{"title":"我们如何生活在这场流行病中?","authors":"Ana Campuzano de Rolón","doi":"10.31698/ped.49012022001","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Estamos viviendo tiempos difíciles, inéditos y de gran incertidumbre a nivel mundial, incluyendo una guerra con elementos bélicos tenebrosos, con el eventual uso de armas nucleares tan o más mortíferas que el coronavirus, de resultados no dimensionados y profundas consecuencias económicas para todo el mundo.\nHoy la humanidad se ha dado cuenta de que, a pesar de la buena o mala educación recibida en la vida, muchas personas han actuado de manera irresponsable. En esta pandemia hemos sido testigos de aglomeraciones y otras conductas tales como tocar superficies sin lavarse las manos, toser y estornudar sin tener consideración de la persona que se tiene al lado. Hoy es sabido que, salvo excepciones, no está desarrollada la capacidad de aplicar conocimientos evidentes de las pandemias pasadas. Existe la certeza que no estábamos capacitados para enfrentar a un virus, que nos tomó por sorpresa y que nos ha enseñado que éramos más ignorantes de lo que pensábamos.\nPor ahora, quizás las personas están más consientes y saben que aquellos que trabajamos en el sector de la salud somos seres humanos, que también sentimos temor cuando nos dan el resultado de un examen positivo y que nos morimos más fácilmente que el resto de la población, sin importar el conocimiento acumulado que poseamos, los títulos universitarios, la buena voluntad y el amor que tengamos hacia los pacientes.\nEsta pandemia nos enseñó que no basta la riqueza y el poder de los países en el mundo para estar protegido contra los nuevos patógenos, y que los malos ejemplos de los líderes pueden tener consecuencias graves sobre la población. Aprendimos a extrañar las horas de clases en la facultad y las horas de trabajo en el hospital, el laboratorio o la oficina; en pocas palabras, a extrañar nuestra labor diaria. Aprendimos también a valorar a nuestros seres queridos, que y que de ingresar uno de ellos a un hospital, era mejor despedirse a tiempo que no despedirse jamás. Comprendimos que deberíamos estar más unidos, el personal de salud, de limpieza, el policía, el comerciante, los empresarios, para trabajar en conjunto contra el virus.\nEn este contexto no cabe duda alguna de que una de las dos medidas sanitarias que mayores beneficios ha aportado a la humanidad han sido las vacunas y el agua potable, como afirmara el famoso vacunólogo Stanley Plotkin(1). Las vacunas previenen enfermedades que antes eran responsables de grandes y letales epidemias contra las que no teníamos medidas efectivas(2,3).\nAdemás, digan lo que digan los fanáticos movimientos antivacunas, es indiscutible que la vacunación ha beneficiado tanto a las personas vacunadas como a las no vacunadas y susceptibles que viven en su entorno(3).\nDoscientos años atrás, los padres se habrían sorprendido al pensar que las generaciones de estos últimos cien años podríamos proteger a nuestros hijos de muchas de las enfermedades infectocontagiosas muy graves de la niñez.\nEntre el conjunto de enfermedades a destacar, para las que existen inmunizaciones hoy en día, se encuentran la difteria, el tétanos, la pertussis, la tuberculosis, la rabia, las fiebres tifoidea y amarilla, la poliomielitis, el sarampión, las ocasionadas por el H Influenzae, el neumococo, la rubéola, la Neisseria meningitidis, el rotavirus y las paperas(4). Cada una de ellas conlleva una historia brillante de investigación, persistencia y esfuerzo.\nHubo una época, durante los años de 1920, en que la difteria era una de las enfermedades infantiles más temidas. En los años de 1940 y 1950, la poliomielitis paralizó e incluso mató a miles de niños a lo largo del mundo. Afortunadamente, los tiempos han cambiado.