{"title":"Tratamiento quirúrgico del prolapso rectal completo del adulto","authors":"C. Korkmaz (PHC) , G. Meurette (PU-PH)","doi":"10.1016/S1282-9129(23)48667-9","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><p>El prolapso rectal completo consiste en la invaginación de la pared rectal en el conducto anal y su exteriorización a través del ano. Afecta principalmente a mujeres ancianas. Provoca molestias y trastornos de la continencia. El tratamiento es quirúrgico y se basa en dos accesos: una vía abdominal esencialmente laparoscópica y una vía perineal. La técnica de elección en Francia y Europa es la rectopexia ventral por laparoscopia según D’Hoore. Permite tratar un posible prolapso genital concomitante y ofrece un resultado excelente a largo plazo. Es la opción de elección en los pacientes que no presentan enfermedades concurrentes graves ni una edad muy avanzada. La rectopexia ventral implica una disección exclusivamente anterior al recto y disminuye los riesgos de lesiones nerviosas del plexo hipogástrico, lo que provoca menos estreñimiento y trastornos sexuales postoperatorios. Una asistencia robótica puede mejorar la comodidad del cirujano y facilita la disección pélvica. Las prótesis biológicas parecen ofrecer la misma eficacia con la ventaja de disminuir las complicaciones relacionadas con las erosiones protésicas a través del recto, pero con un coste mayor. Para los pacientes ancianos o frágiles, y dependiendo de la preferencia del cirujano, puede preferirse un acceso perineal. Hay dos intervenciones posibles: la técnica de Altemeier, consistente en realizar una resección rectosigmoidea por vía perineal con perineorrafia de los músculos elevadores, y la técnica de Delorme o mucosectomía y rectoplastia transanal a la que se puede añadir una miorrafia para reforzar el piso pélvico. Ofrecen resultados parecidos en términos de morbilidad y de eficacia a largo plazo. La obesidad dificulta la intervención, con independencia de la técnica, aunque el acceso perineal parece preferible en ocasiones según la experiencia de los autores. El tratamiento de la obesidad puede ser un prerrequisito para la cirugía del prolapso, porque es un factor de riesgo de recidiva de trastornos de la estática pélvica. En manos expertas, el acceso perineal puede ofrecer resultados similares a la ventropexia abdominal y lo esencial es proponer un resultado eficaz y satisfactorio.</p></div>","PeriodicalId":100450,"journal":{"name":"EMC - Técnicas Quirúrgicas - Aparato Digestivo","volume":"40 1","pages":"Pages 1-13"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2024-02-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1282912923486679/pdfft?md5=ef8a330df9b89315e2d6d8d61be54e2c&pid=1-s2.0-S1282912923486679-main.pdf","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"EMC - Técnicas Quirúrgicas - Aparato Digestivo","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1282912923486679","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
引用次数: 0
Abstract
El prolapso rectal completo consiste en la invaginación de la pared rectal en el conducto anal y su exteriorización a través del ano. Afecta principalmente a mujeres ancianas. Provoca molestias y trastornos de la continencia. El tratamiento es quirúrgico y se basa en dos accesos: una vía abdominal esencialmente laparoscópica y una vía perineal. La técnica de elección en Francia y Europa es la rectopexia ventral por laparoscopia según D’Hoore. Permite tratar un posible prolapso genital concomitante y ofrece un resultado excelente a largo plazo. Es la opción de elección en los pacientes que no presentan enfermedades concurrentes graves ni una edad muy avanzada. La rectopexia ventral implica una disección exclusivamente anterior al recto y disminuye los riesgos de lesiones nerviosas del plexo hipogástrico, lo que provoca menos estreñimiento y trastornos sexuales postoperatorios. Una asistencia robótica puede mejorar la comodidad del cirujano y facilita la disección pélvica. Las prótesis biológicas parecen ofrecer la misma eficacia con la ventaja de disminuir las complicaciones relacionadas con las erosiones protésicas a través del recto, pero con un coste mayor. Para los pacientes ancianos o frágiles, y dependiendo de la preferencia del cirujano, puede preferirse un acceso perineal. Hay dos intervenciones posibles: la técnica de Altemeier, consistente en realizar una resección rectosigmoidea por vía perineal con perineorrafia de los músculos elevadores, y la técnica de Delorme o mucosectomía y rectoplastia transanal a la que se puede añadir una miorrafia para reforzar el piso pélvico. Ofrecen resultados parecidos en términos de morbilidad y de eficacia a largo plazo. La obesidad dificulta la intervención, con independencia de la técnica, aunque el acceso perineal parece preferible en ocasiones según la experiencia de los autores. El tratamiento de la obesidad puede ser un prerrequisito para la cirugía del prolapso, porque es un factor de riesgo de recidiva de trastornos de la estática pélvica. En manos expertas, el acceso perineal puede ofrecer resultados similares a la ventropexia abdominal y lo esencial es proponer un resultado eficaz y satisfactorio.