P.-H. Savoie , T. Murez , P. Chiron , T. Long Depaquit , J. Rigaud
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Tumores del pene: técnicas quirúrgicas e indicaciones
El carcinoma epidermoide del pene es un tumor raro. Se deben conocer los factores de riesgo (mala higiene local, relaciones sexuales, fimosis, lesiones preepiteliomatosas, etc.) para prevenir su aparición. Su reconocimiento precoz evita las cirugías mutilantes y asociadas a morbilidad, perjudiciales para la imagen corporal. El tumor primario se debe resecar con márgenes quirúrgicos suficientes para limitar el riesgo de recidiva. Se da prioridad a las técnicas quirúrgicas conservadoras del pene, que permiten la resección sin riesgo de los tumores, a condición de que no sean ni demasiado voluminosos ni demasiado profundos; se debe asociar siempre una circuncisión. En todos los demás casos, se requiere una amputación parcial, e incluso total del pene. El carcinoma epidermoide del pene tiene una diseminación esencialmente linfática. Se recomienda la tomografía por emisión de positrones asociada con la tomografía computarizada (PET-TC) con fluorodesoxiglucosa (18-FDG) si se requiere un estudio de extensión. Sin embargo, ante un tumor del pene, sin ganglio inguinal palpable, se han definido los grupos de riesgo de metástasis subclínicas. Salvo en pacientes de bajo riesgo, es indispensable realizar exploraciones ganglionares invasivas. En caso de metástasis inguinales palpables, la linfadenectomía inguinal total puede ser curativa, a condición de que la extensión ganglionar sea limitada. En caso contrario, se debe realizar un tratamiento multimodal. En este artículo se describen las distintas técnicas quirúrgicas.