{"title":"世界文化遗产景观的出现,以葡萄文化景观为重点","authors":"M. Prats","doi":"10.30827/erph.vi30.24392","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"La Convención más famosa de la UNESCO es, sin duda, la del Patrimonio Mundial de 1972, que suma hoy en día1154 bienes naturales y/o culturales de “Valor Universal Excepcional” basado en 10 criterios. La inscripción en laLista de Patrimonio Mundial, cuando el sitio se gestiona adecuadamente, puede contribuir en gran medida aldesarrollo turístico, económico y social y al bienestar de la población local considerada, de ahí su éxito. Si los términos de esta Convención no han cambiado desde su adopción, su interpretación y alcance han evolucionado mucho a largo plazo, a través de las Directrices Prácticas para su aplicación. \nUn gran cambio se produjo en 1992 con el reconocimiento oficial de los paisajes culturales por parte de la UNESCO, una nueva categoría de bienes que completaba las 3 iniciales (monumentos, conjuntos y ciudades, sitios), a medio camino entre los sitios culturales y los naturales aunque categorizada como perteneciente al patrimonio cultural. \nDesde entonces, se han inscrito 119 paisajes culturales, pero muchos otros, inscritos como “sitios” o en las Listas Indicativas, podrían entrar en esa nueva categoría. Este artículo reflexiona en primer lugar sobre la evolución de esta categoría y su potencial para proteger los paisajes culturales y agrarios. En segundo lugar, analiza los paisajes vitivinícolas Patrimonio Mundial, uno de los tipos de paisajes rurales y agrarios bastante bien representados en la Lista, partiendo de los 19 paisajes inscritos, los 9 que figuran en las ListasIndicativas, los que deberían ser propuestos y los que son susceptibles de ser potencialmente seleccionados. Y en tercer lugar analiza las convergencias en el reconocimiento de los paisajes rurales y agrarios entre la UNESCO y la FAO, en el marco de una posible actualización de la Carta de Baeza sobre el Patrimonio Agrario y teniendo en cuenta que ICOMOS ya ha reconocido oficialmente los principios del Patrimonio Rural en 2017, y su importante papel vital, cultural y ecológico, lo cual no significa que todo paisaje rural pueda ser catalogado como Patrimonio Mundial, ya que su Valor Universal Excepcional específico tiene que ser evaluado primero según los criterios de la UNESCO.","PeriodicalId":108374,"journal":{"name":"erph_ Revista electrónica de Patrimonio Histórico","volume":"73 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2022-06-30","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":"{\"title\":\"The emergence of World Heritage Cultural Landscapes, with a focus on Viticultural landscapes\",\"authors\":\"M. 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The emergence of World Heritage Cultural Landscapes, with a focus on Viticultural landscapes
La Convención más famosa de la UNESCO es, sin duda, la del Patrimonio Mundial de 1972, que suma hoy en día1154 bienes naturales y/o culturales de “Valor Universal Excepcional” basado en 10 criterios. La inscripción en laLista de Patrimonio Mundial, cuando el sitio se gestiona adecuadamente, puede contribuir en gran medida aldesarrollo turístico, económico y social y al bienestar de la población local considerada, de ahí su éxito. Si los términos de esta Convención no han cambiado desde su adopción, su interpretación y alcance han evolucionado mucho a largo plazo, a través de las Directrices Prácticas para su aplicación.
Un gran cambio se produjo en 1992 con el reconocimiento oficial de los paisajes culturales por parte de la UNESCO, una nueva categoría de bienes que completaba las 3 iniciales (monumentos, conjuntos y ciudades, sitios), a medio camino entre los sitios culturales y los naturales aunque categorizada como perteneciente al patrimonio cultural.
Desde entonces, se han inscrito 119 paisajes culturales, pero muchos otros, inscritos como “sitios” o en las Listas Indicativas, podrían entrar en esa nueva categoría. Este artículo reflexiona en primer lugar sobre la evolución de esta categoría y su potencial para proteger los paisajes culturales y agrarios. En segundo lugar, analiza los paisajes vitivinícolas Patrimonio Mundial, uno de los tipos de paisajes rurales y agrarios bastante bien representados en la Lista, partiendo de los 19 paisajes inscritos, los 9 que figuran en las ListasIndicativas, los que deberían ser propuestos y los que son susceptibles de ser potencialmente seleccionados. Y en tercer lugar analiza las convergencias en el reconocimiento de los paisajes rurales y agrarios entre la UNESCO y la FAO, en el marco de una posible actualización de la Carta de Baeza sobre el Patrimonio Agrario y teniendo en cuenta que ICOMOS ya ha reconocido oficialmente los principios del Patrimonio Rural en 2017, y su importante papel vital, cultural y ecológico, lo cual no significa que todo paisaje rural pueda ser catalogado como Patrimonio Mundial, ya que su Valor Universal Excepcional específico tiene que ser evaluado primero según los criterios de la UNESCO.