{"title":"Ginecología de la niña y de la adolescente","authors":"I. Cavadias, C. Proust, S. Da Costa","doi":"10.1016/S1636-5410(25)50382-3","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><div>La ginecología pediátrica se ocupa de la niña prepúber y de la adolescente joven. La exploración física es un momento importante de la consulta y con mucha frecuencia permite establecer un diagnóstico. Su realización puede ser fuente de preocupación para las niñas y sus familias. Es fundamental saber explicarla y asegurar que es indolora y no invasiva. Las vulvitis y las enfermedades vulvares benignas constituyen un motivo frecuente de consulta. Los sangrados genitales prepuberales son benignos, casi siempre de origen vulvar o vaginal, objetivable en la exploración física. Las causas hormonales, mucho más infrecuentes, están representadas por los quistes y los tumores ováricos secretores. Los trastornos del ciclo afectan al 75% de las adolescentes; se trata de dismenorrea, menorragias, espaniomenorrea o incluso amenorrea. Con frecuencia son de origen funcional, pero es importante no pasar por alto los signos que sugieren una patología orgánica con el fin de orientar los estudios para no omitir una patología más grave. En la patología mamaria de la adolescente predominan las anomalías morfológicas y la patología tumoral benigna (el cáncer a esta edad es muy excepcional). La mayor parte de las patologías ginecológicas de la niña y de la adolescente es benigna. No se deben prescribir pruebas complementarias de manera sistemática. Si estas pruebas son necesarias para establecer el diagnóstico, deben ser realizadas e interpretadas por especialistas ginecólogos de las niñas y adolescentes, con el fin de establecer un tratamiento precoz y adaptado para evitar errores diagnósticos y la realización de pruebas y tratamientos repetitivos no justificados.</div></div>","PeriodicalId":100460,"journal":{"name":"EMC - Tratado de Medicina","volume":"29 2","pages":"Pages 1-8"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2025-04-09","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"EMC - Tratado de Medicina","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1636541025503823","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
La ginecología pediátrica se ocupa de la niña prepúber y de la adolescente joven. La exploración física es un momento importante de la consulta y con mucha frecuencia permite establecer un diagnóstico. Su realización puede ser fuente de preocupación para las niñas y sus familias. Es fundamental saber explicarla y asegurar que es indolora y no invasiva. Las vulvitis y las enfermedades vulvares benignas constituyen un motivo frecuente de consulta. Los sangrados genitales prepuberales son benignos, casi siempre de origen vulvar o vaginal, objetivable en la exploración física. Las causas hormonales, mucho más infrecuentes, están representadas por los quistes y los tumores ováricos secretores. Los trastornos del ciclo afectan al 75% de las adolescentes; se trata de dismenorrea, menorragias, espaniomenorrea o incluso amenorrea. Con frecuencia son de origen funcional, pero es importante no pasar por alto los signos que sugieren una patología orgánica con el fin de orientar los estudios para no omitir una patología más grave. En la patología mamaria de la adolescente predominan las anomalías morfológicas y la patología tumoral benigna (el cáncer a esta edad es muy excepcional). La mayor parte de las patologías ginecológicas de la niña y de la adolescente es benigna. No se deben prescribir pruebas complementarias de manera sistemática. Si estas pruebas son necesarias para establecer el diagnóstico, deben ser realizadas e interpretadas por especialistas ginecólogos de las niñas y adolescentes, con el fin de establecer un tratamiento precoz y adaptado para evitar errores diagnósticos y la realización de pruebas y tratamientos repetitivos no justificados.