{"title":"El lugar del testigo. Escritura y memoria por Nora Strejilevich (review)","authors":"","doi":"10.1353/cnf.2023.a911290","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Reviewed by: El lugar del testigo. Escritura y memoria por Nora Strejilevich Pablo Codazzi El lugar del testigo. Escritura y memoria (Uruguay, Chile y Argentina), Nora Strejilevich. Villa María, Eduvim, 2022. 316 pp. ISBN 978987699736. Allí donde crece el peligro, crece también lo que salva. Hölderlin Nosotros estamos estampados con formas diferentes, pero tenemos la misma voz si se nos aprieta. Viktor Shklovski …Lo más terrible es la perversidad que penetra en la vida cotidiana, que se convierte en habitual. En realidad, estamos ya acostumbradas a nuestro modo de vida – si es que es posible llamarlo así- (…) por extraño que parezca también se ha constituido aquí una nomenclatura. Evguenia Guinzburg Escritura y memoria, narración y experiencia, dimensiones cuyo cruce históricamente ha generado discusión. El lugar del testigo se inscribe en un debate intrincado y longevo, para arrojar luz sobre una figura desleída o malinterpretada ¿Qué lugar ocupa la voz de los sobrevivientes en los procesos de elaboración simbólica sobre el horror? Este interrogante impulsa la profunda indagación que plantea la autora. Ya con Una sola muerte numerosa Nora Strejilevich nos había puesto frente a un relato indispensable y fuera de lo común, de lo acostumbrado. Una literatura contra la detención, imparable, cuya fuerza centrífuga deshilacha la lengua y nos permite reparar en el horror cotidiano que nos rodea y sobre el que caminamos a diario. Los síntomas del problema fundamental que Strejilevich señala son visibles en nuestra historia reciente. Si bien los argentinos contamos con una profusa literatura sobre la última dictadura militar (novelas, películas, documentales, investigaciones) la voz de [End Page 201] los sobrevivientes ocupa, paradójicamente, un lugar modesto en esta vasta producción simbólica. El testigo parece relegado exclusivamente al lugar discursivo de lo legal/judicial, cuando como matriz discursiva alberga una elocuencia mayor, multiforme y desbordante. El testigo es un mensajero invaluable, pero también es un extranjero de quien se desconfía en cuanto se corre del lugar que le asigna el status quo: Al portador de esta memoria (…) se lo acepta en los tribunales pero sigue ocupando un lugar incómodo en la sociedad: el manto de sospecha que lo rodea sigue vigente. Habría que preguntarse qué es lo que ciertos sectores ven y proyectan en su figura para que esta marginalización se siga sosteniendo en el tiempo. (40) Contra toda asunción de que la experiencia es inenarrable y mediante un abordaje exhaustivo, erudito y multilateral, Nora indaga en todas las aristas y pliegues del discurso testimonial. La voz del testigo horada las categorías que la historia y la teoría esgrimen como verdades cerradas y últimas. Para que el testimonio arraigue y dé frutos es fundamental propiciar las condiciones de escucha adecuadas, afinar el oído de la época. Esta tarea titánica solo es posible mediante una concienzuda y descarnada revisión lingüística y terminológica. \"Un glosario sin definiciones\" (uno de los apartados del libro) se ofrece como espacio para repensar la nomenclatura acuñada sobre el testimonio: \"no hay forma de desandar por completo el destino de una lengua atravesada por el horror. Nos urge escribir desde los escombros y reinventar formas de decir(nos) porque el lenguaje nos constituye\" (80). Esta revisión de conceptos y categorías asociados (y cristalizados) a la experiencia del trauma no obedece a una pretensión de refinamiento intelectual sino a una urgencia imperiosa ante el avance y afianzamiento de las siempre acechantes retóricas del terror (el negacionismo, el relativismo, los discursos del odio que tan profundo calan en los jóvenes actualmente). La primera persona, las figuras simbólicas y los pactos de lectura son los principales nudos problemáticos puestos en crisis. Sobre el deslinde entre el yo autobiográfico (de raigambre burguesa y cierto egocentrismo) y el testimonial, Strejilevich dice: \"el testigo que volvió del campo, no creó el mundo que viene a contar, y no solo no fue el centro sino que allí intentaron volverlo anónimo. 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Abstract
