{"title":"Alternativas al no-futuro: la videoinstalación como espacio para lo político.","authors":"Patricia García Gómez","doi":"10.4995/eshid2021.2021.13234","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"“Ha comenzado la historia de las catástrofes”, decía Svetlana Alexiévich en Voces de Chernobyl. Y la historia no deja de mostrar sus advertencias. La aceleración, la explotación y la acumulación sin medida amenaza con conducirnos al colapso de la economía, de nuestros propios cuerpos, de la naturaleza, al fin de la propia supervivencia. El futuro no se percibe ya como promesa, sino como el horizonte sombrío que se nos viene encima. Después de decretarse el fin de la historia (el fin de un relato capaz de dar cuenta del presente), se da por acabado también el futuro. El presente se cierra en una repetición sin salida, sin horizontes, sin utopías, y con los sueños fascistas de la “retrotopía” pisándonos los talones. ¿Hay posibilidad más allá de este no-tiempo vacío del presente? ¿Podemos todavía pensar el futuro? En este contexto de crisis urgente en el que se plantea la necesidad de transformar radicalmente nuestras formas habitar el tiempo y el espacio, de relacionarnos con el mundo y con el otro (el otro natural y animal, el otro racializado, sexualizado, incapacitado, etc.), apostamos por la dimensión estética como vía capaz de generar espacios donde abrir lo posible y performar modos alternativos de experiencia. Más concretamente, exploramos el potencial transformador del espacio expositivo de la videoinstalación por al fuerte componente teatral que lleva al espectador a participar activamente en el recorrido visual propuesto, a comprometerse corporalmente –afectivamente– con lo que sucede aquí y ahora. La duración de la mirada que este tipo de experiencias visuales son capaces de promover, no solamente porque duran en el tiempo y en el espacio, sino también en la medida que oponen resistencia a narrativas inmediatas, en que introducen disonancias perceptivas y/o temporales, en que nos retan a un trabajo de la mirada, hace de ellas un terreno óptimo para estudiar la fuerza performativa de la imagen. Para la reflexión acudimos a la obra de la teórica cultural y video artista Mieke Bal, donde ofrece algunas claves para comprender aquello que hace de este espacio colectivo un espacio decisivo para lo político. A través de la reflexión teórica sobre la obra de numerosos video artistas, pero también a través de su propia producción en vídeo llevada al espacio expositivo en instalaciones multipantalla, la autora pone el foco en lo que acaece aquí y ahora, en el espacio-entre imágenes, en la capacidad de la imagen, en un trabajo conjunto con la mirada, de ponernos en movimiento (reflexiva y afectivamente). Un espacio-entre (como en el de los sueños, como en el de la locura) en el que se produce la interrupción de los hábitos temporales y espaciales que traemos de la realidad cotidiana, –su vacío acelerado–, no para restituir la historia –su continuidad teleológica–, sino para ensayar otras formas de temporalidad, otra posibilidad del tiempo. Un espacio-entre en el que las fronteras de todo tipo (entre lo privado y lo público, el yo y el otro) son atravesadas, donde hacer del conocimiento (como del sujeto, como de la historia) algo en devenir. Más que informar de la alternativa, se trata, pues de ofrecer un espacio para que suceda, de intervenir la mirada y la imaginación como condición para intervenir lo social.","PeriodicalId":137325,"journal":{"name":"EShID2021 - II Congreso Internacional Estéticas Híbridas de la Imagen en Movimiento: Identidad y Patrimonio","volume":"1 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2021-10-20","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"EShID2021 - II Congreso Internacional Estéticas Híbridas de la Imagen en Movimiento: Identidad y Patrimonio","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.4995/eshid2021.2021.13234","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
引用次数: 0
Abstract
“Ha comenzado la historia de las catástrofes”, decía Svetlana Alexiévich en Voces de Chernobyl. Y la historia no deja de mostrar sus advertencias. La aceleración, la explotación y la acumulación sin medida amenaza con conducirnos al colapso de la economía, de nuestros propios cuerpos, de la naturaleza, al fin de la propia supervivencia. El futuro no se percibe ya como promesa, sino como el horizonte sombrío que se nos viene encima. Después de decretarse el fin de la historia (el fin de un relato capaz de dar cuenta del presente), se da por acabado también el futuro. El presente se cierra en una repetición sin salida, sin horizontes, sin utopías, y con los sueños fascistas de la “retrotopía” pisándonos los talones. ¿Hay posibilidad más allá de este no-tiempo vacío del presente? ¿Podemos todavía pensar el futuro? En este contexto de crisis urgente en el que se plantea la necesidad de transformar radicalmente nuestras formas habitar el tiempo y el espacio, de relacionarnos con el mundo y con el otro (el otro natural y animal, el otro racializado, sexualizado, incapacitado, etc.), apostamos por la dimensión estética como vía capaz de generar espacios donde abrir lo posible y performar modos alternativos de experiencia. Más concretamente, exploramos el potencial transformador del espacio expositivo de la videoinstalación por al fuerte componente teatral que lleva al espectador a participar activamente en el recorrido visual propuesto, a comprometerse corporalmente –afectivamente– con lo que sucede aquí y ahora. La duración de la mirada que este tipo de experiencias visuales son capaces de promover, no solamente porque duran en el tiempo y en el espacio, sino también en la medida que oponen resistencia a narrativas inmediatas, en que introducen disonancias perceptivas y/o temporales, en que nos retan a un trabajo de la mirada, hace de ellas un terreno óptimo para estudiar la fuerza performativa de la imagen. Para la reflexión acudimos a la obra de la teórica cultural y video artista Mieke Bal, donde ofrece algunas claves para comprender aquello que hace de este espacio colectivo un espacio decisivo para lo político. A través de la reflexión teórica sobre la obra de numerosos video artistas, pero también a través de su propia producción en vídeo llevada al espacio expositivo en instalaciones multipantalla, la autora pone el foco en lo que acaece aquí y ahora, en el espacio-entre imágenes, en la capacidad de la imagen, en un trabajo conjunto con la mirada, de ponernos en movimiento (reflexiva y afectivamente). Un espacio-entre (como en el de los sueños, como en el de la locura) en el que se produce la interrupción de los hábitos temporales y espaciales que traemos de la realidad cotidiana, –su vacío acelerado–, no para restituir la historia –su continuidad teleológica–, sino para ensayar otras formas de temporalidad, otra posibilidad del tiempo. Un espacio-entre en el que las fronteras de todo tipo (entre lo privado y lo público, el yo y el otro) son atravesadas, donde hacer del conocimiento (como del sujeto, como de la historia) algo en devenir. Más que informar de la alternativa, se trata, pues de ofrecer un espacio para que suceda, de intervenir la mirada y la imaginación como condición para intervenir lo social.