, objetivo de estrategias de prevención.</p><p>Clásicamente, se ha establecido una distinción entre los conceptos de factor de riesgo y marcador de riesgo. El factor de riesgo se refiere a una condición adquirida por el sujeto que tiene potencial para ser modificado. Por otro lado, el marcador de riesgo es un factor inherente al sujeto que no puede ser modificado, como el sexo, la genética o la edad.</p><p>Los 3 principales factores determinantes de muerte en nuestro país son la hipertensión, el tabaquismo y la hipercolesterolemia, y una tendencia similar está surgiendo incluso en países en desarrollo económico. Se ha demostrado que las prevalencias de la obesidad y la hipercolesterolemia tienen una correlación significativa con el aumento del producto interior bruto. No solo aumenta la prevalencia de factores de riesgo individuales, sino también de aquellos que se presentan simultáneamente. Se ha demostrado que los factores de riesgo, si están presentes juntos, aumentan la probabilidad de sufrir un evento cardiovascular mucho más que la suma de los factores individuales. Esto se debe a que interactúan entre ellos; además, una reducción moderada de varios factores de riesgo reduce el riesgo cardiovascular más que el control óptimo de uno solo de ellos.</p><p>Desde la publicación del tercer informe del <em>National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panel</em> (ATPIII) en 2001 y otras guías, el cálculo del riesgo absoluto se sitúa en la base de las indicaciones para la elección del tratamiento. La predicción del riesgo ha asumido un papel central en la prevención de las ECV, porque permite cuantificar el daño de la coexistencia de múltiples factores de riesgo, identificarlos y tratarlos en consecuencia y también aumentar el grado de concienciación y la motivación del paciente para cumplir el tratamiento y mantener un estilo de vida saludable.</p></div><div><p>Cardiovascular diseases are the leading cause of death worldwide, with approximately 16.7 million deaths per year, mostly from myocardial infarction and stroke. The main burden of cardiovascular diseases is attributable not to mortality, but to non-fatal cardiovascular events and their long-term consequences. The increase in the incidence of these diseases is mainly related to the increase in median survival and the emergence of risk factors in developing countries.</p><p>Epidemiological studies carried out in the mid-20th century, in response to growing concern over the high incidence of cardiovascular diseases, identified certain “classic” cardiovascular risk factors such as high blood pressure, diabetes, dyslipidaemia, sedentary lifestyle and smoking. These factors are important primarily for being potentially modifiable, and they have therefore become the target of prevention strategies.</p><p>Traditionally, a distinction has been made between the concepts of risk factor and risk marker. A risk factor refers to a condition acquired by the individual that has the potential to be modified. On the other hand, a risk marker is an inherent factor in the individual that cannot be altered, such as sex, genetics, or age. The three main determinants of death in our country are hypertension, smoking and hypercholesterolaemia, and a similar trend is emerging even in economically developing countries. The prevalence of obesity and hypercholesterolaemia has been shown to correlate significantly with the increase in gross domestic product. Not only do the prevalences of individual risk factors increasing, but also that of concurrent factors. It has been demonstrated that risk factors occurring simultaneously increase the likelihood of a cardiovascular event much more than the sum of the individual factors. This is because they interact with each other; moreover, a moderate reduction in several risk factors reduces cardiovascular risk more than optimal control of only one of them.</p><p>Since the publication of the third report of the National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panel (ATP III) in 2001 and other guidelines, absolute risk calculation has been the basis for treatment choice indications. 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Nuevos enfoques en el riesgo cardiovascular residual. Introducción
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo, aproximadamente 16,7 millones de muertes al año, la mayoría por infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. La mayor carga de las enfermedades cardiovasculares es atribuible no tanto a la mortalidad, sino a los eventos cardiovasculares no fatales y sus consecuencias a largo plazo. El crecimiento en la incidencia de estas enfermedades está relacionado principalmente con el aumento de la mediana de supervivencia y la aparición de factores de riesgo en los países en desarrollo.
Los estudios epidemiológicos que se llevaron a cabo a mediados del siglo xx, a raíz de una preocupación creciente derivada de la alta incidencia de las enfermedades cardiovasculares (ECV), hicieron posible la identificación de ciertos factores de riesgo cardiovascular «clásicos» tales como la hipertensión arterial, la diabetes, la dislipemia, el sedentarismo y el tabaquismo. Su principal importancia radica en que son una serie de factores potencialmente modificables y, por lo tanto, objetivo de estrategias de prevención.
