A. Fassier (chirurgien orthopédiste pédiatre, praticien hospitalier, Expert judiciaire près la cour d’appel et de la cour administrative d’appel de Lyon)
{"title":"Traumatismos óseos neonatales del esqueleto periférico","authors":"A. Fassier (chirurgien orthopédiste pédiatre, praticien hospitalier, Expert judiciaire près la cour d’appel et de la cour administrative d’appel de Lyon)","doi":"10.1016/S1245-1789(23)47982-6","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><p>Los traumatismos asociados al nacimiento o <em>birth-associated injuries,</em> denominados «obstétricos» en los países francófonos, pueden ser de carácter cutáneo (hematoma, herida), nervioso (parálisis del plexo braquial neonatal, traumatismo medular) u óseo. Este artículo se centra en las fracturas neonatales del esqueleto periférico, cuyo tratamiento está a cargo del cirujano ortopédico. Los traumatismos espinales, craneales y faciales son tributarios de atención por los neurocirujanos o los cirujanos maxilofaciales y no se tratarán aquí. Las fracturas de la clavícula son frecuentes, mientras que las demás localizaciones son poco comunes. Los factores predisponentes para su aparición son la macrosomía y la distocia de hombros para la fractura de clavícula y los partos por cesárea para las demás localizaciones óseas. El diagnóstico de las fracturas diafisarias es fácil, pero el de los desprendimientos epifisarios puede plantear dificultades para los pediatras y las matronas que llevan a cabo la exploración del recién nacido. El diagnóstico diferencial debe establecerse con las infecciones y las parálisis. Siempre debe buscarse atentamente la posible asociación a una fragilidad ósea. El tratamiento se basa en inmovilizaciones ortopédicas adecuadas a cada fractura. Las indicaciones quirúrgicas son excepcionales. La evolución radiológica es más rápida que en los niños mayores. Está marcada por la aparición temprana de aposiciones y, a continuación, de consolidación perióstica. La remodelación ósea y la corrección de los callos viciosos tienen lugar en pocos meses. El pronóstico de las fracturas periféricas es muy favorable si se establece el diagnóstico y se instaura el tratamiento adecuado. El pronóstico de los desprendimientos epifisarios es más reservado. Es esencial informar a los padres para tranquilizarlos y limitar las posibles acciones legales posteriores que pueda interponer la familia.</p></div>","PeriodicalId":72894,"journal":{"name":"EMC. Pediatria","volume":null,"pages":null},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2023-09-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"EMC. Pediatria","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1245178923479826","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
引用次数: 0
Abstract
Los traumatismos asociados al nacimiento o birth-associated injuries, denominados «obstétricos» en los países francófonos, pueden ser de carácter cutáneo (hematoma, herida), nervioso (parálisis del plexo braquial neonatal, traumatismo medular) u óseo. Este artículo se centra en las fracturas neonatales del esqueleto periférico, cuyo tratamiento está a cargo del cirujano ortopédico. Los traumatismos espinales, craneales y faciales son tributarios de atención por los neurocirujanos o los cirujanos maxilofaciales y no se tratarán aquí. Las fracturas de la clavícula son frecuentes, mientras que las demás localizaciones son poco comunes. Los factores predisponentes para su aparición son la macrosomía y la distocia de hombros para la fractura de clavícula y los partos por cesárea para las demás localizaciones óseas. El diagnóstico de las fracturas diafisarias es fácil, pero el de los desprendimientos epifisarios puede plantear dificultades para los pediatras y las matronas que llevan a cabo la exploración del recién nacido. El diagnóstico diferencial debe establecerse con las infecciones y las parálisis. Siempre debe buscarse atentamente la posible asociación a una fragilidad ósea. El tratamiento se basa en inmovilizaciones ortopédicas adecuadas a cada fractura. Las indicaciones quirúrgicas son excepcionales. La evolución radiológica es más rápida que en los niños mayores. Está marcada por la aparición temprana de aposiciones y, a continuación, de consolidación perióstica. La remodelación ósea y la corrección de los callos viciosos tienen lugar en pocos meses. El pronóstico de las fracturas periféricas es muy favorable si se establece el diagnóstico y se instaura el tratamiento adecuado. El pronóstico de los desprendimientos epifisarios es más reservado. Es esencial informar a los padres para tranquilizarlos y limitar las posibles acciones legales posteriores que pueda interponer la familia.