{"title":"Hepatitis autoinmunitarias en niños","authors":"N. Laverdure","doi":"10.1016/S1245-1789(25)50741-2","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><div>La hepatitis autoinmunitaria del niño es una enfermedad autoinflamatoria crónica hepática que evoluciona por episodios agudos. El origen es indeterminado, aunque se admite que aparece en un paciente genéticamente predispuesto y se produce (a menudo) después de un elemento desencadenante <em>(trigger)</em> viral, farmacológico o incluso ambiental que provoca una respuesta inmunitaria inapropiada y desmesurada, mediada por linfocitos T y dirigida contra las células del hígado. Se han descrito dos tipos mutuamente excluyentes en función de los anticuerpos séricos detectados: antimúsculo liso (antiactina) y antinucleares en el tipo 1 y antirretículo endoplásmico de hígado y riñón y anticitosol en el tipo 2. Los modos de presentación son muy variados, con más de un 50% de formas cirróticas en el momento del diagnóstico, lo que refleja una evolución a menudo poco sintomática. La patología también puede debutar como una hepatitis aguda. Se debe recordar que el diagnóstico de hepatitis autoinmunitaria se debe sospechar ante cualquier afectación hepática, aguda o crónica. Se basa en una serie de argumentos, tanto clínicos como de laboratorio e histológicos, porque ningún caso tomado de forma aislada es patognomónico. La ausencia de tratamiento da lugar invariablemente a una insuficiencia hepática, incluso al fallecimiento si no se realiza un trasplante. La evolución suele ser favorable con un tratamiento inmunosupresor, sobre todo si se instaura rápidamente.</div></div>","PeriodicalId":72894,"journal":{"name":"EMC. Pediatria","volume":"60 3","pages":"Pages 1-7"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2025-08-18","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"EMC. Pediatria","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1245178925507412","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
La hepatitis autoinmunitaria del niño es una enfermedad autoinflamatoria crónica hepática que evoluciona por episodios agudos. El origen es indeterminado, aunque se admite que aparece en un paciente genéticamente predispuesto y se produce (a menudo) después de un elemento desencadenante (trigger) viral, farmacológico o incluso ambiental que provoca una respuesta inmunitaria inapropiada y desmesurada, mediada por linfocitos T y dirigida contra las células del hígado. Se han descrito dos tipos mutuamente excluyentes en función de los anticuerpos séricos detectados: antimúsculo liso (antiactina) y antinucleares en el tipo 1 y antirretículo endoplásmico de hígado y riñón y anticitosol en el tipo 2. Los modos de presentación son muy variados, con más de un 50% de formas cirróticas en el momento del diagnóstico, lo que refleja una evolución a menudo poco sintomática. La patología también puede debutar como una hepatitis aguda. Se debe recordar que el diagnóstico de hepatitis autoinmunitaria se debe sospechar ante cualquier afectación hepática, aguda o crónica. Se basa en una serie de argumentos, tanto clínicos como de laboratorio e histológicos, porque ningún caso tomado de forma aislada es patognomónico. La ausencia de tratamiento da lugar invariablemente a una insuficiencia hepática, incluso al fallecimiento si no se realiza un trasplante. La evolución suele ser favorable con un tratamiento inmunosupresor, sobre todo si se instaura rápidamente.