Clásicamente, se ha establecido una distinción entre los conceptos de factor de riesgo y marcador de riesgo. El factor de riesgo se refiere a una condición adquirida por el sujeto que tiene potencial para ser modificado. Por otro lado, el marcador de riesgo es un factor inherente al sujeto que no puede ser modificado, como el sexo, la genética o la edad.
Los 3 principales factores determinantes de muerte en nuestro país son la hipertensión, el tabaquismo y la hipercolesterolemia, y una tendencia similar está surgiendo incluso en países en desarrollo económico. Se ha demostrado que las prevalencias de la obesidad y la hipercolesterolemia tienen una correlación significativa con el aumento del producto interior bruto. No solo aumenta la prevalencia de factores de riesgo individuales, sino también de aquellos que se presentan simultáneamente. Se ha demostrado que los factores de riesgo, si están presentes juntos, aumentan la probabilidad de sufrir un evento cardiovascular mucho más que la suma de los factores individuales. Esto se debe a que interactúan entre ellos; además, una reducción moderada de varios factores de riesgo reduce el riesgo cardiovascular más que el control óptimo de uno solo de ellos.
Desde la publicación del tercer informe del National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panel (ATPIII) en 2001 y otras guías, el cálculo del riesgo absoluto se sitúa en la base de las indicaciones para la elección del tratamiento. La predicción del riesgo ha asumido un papel central en la prevención de las ECV, porque permite cuantificar el daño de la coexistencia de múltiples factores de riesgo, identificarlos y tratarlos en consecuencia y también aumentar el grado de concienciación y la motivación del paciente para cumplir el tratamiento y mantener un estilo de vida saludable.
Cardiovascular diseases are the leading cause of death worldwide, with approximately 16.7 million deaths per year, mostly from myocardial infarction and stroke. The main burden of cardiovascular diseases is attributable not to mortality, but to non-fatal cardiovascular events and their long-term consequences. The increase in the incidence of these diseases is mainly related to the increase in median survival and the emergence of risk factors in developing countries.
Epidemiological studies carried out in the mid-20th century, in response to growing concern over the high incidence of cardiovascular diseases, identified certain “classic” cardiovascular risk factors such as high blood pressure, diabetes, dyslipidaemia, sedentary lifestyle and smoking. These factors are important primarily for being potentially modifiable, and they have therefore become the target of prevention strategies.
Traditionally, a distinction has been made between the concepts of risk factor and risk marker. A risk factor refers to a condition acquired by the individual that has the potential to be modified. On the other hand, a risk marker is an inherent factor in the individual that cannot be altered, such as sex, genetics, or age. The three main determinants of death in our country are hypertension, smoking and hypercholesterolaemia, and a similar trend is emerging even in economically developing countries. The prevalence of obesity and hypercholesterolaemia has been shown to correlate significantly with the increase in gross domestic product. Not only do the prevalences of individual risk factors increasing, but also that of concurrent factors. It has been demonstrated that risk factors occurring simultaneously increase the likelihood of a cardiovascular event much more than the sum of the individual factors. This is because they interact with each other; moreover, a moderate reduction in several risk factors reduces cardiovascular risk more than optimal control of only one of them.
Since the publication of the third report of the National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panel (ATP III) in 2001 and other guidelines, absolute risk calculation has been the basis for treatment choice indications. Risk prediction now has a central role in the prevention of cardiovascular diseases because it enables us to quantify the harm caused by coexistence of multiple risk factors, identify and treat them accordingly, and also increase patient awareness and motivation to comply with treatment and maintain a healthy lifestyle.
期刊介绍:
Revista Española de Cardiología, is an international scientific journal dealing with cardiovascular medicine. Revista Española de Cardiología, the official publication of the Spanish Society of Cardiology, publishes research articles related to cardiovascular diseases. Articles are published in Spanish for the paper edition and in both Spanish and English in the electronic edition, which is available on the Internet. Regular sections include original articles reporting clinical or basic research, brief reports, review articles, editorials and letters to the Editor.