O. Barbier (Professeur agrégé de l’École du Val-de-Grâce)
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Abstract
El antebrazo está formado por dos huesos, el radio y el cúbito, que entran en contacto en las articulaciones radiocubitales proximal y distal, y que participan en la orientación de la mano en el espacio y hacia la boca, en sinergia con el codo y el hombro, al permitir los movimientos de pronosupinación. La anatomía quirúrgica de los dos huesos del antebrazo difiere de forma considerable. El cúbito se palpa fácilmente a nivel subcutáneo en toda su longitud y se puede exponer de forma sencilla y directa sin peligro. Algunos accesos más específicos son útiles para abordar la apófisis coronoides o la articulación radiocubital distal. En cambio, el radio está rodeado por varios músculos y elementos vasculonerviosos destinados a la mano, incluido el nervio interóseo posterior en sus dos tercios proximales. Las vías de acceso deben respetar sus relaciones anatómicas evitando los nervios sensitivos profundos y superficiales del antebrazo (nervio radial y sus ramas, nervio cutáneo lateral del antebrazo y nervio cutáneo medial del antebrazo) y respetando la vascularización de los músculos y su inervación. Tres vías de acceso permiten una exposición completa del hueso (vía anterior y posterior del radio, vía posterior del cúbito). En general, sólo una parte de la vía es útil. No se recomiendan los accesos combinados del cúbito y del radio proximal por vía posterior debido al riesgo de sinostosis y de lesión del nervio interóseo posterior.