J.-L. Wémeau (Professeur émérite) , C. Do Cao (Praticien hospitalier) , M. Ladsous (Praticien hospitalier)
{"title":"甲状腺结节","authors":"J.-L. Wémeau (Professeur émérite) , C. Do Cao (Praticien hospitalier) , M. Ladsous (Praticien hospitalier)","doi":"10.1016/S1636-5410(24)49304-5","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><p>Los nódulos son muy frecuentes, se desarrollan de forma progresiva a lo largo de las décadas y son un marcador del envejecimiento de la glándula tiroidea. Sin embargo, algunos (alrededor del 10%) son funcionales, captan yodo y corren el riesgo de provocar hipertiroidismo cuando su volumen supera los 2-3 cm. Unos pocos son cánceres, por lo general bien diferenciados, de crecimiento lento y buen pronóstico, pero es importante reconocerlos en esta fase nodular. Algunos factores clínicos orientan sobre el diagnóstico y el pronóstico de los nódulos tiroideos. Sin embargo, la mayoría de los nódulos que se presentan aislados en la exploración física justifican una investigación, la cual orienta la determinación inicial de la tirotropina, que suele completarse con ecografía y, si es necesario, el estudio citológico. La investigación ecográfica se basa en la estratificación pronóstica EU-TIRADS (European Thyroid Imaging Reporting and Data System, en cinco estadios), que define la conveniencia de la citopunción. La información citológica se clasifica en las seis clases de Bethesda, que a veces proporcionan argumentos muy claros a favor de la benignidad o la malignidad. Algunos resultados no son diagnósticos (debido a una toma de muestras insuficiente) y otros son indeterminados, lo que conduce a repetir la toma de muestras, a debatir la idoneidad de otras técnicas (elastografía, gammagrafía 123-MIBI, etc.) o de la vigilancia para evitar una intervención quirúrgica innecesaria en una fase demasiado temprana. Se están estudiando y considerando nuevos procedimientos de evaluación (en particular en biología molecular) y nuevas técnicas intervencionistas (ultrasonidos de alta intensidad, termoablación, etc.).</p></div>","PeriodicalId":100460,"journal":{"name":"EMC - Tratado de Medicina","volume":"28 3","pages":"Pages 1-9"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2024-06-19","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":"{\"title\":\"Nódulo tiroideo\",\"authors\":\"J.-L. Wémeau (Professeur émérite) , C. Do Cao (Praticien hospitalier) , M. Ladsous (Praticien hospitalier)\",\"doi\":\"10.1016/S1636-5410(24)49304-5\",\"DOIUrl\":null,\"url\":null,\"abstract\":\"<div><p>Los nódulos son muy frecuentes, se desarrollan de forma progresiva a lo largo de las décadas y son un marcador del envejecimiento de la glándula tiroidea. 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Los nódulos son muy frecuentes, se desarrollan de forma progresiva a lo largo de las décadas y son un marcador del envejecimiento de la glándula tiroidea. Sin embargo, algunos (alrededor del 10%) son funcionales, captan yodo y corren el riesgo de provocar hipertiroidismo cuando su volumen supera los 2-3 cm. Unos pocos son cánceres, por lo general bien diferenciados, de crecimiento lento y buen pronóstico, pero es importante reconocerlos en esta fase nodular. Algunos factores clínicos orientan sobre el diagnóstico y el pronóstico de los nódulos tiroideos. Sin embargo, la mayoría de los nódulos que se presentan aislados en la exploración física justifican una investigación, la cual orienta la determinación inicial de la tirotropina, que suele completarse con ecografía y, si es necesario, el estudio citológico. La investigación ecográfica se basa en la estratificación pronóstica EU-TIRADS (European Thyroid Imaging Reporting and Data System, en cinco estadios), que define la conveniencia de la citopunción. La información citológica se clasifica en las seis clases de Bethesda, que a veces proporcionan argumentos muy claros a favor de la benignidad o la malignidad. Algunos resultados no son diagnósticos (debido a una toma de muestras insuficiente) y otros son indeterminados, lo que conduce a repetir la toma de muestras, a debatir la idoneidad de otras técnicas (elastografía, gammagrafía 123-MIBI, etc.) o de la vigilancia para evitar una intervención quirúrgica innecesaria en una fase demasiado temprana. Se están estudiando y considerando nuevos procedimientos de evaluación (en particular en biología molecular) y nuevas técnicas intervencionistas (ultrasonidos de alta intensidad, termoablación, etc.).