{"title":"Manejo hospitalario del traumatismo grave del adulto en las primeras 24 horas","authors":"P. Glasman , E. Dolla , M. Raux , A. James","doi":"10.1016/S1280-4703(24)48943-3","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><p>Un traumatizado grave es un paciente que ha sufrido una o varias lesiones físicas cuyas características o el mecanismo sugieren que podrían ser necesarios los recursos de un centro hospitalario especializado. Más del 50% de los pacientes con traumatismos graves que fallecen mueren en las primeras 24 horas, principalmente por shock hemorrágico y traumatismos craneales. La cadena asistencial inicial debe tener como objetivo principal reconocer y tratar lo antes posible estas situaciones, con el fin de reducir la mortalidad evitable. Esto implica que todo el personal conozca los principios de la clasificación de los traumatizados, con el fin de garantizar el triaje óptimo de todos ellos. Esta clasificación de la gravedad debe reevaluarse en cada etapa del tratamiento para tener en cuenta la progresión de la situación clínica. En particular, la evaluación a la llegada a la sala de emergencias es esencial, con la realización de la evaluación clínica primaria y de las primeras exploraciones a la cabecera del paciente. En los pacientes más graves, cada minuto cuenta, por lo que las decisiones del líder del equipo de traumatismos <em>(trauma leader)</em> sobre los procedimientos diagnósticos y terapéuticos que se deben realizar deben tener en cuenta siempre los plazos necesarios para su realización. Además, el número de profesionales necesarios para el tratamiento de estos pacientes requiere un dominio excelente de los conceptos de los factores humanos en sanidad y de la comunicación en situaciones críticas por todos los implicados en el manejo. Por último, la repetición diaria de este manejo constituye, junto con la realización de ejercicios de formación, la base de la respuesta hospitalaria a situaciones más complejas.</p></div>","PeriodicalId":100409,"journal":{"name":"EMC - Anestesia-Reanimación","volume":"50 2","pages":"Pages 1-27"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2024-04-24","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"EMC - Anestesia-Reanimación","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1280470324489433","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
Un traumatizado grave es un paciente que ha sufrido una o varias lesiones físicas cuyas características o el mecanismo sugieren que podrían ser necesarios los recursos de un centro hospitalario especializado. Más del 50% de los pacientes con traumatismos graves que fallecen mueren en las primeras 24 horas, principalmente por shock hemorrágico y traumatismos craneales. La cadena asistencial inicial debe tener como objetivo principal reconocer y tratar lo antes posible estas situaciones, con el fin de reducir la mortalidad evitable. Esto implica que todo el personal conozca los principios de la clasificación de los traumatizados, con el fin de garantizar el triaje óptimo de todos ellos. Esta clasificación de la gravedad debe reevaluarse en cada etapa del tratamiento para tener en cuenta la progresión de la situación clínica. En particular, la evaluación a la llegada a la sala de emergencias es esencial, con la realización de la evaluación clínica primaria y de las primeras exploraciones a la cabecera del paciente. En los pacientes más graves, cada minuto cuenta, por lo que las decisiones del líder del equipo de traumatismos (trauma leader) sobre los procedimientos diagnósticos y terapéuticos que se deben realizar deben tener en cuenta siempre los plazos necesarios para su realización. Además, el número de profesionales necesarios para el tratamiento de estos pacientes requiere un dominio excelente de los conceptos de los factores humanos en sanidad y de la comunicación en situaciones críticas por todos los implicados en el manejo. Por último, la repetición diaria de este manejo constituye, junto con la realización de ejercicios de formación, la base de la respuesta hospitalaria a situaciones más complejas.