E. Raimond (Maître de conférences des Universités), R. Gabriel (Professeur des Universités)
{"title":"Anticoncepción estroprogestágena","authors":"E. Raimond (Maître de conférences des Universités), R. Gabriel (Professeur des Universités)","doi":"10.1016/S1283-081X(24)49315-6","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><p>La anticoncepción estroprogestágena (AEP), comúnmente denominada «píldora», asocia un estrógeno natural (17β-estradiol, estetrol) o sintético (etinilestradiol) y un progestágeno sintético. La gran mayoría de las píldoras disponibles en 2023 contienen etinilestradiol. Según la naturaleza del progestágeno, se distinguen las píldoras de primera (1G), segunda (2G), tercera (3G) e incluso cuarta (4G) generación. La introducción de progestágenos cada vez menos androgénicos y cada vez más antigonadótropos ha permitido mejorar progresivamente la tolerabilidad de la píldora y reducir la dosis de estrógeno. La píldora tiene y seguirá teniendo un lugar importante en anticoncepción porque su tolerabilidad es globalmente excelente. Mejora la calidad de vida al reducir en gran medida los trastornos del ciclo y la patología ginecológica funcional. Disminuye la incidencia de los cánceres de ovario, de endometrio y colorrectales, así como la mortalidad prematura por cáncer. El principal riesgo de la píldora es un aumento de las enfermedades cardiovasculares, en particular de los accidentes tromboembólicos venosos (TEV). Los estrógenos son los únicos responsables directos de estos accidentes, pero la naturaleza del progestágeno modula su acción. Por ejemplo, en comparación con la incidencia natural, el riesgo de accidente TEV con la píldora es del orden de 2-3 con las píldoras de 2G y de 4 con las de 3G/4G, lo cual justifica prescribir como primera elección una píldora de 2G. Este riesgo de TEV es máximo en los primeros meses tras el inicio de la toma de la píldora en una adolescente. También aumenta por el tabaquismo y después de los 35 años. Varios argumentos clínicos y de las pruebas de laboratorio aún poco numerosos sugieren que el riesgo de TEV estaría nada o poco aumentado por las píldoras con 17β-estradiol y estetrol. La prevención de los accidentes cardiovasculares exige un respeto estricto de las contraindicaciones de la píldora.</p></div>","PeriodicalId":100423,"journal":{"name":"EMC - Ginecología-Obstetricia","volume":"60 3","pages":"Pages 1-13"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2024-08-22","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"EMC - Ginecología-Obstetricia","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1283081X24493156","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
La anticoncepción estroprogestágena (AEP), comúnmente denominada «píldora», asocia un estrógeno natural (17β-estradiol, estetrol) o sintético (etinilestradiol) y un progestágeno sintético. La gran mayoría de las píldoras disponibles en 2023 contienen etinilestradiol. Según la naturaleza del progestágeno, se distinguen las píldoras de primera (1G), segunda (2G), tercera (3G) e incluso cuarta (4G) generación. La introducción de progestágenos cada vez menos androgénicos y cada vez más antigonadótropos ha permitido mejorar progresivamente la tolerabilidad de la píldora y reducir la dosis de estrógeno. La píldora tiene y seguirá teniendo un lugar importante en anticoncepción porque su tolerabilidad es globalmente excelente. Mejora la calidad de vida al reducir en gran medida los trastornos del ciclo y la patología ginecológica funcional. Disminuye la incidencia de los cánceres de ovario, de endometrio y colorrectales, así como la mortalidad prematura por cáncer. El principal riesgo de la píldora es un aumento de las enfermedades cardiovasculares, en particular de los accidentes tromboembólicos venosos (TEV). Los estrógenos son los únicos responsables directos de estos accidentes, pero la naturaleza del progestágeno modula su acción. Por ejemplo, en comparación con la incidencia natural, el riesgo de accidente TEV con la píldora es del orden de 2-3 con las píldoras de 2G y de 4 con las de 3G/4G, lo cual justifica prescribir como primera elección una píldora de 2G. Este riesgo de TEV es máximo en los primeros meses tras el inicio de la toma de la píldora en una adolescente. También aumenta por el tabaquismo y después de los 35 años. Varios argumentos clínicos y de las pruebas de laboratorio aún poco numerosos sugieren que el riesgo de TEV estaría nada o poco aumentado por las píldoras con 17β-estradiol y estetrol. La prevención de los accidentes cardiovasculares exige un respeto estricto de las contraindicaciones de la píldora.