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Abstract
Introducción: La frase "Los hombres pasan y las instituciones perduran", atribuido al francés Jean Monnet, es una frase que se ha convertido en un dogma, una máxima irrefutable que se menciona con frecuencia en actos públicos y conversaciones coloquiales. Sin embargo, el autor del artículo cuestiona la coherencia de esta frase, argumentando que las instituciones no siempre perduran y que los hombres no siempre pasan sin pena ni gloria.
Las instituciones y los hombres: El autor sostiene que las instituciones que perduran están cimentadas sobre las espaldas de los hombres y mujeres que lucharon y que luchan por mantenerlas vivas. Aunque estos hombres no estén algún día, su huella indeleble impedirá que su recuerdo pase.
El Hospital Alcivar: un ejemplo de institución perdurable: El Hospital Alcivar de Guayaquil es una institución que ha perdurado a través del tiempo. Casi nueve décadas de trabajo permanente para el servicio de la comunidad, tanto en la atención médica como en la formación académica. A pesar de las dificultades que ha enfrentado, como la deuda de la salud pública, el hospital se ha mantenido firme en su compromiso de ofrecer servicios de calidad y de formar nuevos profesionales.
El papel fundamental de los hombres y mujeres en las instituciones: El autor destaca que el éxito de las instituciones depende del trabajo y la dedicación de los hombres y mujeres que las conforman. Sin ellos, las instituciones serían como árboles sin raíces que mueren al menor contratiempo.
Conclusión: El autor concluye que los hombres y mujeres son la base fundamental de las instituciones. Son ellos quienes las hacen perdurar en el tiempo y las convierten en agentes de cambio positivo en la sociedad.