Catalina Castrillo Hine, Esteban Azúa Morera, Isabel Morelli Martínez, Carlos Javier Elizondo Ramos
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Abstract
La retinopatía del prematuro (RDP) es la causa principal de ceguera en pacientes pediátricos. Se trata de una patología multifactorial del desarrollo de los vasos sanguíneos retinales en niños prematuros. Los factores de riesgo pueden clasificar en 3 grupos: factores maternos, factores infantiles y factores peri y prenatales. De los neonatos nacidos con bajo peso o muy bajo peso, hasta un 60% desarrollarán algún grado de retinopatía del prematuro, de los cuales hasta un 8% será severa y hasta un 6% requerirá tratamiento. Su diagnóstico se basa en el tamizaje a la hora del nacimiento. Actualmente se recomienda un tamizaje no solo de RDP, sino también de sus factores de riesgo. La RDP debería tener un seguimiento multidisciplinario que incluya un tamizaje sistemático, tratamiento individualizado y un seguimiento a largo plazo. Su fisiopatología ocurre en dos etapas. La primera, la fase isquémica, se caracteriza por la interrupción de la progresión del lecho capilar. La segunda fase, llamada fase proliferativa, se secretan factores vasculogénicos en respuesta a la hipoxia neuronal. Pueden ocurrir complicaciones que comprometen el pronóstico visual del paciente, como desprendimiento de retina y hemorragias retinianas. Su presentación clínica comprende 5 estadios, desde la regresión espontánea de las alteraciones encontradas a nivel retiniano hasta el desprendimiento completo que se muestra clínicamente como ceguera. Pueden ocurrir complicaciones que comprometen el pronóstico visual del paciente, como desprendimiento de retina y hemorragias retinianas.