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Abstract
Especialmente en la antropología latinoamericana, Hegel ha llegado a ser un trapo rojo debido a sus problemáticas afirmaciones en sus Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal. Esta actitud crítica hacia su filosofía se ve reforzada por la gran influencia que ha ejercido y ejerce en las ciencias sociales latinoamericanas el estructuralismo, caracterizado a menudo por posiciones explícitamente antihegelianas. Desde hace algunos años, Philippe Descola y Eduardo Viveiros de Castro encabezan una corriente teórica dentro de la antropología amazónica que se ha propuesto renovar la interpretación de las cosmologías de las sociedades amerindias iniciada por Claude Levi-Strauss hace casi medio siglo, recurriendo a la filosofía posestructuralista. Las culturas ya no se examinan en términos de su reproducción concreta en un ecosistema específico, sino que son concebidas como meras cosmovisiones que se habrían fijadas a partir de una deliberación metafísica original, y para las que las condiciones ecológicas parecen ser sólo una especie de ruido de fondo. Descola utiliza el término ontología para describirlas, y afirma que todas las sociedades del mundo pueden clasificarse en una de las cuatro clases de ontologías elaboradas por él: animismo, totemismo, analogismo y naturalismo.En este artículo intento mostrar, en primer lugar, cómo, utilizando un concepto que se remonta a Karl Marx, a saber, el de actividad vital, es muy posible determinar la forma y conformación de ciertas ontologías en función de diferentes parámetros ecológicos. El mecanismo intelectual decisivo que entra en juego en esta actividad vital es la destrucción del objeto, denominada por Hegel en su Differenzschrift; mediante el trabajo, la sociedad remodela el ecosistema que habita, por lo que los fenómenos naturales pierden para los colectivos su carácter antropomórfico. A partir de esta intuición, será posible rastrear el desarrollo de las ontologías nombradas por Descola hasta las reflexiones de Hegel sobre la religión, formuladas en la Fenomenología del Espíritu. Por último, repasaremos algunas de las observaciones de Hegel sobre las sociedades de África y América, a menudo (y en parte justificadamente) criticadas, y las evaluaremos en relación con el estado actual de la investigación antropológica, pero también mostraremos al mismo tiempo que algunas líneas de pensamiento del filósofo evidencian una asombrosa perspicacia antropológica, y que su filosofía ciertamente nos permite pensar de nuevo problemas antropológicos de suma importancia.