\nAun así, las vacunas son de un desarrollo relativamente reciente, que se remonta a no más de 200 años. Mientras llega el momento de mejores vacunas ANTICOVID, y coincidiendo con los 45 años de la erradicación de la viruela en 1977, aprendamos un poco más sobre la historia de este hito médico que ha salvado la vida de millones de personas desde su origen y lo continuará haciendo en el futuro.\nEn la actualidad, las vacunas constituyen una de las historias de éxito de la medicina moderna. Hoy el mundo especta con impaciencia más avances de la vacuna contra la COVID-19, pudiéndose afirmar que todas las vacunas reguladas han mostrado ser efectivas y seguras, ya que previamente han completado las tres fases establecidas en los ensayos clínicos. Esto significa que antes de comenzar las campañas de vacunación, decenas de miles de personas ya han recibido la vacuna durante los ensayos clínicos.\nLa principal incógnita que queda por despejar, como consecuencia de la celeridad con la que se han llevado a cabo los ensayos clínicos, es durante cuánto tiempo van a ofrecer protección estas vacunas. Datos recientes muestran que la protección contra infección y síntomas disminuye al cabo de 4 a 6 meses tras la segunda dosis(5).\nLos coronavirus representan una verdadera amenaza para la salud global debido a su amplia distribución geográfica, la cantidad de reservorios animales y su facilidad para infectar humanos. En los últimos 20 años la OMS relata que han ocurrido tres graves brotes por beta coronavirus previamente desconocidos: el de SARS (en 2002-2003), el de MERS (desde el 2012) y el de COVID-19 (desde 2019). Por lo tanto, desarrollar una vacuna universal que nos proteja, no solo contra todas las variantes de SARS-CoV-2, sino también contra otros coronavirus que podrían causar futuros brotes, se ha convertido en una prioridad (OMS)(5).\nEntre las vacunas de la COVID-19 ya aprobadas o todavía en desarrollo, existen varios tipos, según la tecnología que usan: las vacunas \"clásicas\" inoculan el virus entero inactivado o bien proteínas virales, mientras que las vacunas más innovadoras introducen una secuencia génica para que sea nuestro propio organismo el que sintetice la proteína viral en cuestión(6).\nNo sabemos con exactitud cuándo esto va a finalizar, por lo cual es muy importante y trascendental el lema de la alianza COVAX: “Nadie estará a salvo a menos que todo el mundo lo esté”, una iniciativa impulsada al inicio de la pandemia por diversos actores públicos y privados con el objetivo de asegurar un acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19(7,8).\nComo resultado de estos acontecimientos que afectan al mundo global, existe en todos los sectores de la sociedad un deber sagrado, cual es amortiguar las consecuencias de la COVID-19 en la salud y el bienestar de la población infantil, porque de la salud mental y física de los niños depende el futuro, y lo que todos sabemos es que inexorablemente lo debemos enfrentar con unión, fuerza e inteligencia por el bien de toda la humanidad.\nCorrespondencia: Ana Campuzano de Rolón Correo: campuzanorolon@gmail.com\nRecibido: 24/04/2022 Aceptado: 26/03/2022","PeriodicalId":40927,"journal":{"name":"Pediatria-Asuncion","volume":" ","pages":""},"PeriodicalIF":0.1000,"publicationDate":"2022-04-07","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":"{\"title\":\"¿Como vivimos en esta Pandemia?\",\"authors\":\"Ana Campuzano de Rolón\",\"doi\":\"10.31698/ped.49012022001\",\"DOIUrl\":null,\"url\":null,\"abstract\":\"Estamos viviendo tiempos difíciles, inéditos y de gran incertidumbre a nivel mundial, incluyendo una guerra con elementos bélicos tenebrosos, con el eventual uso de armas nucleares tan o más mortíferas que el coronavirus, de resultados no dimensionados y profundas consecuencias económicas para todo el mundo.