{"title":"El conocimiento de Dios en las cartas de Ignacio de Antioquía","authors":"Sergio Zapata Grajales","doi":"10.11144/javeriana.tx74.cdcia","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"El corpus ignaciano se refiere al conocimiento de Dios con la afirmación conocer a Dios es conocer a Jesucristo (Ignatius, Ef 17,2a). Si bien esta afirmación se ve cualificada en otros pasajes (Ignatius, Rm 8,2b), no es claro inmediatamente cómo es Jesús el conocimiento de Dios. Es decir, no es claro si el conocimiento de Dios trata de escuchar a Jesús, mirar y seguir su ejemplo, o si conocer a Jesús es conocer a Dios; porque Jesús y Dios son uno, lo cual implica que conocer uno es conocer el otro.La tesis de este ensayo consiste en que, para Ignacio, Jesucristo es el conocimiento de Dios, porque él revela en su vida y proceder, hasta su muerte, los propósitos de Dios. Recientes acercamientos a los estudios epistemológicos de los textos del Nuevo Testamento sugieren la necesidad de tratar el tema del conocimiento enfocándose en los lexemas que expresan dicho tema o concepto.Tal ejercicio permite ordenar y categorizar los distintos usos y da claridad sobre cómo se entienden los distintos tipos de conocimiento. Al aplicar el trabajo de Ian W. Scott, se sugiere que Ignacio trata por lo menos cuatro tipos de conocimiento: conocimiento del mundano (conocimiento que se aprehende por observación de fenómenos de la esfera pública); conocimiento teológico (conocimiento sobre Dios, que requiere que Dios se revele a sí mismo); conocimiento ético (conocimiento sobre cómo comportarse como miembros de la iglesia); conocimiento experiencial (cuyo conocimiento no implica la concepción de un objeto, sino tiene que ver con saber algo por experimentarlo). Es una aplicación de esta taxonomía a Ignacio, quien al hablar de conocimiento de Dios o conocimiento teológico, se concentra en Jesús quien es el revelador de los propósitos de Dios con su muerte y los eventos de su vida.","PeriodicalId":37934,"journal":{"name":"Theologica Xaveriana","volume":" 44","pages":""},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2024-04-17","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Theologica Xaveriana","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.11144/javeriana.tx74.cdcia","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"Q3","JCRName":"Arts and Humanities","Score":null,"Total":0}
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Abstract
El corpus ignaciano se refiere al conocimiento de Dios con la afirmación conocer a Dios es conocer a Jesucristo (Ignatius, Ef 17,2a). Si bien esta afirmación se ve cualificada en otros pasajes (Ignatius, Rm 8,2b), no es claro inmediatamente cómo es Jesús el conocimiento de Dios. Es decir, no es claro si el conocimiento de Dios trata de escuchar a Jesús, mirar y seguir su ejemplo, o si conocer a Jesús es conocer a Dios; porque Jesús y Dios son uno, lo cual implica que conocer uno es conocer el otro.La tesis de este ensayo consiste en que, para Ignacio, Jesucristo es el conocimiento de Dios, porque él revela en su vida y proceder, hasta su muerte, los propósitos de Dios. Recientes acercamientos a los estudios epistemológicos de los textos del Nuevo Testamento sugieren la necesidad de tratar el tema del conocimiento enfocándose en los lexemas que expresan dicho tema o concepto.Tal ejercicio permite ordenar y categorizar los distintos usos y da claridad sobre cómo se entienden los distintos tipos de conocimiento. Al aplicar el trabajo de Ian W. Scott, se sugiere que Ignacio trata por lo menos cuatro tipos de conocimiento: conocimiento del mundano (conocimiento que se aprehende por observación de fenómenos de la esfera pública); conocimiento teológico (conocimiento sobre Dios, que requiere que Dios se revele a sí mismo); conocimiento ético (conocimiento sobre cómo comportarse como miembros de la iglesia); conocimiento experiencial (cuyo conocimiento no implica la concepción de un objeto, sino tiene que ver con saber algo por experimentarlo). Es una aplicación de esta taxonomía a Ignacio, quien al hablar de conocimiento de Dios o conocimiento teológico, se concentra en Jesús quien es el revelador de los propósitos de Dios con su muerte y los eventos de su vida.