{"title":"Síndrome del bebé sacudido","authors":"M. Bailhache Praticien hospitalier, MD, PhD","doi":"10.1016/S1245-1789(23)47443-4","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><p>El síndrome del bebé sacudido (SBS) está incluido dentro de los traumatismos craneales infligidos, como la sacudida, sola o asociada a un impacto, que provoca el traumatismo. Las sacudidas pueden ser múltiples y de repetición. Los lactantes de sexo masculino, los prematuros y los lactantes nacidos de un embarazo múltiple predominan entre las víctimas. El SBS puede afectar a cualquier nivel socioeconómico. Sin embargo, el aislamiento social constituye un factor de vulnerabilidad, así como una separación progenitor-lactante en el período neonatal. El llanto del lactante es el elemento desencadenante del paso a la agresión. El autor suele ser una persona cercana al lactante. Tras la sacudida, el lactante presenta inmediatamente síntomas que interrumpen el llanto, pero puede recuperar un estado clínico normal tras las primeras sacudidas. Los síntomas son inespecíficos y de gravedad variable: malestar, cambio del comportamiento, dificultad para mamar, apnea, palidez, vómitos, convulsión, hasta síntomas de afectación neurológica grave como el coma. La curva del perímetro cefálico que aumenta inicialmente más de lo esperado, puede resultar muy indicativa. Ante cualquier sospecha, el lactante debe ser ingresado en el hospital para su tratamiento. La tomografía computarizada y el examen del fondo del ojo forman parte de las pruebas que hay que realizar de entrada de manera urgente. Las dos lesiones más específicas del SBS son uno o varios hematomas subdurales y las hemorragias retinianas, que, sin embargo, no son indispensables para establecer el diagnóstico. Se deben considerar los diagnósticos diferenciales: traumatismo craneal accidental de alta cinética, lesiones consecutivas al parto en el primer mes de vida, trastornos de la hemostasia, así como, en algunos casos, enfermedades metabólicas raras. Ante cualquier sospecha de SBS, se debe realizar una denuncia judicial. El tratamiento es pluridisciplinar.</p></div>","PeriodicalId":72894,"journal":{"name":"EMC. Pediatria","volume":"58 1","pages":"Pages 1-5"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2023-03-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"EMC. Pediatria","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1245178923474434","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
El síndrome del bebé sacudido (SBS) está incluido dentro de los traumatismos craneales infligidos, como la sacudida, sola o asociada a un impacto, que provoca el traumatismo. Las sacudidas pueden ser múltiples y de repetición. Los lactantes de sexo masculino, los prematuros y los lactantes nacidos de un embarazo múltiple predominan entre las víctimas. El SBS puede afectar a cualquier nivel socioeconómico. Sin embargo, el aislamiento social constituye un factor de vulnerabilidad, así como una separación progenitor-lactante en el período neonatal. El llanto del lactante es el elemento desencadenante del paso a la agresión. El autor suele ser una persona cercana al lactante. Tras la sacudida, el lactante presenta inmediatamente síntomas que interrumpen el llanto, pero puede recuperar un estado clínico normal tras las primeras sacudidas. Los síntomas son inespecíficos y de gravedad variable: malestar, cambio del comportamiento, dificultad para mamar, apnea, palidez, vómitos, convulsión, hasta síntomas de afectación neurológica grave como el coma. La curva del perímetro cefálico que aumenta inicialmente más de lo esperado, puede resultar muy indicativa. Ante cualquier sospecha, el lactante debe ser ingresado en el hospital para su tratamiento. La tomografía computarizada y el examen del fondo del ojo forman parte de las pruebas que hay que realizar de entrada de manera urgente. Las dos lesiones más específicas del SBS son uno o varios hematomas subdurales y las hemorragias retinianas, que, sin embargo, no son indispensables para establecer el diagnóstico. Se deben considerar los diagnósticos diferenciales: traumatismo craneal accidental de alta cinética, lesiones consecutivas al parto en el primer mes de vida, trastornos de la hemostasia, así como, en algunos casos, enfermedades metabólicas raras. Ante cualquier sospecha de SBS, se debe realizar una denuncia judicial. El tratamiento es pluridisciplinar.