\\nHoy la humanidad se ha dado cuenta de que, a pesar de la buena o mala educación recibida en la vida, muchas personas han actuado de manera irresponsable. En esta pandemia hemos sido testigos de aglomeraciones y otras conductas tales como tocar superficies sin lavarse las manos, toser y estornudar sin tener consideración de la persona que se tiene al lado. Hoy es sabido que, salvo excepciones, no está desarrollada la capacidad de aplicar conocimientos evidentes de las pandemias pasadas. Existe la certeza que no estábamos capacitados para enfrentar a un virus, que nos tomó por sorpresa y que nos ha enseñado que éramos más ignorantes de lo que pensábamos.\\nPor ahora, quizás las personas están más consientes y saben que aquellos que trabajamos en el sector de la salud somos seres humanos, que también sentimos temor cuando nos dan el resultado de un examen positivo y que nos morimos más fácilmente que el resto de la población, sin importar el conocimiento acumulado que poseamos, los títulos universitarios, la buena voluntad y el amor que tengamos hacia los pacientes.\\nEsta pandemia nos enseñó que no basta la riqueza y el poder de los países en el mundo para estar protegido contra los nuevos patógenos, y que los malos ejemplos de los líderes pueden tener consecuencias graves sobre la población. Aprendimos a extrañar las horas de clases en la facultad y las horas de trabajo en el hospital, el laboratorio o la oficina; en pocas palabras, a extrañar nuestra labor diaria. Aprendimos también a valorar a nuestros seres queridos, que y que de ingresar uno de ellos a un hospital, era mejor despedirse a tiempo que no despedirse jamás. Comprendimos que deberíamos estar más unidos, el personal de salud, de limpieza, el policía, el comerciante, los empresarios, para trabajar en conjunto contra el virus.\\nEn este contexto no cabe duda alguna de que una de las dos medidas sanitarias que mayores beneficios ha aportado a la humanidad han sido las vacunas y el agua potable, como afirmara el famoso vacunólogo Stanley Plotkin(1). Las vacunas previenen enfermedades que antes eran responsables de grandes y letales epidemias contra las que no teníamos medidas efectivas(2,3).\\nAdemás, digan lo que digan los fanáticos movimientos antivacunas, es indiscutible que la vacunación ha beneficiado tanto a las personas vacunadas como a las no vacunadas y susceptibles que viven en su entorno(3).\\nDoscientos años atrás, los padres se habrían sorprendido al pensar que las generaciones de estos últimos cien años podríamos proteger a nuestros hijos de muchas de las enfermedades infectocontagiosas muy graves de la niñez.\\nEntre el conjunto de enfermedades a destacar, para las que existen inmunizaciones hoy en día, se encuentran la difteria, el tétanos, la pertussis, la tuberculosis, la rabia, las fiebres tifoidea y amarilla, la poliomielitis, el sarampión, las ocasionadas por el H Influenzae, el neumococo, la rubéola, la Neisseria meningitidis, el rotavirus y las paperas(4). Cada una de ellas conlleva una historia brillante de investigación, persistencia y esfuerzo.\\nHubo una época, durante los años de 1920, en que la difteria era una de las enfermedades infantiles más temidas. En los años de 1940 y 1950, la poliomielitis paralizó e incluso mató a miles de niños a lo largo del mundo. Afortunadamente, los tiempos han cambiado.\\nAun así, las vacunas son de un desarrollo relativamente reciente, que se remonta a no más de 200 años. Mientras llega el momento de mejores vacunas ANTICOVID, y coincidiendo con los 45 años de la erradicación de la viruela en 1977, aprendamos un poco más sobre la historia de este hito médico que ha salvado la vida de millones de personas desde su origen y lo continuará haciendo en el futuro.