Reviewed by: El lugar del testigo. Escritura y memoria por Nora Strejilevich Pablo Codazzi El lugar del testigo. Escritura y memoria (Uruguay, Chile y Argentina), Nora Strejilevich. Villa María, Eduvim, 2022. 316 pp. ISBN 978987699736. Allí donde crece el peligro, crece también lo que salva. Hölderlin Nosotros estamos estampados con formas diferentes, pero tenemos la misma voz si se nos aprieta. Viktor Shklovski …Lo más terrible es la perversidad que penetra en la vida cotidiana, que se convierte en habitual. En realidad, estamos ya acostumbradas a nuestro modo de vida – si es que es posible llamarlo así- (…) por extraño que parezca también se ha constituido aquí una nomenclatura. Evguenia Guinzburg Escritura y memoria, narración y experiencia, dimensiones cuyo cruce históricamente ha generado discusión. El lugar del testigo se inscribe en un debate intrincado y longevo, para arrojar luz sobre una figura desleída o malinterpretada ¿Qué lugar ocupa la voz de los sobrevivientes en los procesos de elaboración simbólica sobre el horror? Este interrogante impulsa la profunda indagación que plantea la autora. Ya con Una sola muerte numerosa Nora Strejilevich nos había puesto frente a un relato indispensable y fuera de lo común, de lo acostumbrado. Una literatura contra la detención, imparable, cuya fuerza centrífuga deshilacha la lengua y nos permite reparar en el horror cotidiano que nos rodea y sobre el que caminamos a diario. Los síntomas del problema fundamental que Strejilevich señala son visibles en nuestra historia reciente. Si bien los argentinos contamos con una profusa literatura sobre la última dictadura militar (novelas, películas, documentales, investigaciones) la voz de [End Page 201] los sobrevivientes ocupa, paradójicamente, un lugar modesto en esta vasta producción simbólica. El testigo parece relegado exclusivamente al lugar discursivo de lo legal/judicial, cuando como matriz discursiva alberga una elocuencia mayor, multiforme y desbordante. El testigo es un mensajero invaluable, pero también es un extranjero de quien se desconfía en cuanto se corre del lugar que le asigna el status quo: Al portador de esta memoria (…) se lo acepta en los tribunales pero sigue ocupando un lugar incómodo en la sociedad: el manto de sospecha que lo rodea sigue vigente. Habría que preguntarse qué es lo que ciertos sectores ven y proyectan en su figura para que esta marginalización se siga sosteniendo en el tiempo. (40) Contra toda asunción de que la experiencia es inenarrable y mediante un abordaje exhaustivo, erudito y multilateral, Nora indaga en todas las aristas y pliegues del discurso testimonial. La voz del testigo horada las categorías que la historia y la teoría esgrimen como verdades cerradas y últimas. Para que el testimonio arraigue y dé frutos es fundamental propiciar las condiciones de escucha adecuadas, afinar el oído de la época. Esta tarea titánica solo es posible mediante una concienzuda y descarnada revisión lingüística y terminológica. "Un glosario sin definiciones" (uno de los apartados del libro) se ofrece como espacio para repensar la nomenclatura acuñada sobre el testimonio: "no hay forma de desandar por completo el destino de una lengua atravesada por el horror. Nos urge escribir desde los escombros y reinventar formas de decir(nos) porque el lenguaje nos constituye" (80). Esta revisión de conceptos y categorías asociados (y cristalizados) a la experiencia del trauma no obedece a una pretensión de refinamiento intelectual sino a una urgencia imperiosa ante el avance y afianzamiento de las siempre acechantes retóricas del terror (el negacionismo, el relativismo, los discursos del odio que tan profundo calan en los jóvenes actualmente). La primera persona, las figuras simbólicas y los pactos de lectura son los principales nudos problemáticos puestos en crisis. Sobre el deslinde entre el yo autobiográfico (de raigambre burguesa y cierto egocentrismo) y el testimonial, Strejilevich dice: "el testigo que volvió del campo, no creó el mundo que viene a contar, y no solo no fue el centro sino que allí intentaron volverlo anónimo. Por eso le importa crear sentido, comprender, asimilar, compartir lo padecido en nombre propio y...