\\nEn la actualidad, las vacunas constituyen una de las historias de éxito de la medicina moderna. Hoy el mundo especta con impaciencia más avances de la vacuna contra la COVID-19, pudiéndose afirmar que todas las vacunas reguladas han mostrado ser efectivas y seguras, ya que previamente han completado las tres fases establecidas en los ensayos clínicos. Esto significa que antes de comenzar las campañas de vacunación, decenas de miles de personas ya han recibido la vacuna durante los ensayos clínicos.\\nLa principal incógnita que queda por despejar, como consecuencia de la celeridad con la que se han llevado a cabo los ensayos clínicos, es durante cuánto tiempo van a ofrecer protección estas vacunas. Datos recientes muestran que la protección contra infección y síntomas disminuye al cabo de 4 a 6 meses tras la segunda dosis(5).\\nLos coronavirus representan una verdadera amenaza para la salud global debido a su amplia distribución geográfica, la cantidad de reservorios animales y su facilidad para infectar humanos. En los últimos 20 años la OMS relata que han ocurrido tres graves brotes por beta coronavirus previamente desconocidos: el de SARS (en 2002-2003), el de MERS (desde el 2012) y el de COVID-19 (desde 2019). Por lo tanto, desarrollar una vacuna universal que nos proteja, no solo contra todas las variantes de SARS-CoV-2, sino también contra otros coronavirus que podrían causar futuros brotes, se ha convertido en una prioridad (OMS)(5).\\nEntre las vacunas de la COVID-19 ya aprobadas o todavía en desarrollo, existen varios tipos, según la tecnología que usan: las vacunas \\\"clásicas\\\" inoculan el virus entero inactivado o bien proteínas virales, mientras que las vacunas más innovadoras introducen una secuencia génica para que sea nuestro propio organismo el que sintetice la proteína viral en cuestión(6).\\nNo sabemos con exactitud cuándo esto va a finalizar, por lo cual es muy importante y trascendental el lema de la alianza COVAX: “Nadie estará a salvo a menos que todo el mundo lo esté”, una iniciativa impulsada al inicio de la pandemia por diversos actores públicos y privados con el objetivo de asegurar un acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19(7,8).\\nComo resultado de estos acontecimientos que afectan al mundo global, existe en todos los sectores de la sociedad un deber sagrado, cual es amortiguar las consecuencias de la COVID-19 en la salud y el bienestar de la población infantil, porque de la salud mental y física de los niños depende el futuro, y lo que todos sabemos es que inexorablemente lo debemos enfrentar con unión, fuerza e inteligencia por el bien de toda la humanidad.\\nCorrespondencia: Ana Campuzano de Rolón Correo: campuzanorolon@gmail.com\\nRecibido: 24/04/2022 Aceptado: 26/03/2022\",\"PeriodicalId\":40927,\"journal\":{\"name\":\"Pediatria-Asuncion\",\"volume\":\" \",\"pages\":\"\"},\"PeriodicalIF\":0.1000,\"publicationDate\":\"2022-04-07\",\"publicationTypes\":\"Journal Article\",\"fieldsOfStudy\":null,\"isOpenAccess\":false,\"openAccessPdf\":\"\",\"citationCount\":\"0\",\"resultStr\":null,\"platform\":\"Semanticscholar\",\"paperid\":null,\"PeriodicalName\":\"Pediatria-Asuncion\",\"FirstCategoryId\":\"1085\",\"ListUrlMain\":\"https://doi.org/10.31698/ped.49012022001\",\"RegionNum\":0,\"RegionCategory\":null,\"ArticlePicture\":[],\"TitleCN\":null,\"AbstractTextCN\":null,\"PMCID\":null,\"EPubDate\":\"\",\"PubModel\":\"\",\"JCR\":\"Q4\",\"JCRName\":\"PEDIATRICS\",\"Score\":null,\"Total\":0}","platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Pediatria-Asuncion","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.31698/ped.49012022001","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"Q4","JCRName":"PEDIATRICS","Score":null,"Total":0}
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摘要
我们正在经历全球范围内的困难、前所未有和高度不确定性的时代,包括一场带有可怕战争因素的战争,最终使用与冠状病毒一样致命或更致命的核武器,结果不明,对每个人都有深刻的经济后果。今天,人类意识到,尽管生活中接受了良好或不良的教育,但许多人的行为是不负责任的。在这场大流行中,我们目睹了人群和其他行为,例如在不洗手的情况下触摸表面,在不考虑旁边的人的情况下咳嗽和打喷嚏。今天,众所周知,除了例外,应用对过去流行病的明显知识的能力尚未发展。有一点是肯定的,我们没有能力面对一种病毒,这让我们感到惊讶,并教会我们比我们想象的更无知。现在,也许人们更知情,他们知道我们在卫生部门工作的人是人类,当他们给我们阳性检测结果时,我们也会感到恐惧,我们比其他人更容易死亡,无论我们积累了多少知识,大学学位,我们对患者的善意和爱。这一流行病告诉我们,世界各国的财富和权力不足以保护自己免受新的病原体的侵害,领导人的坏榜样可能对人民产生严重后果。我们学会了想念大学的上课时间和医院、实验室或办公室的工作时间;简而言之,想念我们的日常工作。我们还学会了珍惜我们所爱的人,如果他们中的一个人去医院,最好及时告别,而不是永远不说再见。我们明白,我们应该更加团结,卫生、清洁、警察、商人、商人,共同抗击病毒。在这种情况下,正如著名疫苗学家斯坦利·普洛特金(1)所说,毫无疑问,为人类带来最大利益的两项卫生措施之一是疫苗和饮用水。疫苗可以预防以前对我们没有有效措施的大规模致命流行病负责的疾病(2,3)。此外,无论狂热的反疫苗运动说什么,毫无疑问,疫苗接种使接种疫苗的人和生活在其环境中的未接种疫苗和易感者都受益(300年前),父母会惊讶地认为,过去一百年的几代人可以保护我们的孩子免受儿童许多非常严重的传染病的侵害。在今天免疫接种的所有疾病中,值得注意的是白喉、破伤风、百日咳、结核病、狂犬病、伤寒和黄热病、小儿麻痹症、麻疹、流感引起的疾病、肺炎球菌,风疹、脑膜炎奈瑟菌、轮状病毒和腮腺炎(4)。每一个都有一个辉煌的研究、毅力和努力的故事。在20世纪20年代,有一段时间,白喉是最可怕的儿童疾病之一。在20世纪40年代和50年代,小儿麻痹症使世界各地的数千名儿童瘫痪甚至死亡。幸运的是,时代已经改变了。即便如此,疫苗还是相对较新的发展,可以追溯到不超过200年。随着更好的抗病毒疫苗的时候到了,恰逢1977年天花根除45年,让我们更多地了解这一医学里程碑的历史,这一里程碑从一开始就挽救了数百万人的生命,并将在未来继续这样做。目前,疫苗是现代医学的成功故事之一。今天,世界期待着新型冠状病毒疫苗的进一步发展,可以说,所有受监管的疫苗都已被证明是有效和安全的,因为它们以前已经完成了临床试验中规定的三个阶段。这意味着,在疫苗接种运动开始之前,数万人已经在临床试验中接种了疫苗。由于临床试验的速度,主要的未知数是这些疫苗将提供多长时间的保护。最近的数据表明,在第二剂(5)后4至6个月,对感染和症状的保护就会减少。 冠状病毒因其广泛的地理分布、动物水库的数量和易感染人类而对全球健康构成真正的威胁。在过去20年中,世卫组织报告说,发生了三次以前未知的严重β冠状病毒爆发:SARS(2002-2003年)、MERS(2012年以来)和新冠病毒(2019年以来)。因此,开发一种通用疫苗,不仅保护我们免受所有SARS-CoV-2变种的侵害,而且保护我们免受可能导致未来爆发的其他冠状病毒的侵害,已成为(世卫组织)的优先事项(5)。在已经批准或仍在开发的新冠病毒疫苗中,有几种类型,取决于它们使用的技术:“经典”疫苗接种灭活的整个病毒或病毒蛋白,虽然最具创新性的疫苗引入了一种基因序列,以便由我们自己的身体合成有关的病毒蛋白(6),但我们不知道这将何时结束,因此,COVAX联盟的座右铭非常重要和重要:“除非每个人都安全,否则没有人会安全”,一项由各种公共和私人行为者在疫情开始时推动的倡议,旨在确保公平获得新冠疫苗(7.8)。由于这些影响全球世界的事件,社会各阶层都有一项神圣的义务,即减轻新冠病毒对儿童人口健康和福祉的影响,因为儿童的身心健康取决于未来,我们都知道,为了全人类的利益,我们必须以团结、力量和智慧无情地面对它。信件:Ana Campuzano de Rolon Mail:campuzanorolon@gmail.comRecibido:24/04/2022接受:26/03/2022
Estamos viviendo tiempos difíciles, inéditos y de gran incertidumbre a nivel mundial, incluyendo una guerra con elementos bélicos tenebrosos, con el eventual uso de armas nucleares tan o más mortíferas que el coronavirus, de resultados no dimensionados y profundas consecuencias económicas para todo el mundo.
Hoy la humanidad se ha dado cuenta de que, a pesar de la buena o mala educación recibida en la vida, muchas personas han actuado de manera irresponsable. En esta pandemia hemos sido testigos de aglomeraciones y otras conductas tales como tocar superficies sin lavarse las manos, toser y estornudar sin tener consideración de la persona que se tiene al lado. Hoy es sabido que, salvo excepciones, no está desarrollada la capacidad de aplicar conocimientos evidentes de las pandemias pasadas. Existe la certeza que no estábamos capacitados para enfrentar a un virus, que nos tomó por sorpresa y que nos ha enseñado que éramos más ignorantes de lo que pensábamos.
Por ahora, quizás las personas están más consientes y saben que aquellos que trabajamos en el sector de la salud somos seres humanos, que también sentimos temor cuando nos dan el resultado de un examen positivo y que nos morimos más fácilmente que el resto de la población, sin importar el conocimiento acumulado que poseamos, los títulos universitarios, la buena voluntad y el amor que tengamos hacia los pacientes.
Esta pandemia nos enseñó que no basta la riqueza y el poder de los países en el mundo para estar protegido contra los nuevos patógenos, y que los malos ejemplos de los líderes pueden tener consecuencias graves sobre la población. Aprendimos a extrañar las horas de clases en la facultad y las horas de trabajo en el hospital, el laboratorio o la oficina; en pocas palabras, a extrañar nuestra labor diaria. Aprendimos también a valorar a nuestros seres queridos, que y que de ingresar uno de ellos a un hospital, era mejor despedirse a tiempo que no despedirse jamás. Comprendimos que deberíamos estar más unidos, el personal de salud, de limpieza, el policía, el comerciante, los empresarios, para trabajar en conjunto contra el virus.
En este contexto no cabe duda alguna de que una de las dos medidas sanitarias que mayores beneficios ha aportado a la humanidad han sido las vacunas y el agua potable, como afirmara el famoso vacunólogo Stanley Plotkin(1). Las vacunas previenen enfermedades que antes eran responsables de grandes y letales epidemias contra las que no teníamos medidas efectivas(2,3).
Además, digan lo que digan los fanáticos movimientos antivacunas, es indiscutible que la vacunación ha beneficiado tanto a las personas vacunadas como a las no vacunadas y susceptibles que viven en su entorno(3).
Doscientos años atrás, los padres se habrían sorprendido al pensar que las generaciones de estos últimos cien años podríamos proteger a nuestros hijos de muchas de las enfermedades infectocontagiosas muy graves de la niñez.
Entre el conjunto de enfermedades a destacar, para las que existen inmunizaciones hoy en día, se encuentran la difteria, el tétanos, la pertussis, la tuberculosis, la rabia, las fiebres tifoidea y amarilla, la poliomielitis, el sarampión, las ocasionadas por el H Influenzae, el neumococo, la rubéola, la Neisseria meningitidis, el rotavirus y las paperas(4). Cada una de ellas conlleva una historia brillante de investigación, persistencia y esfuerzo.
Hubo una época, durante los años de 1920, en que la difteria era una de las enfermedades infantiles más temidas. En los años de 1940 y 1950, la poliomielitis paralizó e incluso mató a miles de niños a lo largo del mundo. Afortunadamente, los tiempos han cambiado.
Aun así, las vacunas son de un desarrollo relativamente reciente, que se remonta a no más de 200 años. Mientras llega el momento de mejores vacunas ANTICOVID, y coincidiendo con los 45 años de la erradicación de la viruela en 1977, aprendamos un poco más sobre la historia de este hito médico que ha salvado la vida de millones de personas desde su origen y lo continuará haciendo en el futuro.
En la actualidad, las vacunas constituyen una de las historias de éxito de la medicina moderna. Hoy el mundo especta con impaciencia más avances de la vacuna contra la COVID-19, pudiéndose afirmar que todas las vacunas reguladas han mostrado ser efectivas y seguras, ya que previamente han completado las tres fases establecidas en los ensayos clínicos. Esto significa que antes de comenzar las campañas de vacunación, decenas de miles de personas ya han recibido la vacuna durante los ensayos clínicos.
La principal incógnita que queda por despejar, como consecuencia de la celeridad con la que se han llevado a cabo los ensayos clínicos, es durante cuánto tiempo van a ofrecer protección estas vacunas. Datos recientes muestran que la protección contra infección y síntomas disminuye al cabo de 4 a 6 meses tras la segunda dosis(5).
Los coronavirus representan una verdadera amenaza para la salud global debido a su amplia distribución geográfica, la cantidad de reservorios animales y su facilidad para infectar humanos. En los últimos 20 años la OMS relata que han ocurrido tres graves brotes por beta coronavirus previamente desconocidos: el de SARS (en 2002-2003), el de MERS (desde el 2012) y el de COVID-19 (desde 2019). Por lo tanto, desarrollar una vacuna universal que nos proteja, no solo contra todas las variantes de SARS-CoV-2, sino también contra otros coronavirus que podrían causar futuros brotes, se ha convertido en una prioridad (OMS)(5).
Entre las vacunas de la COVID-19 ya aprobadas o todavía en desarrollo, existen varios tipos, según la tecnología que usan: las vacunas "clásicas" inoculan el virus entero inactivado o bien proteínas virales, mientras que las vacunas más innovadoras introducen una secuencia génica para que sea nuestro propio organismo el que sintetice la proteína viral en cuestión(6).
No sabemos con exactitud cuándo esto va a finalizar, por lo cual es muy importante y trascendental el lema de la alianza COVAX: “Nadie estará a salvo a menos que todo el mundo lo esté”, una iniciativa impulsada al inicio de la pandemia por diversos actores públicos y privados con el objetivo de asegurar un acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19(7,8).
Como resultado de estos acontecimientos que afectan al mundo global, existe en todos los sectores de la sociedad un deber sagrado, cual es amortiguar las consecuencias de la COVID-19 en la salud y el bienestar de la población infantil, porque de la salud mental y física de los niños depende el futuro, y lo que todos sabemos es que inexorablemente lo debemos enfrentar con unión, fuerza e inteligencia por el bien de toda la humanidad.
Correspondencia: Ana Campuzano de Rolón Correo: campuzanorolon@gmail.com
Recibido: 24/04/2022 Aceptado: 26/03/2022