{"title":"Acné","authors":"C. Goeller , N. Lachaume , E. Bourrat","doi":"10.1016/S1245-1789(22)46501-2","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><p>El acné es una patología cutánea inflamatoria crónica frecuente que afecta al folículo pilosebáceo. Aparece sobre todo en períodos de cambios hormonales, en particular durante la adolescencia, pero puede observarse a cualquier edad. La inflamación y los cambios hormonales provocan una alteración del funcionamiento del folículo pilosebáceo, con una producción excesiva de sebo y una queratinización anormal del folículo que ocasionan la obstrucción de los poros y la aparición de las lesiones presentes en el acné. La inflamación es un precursor indispensable para el desarrollo de la lesión del acné y en la evolución de esta patología. El acné juvenil polimorfo constituye la forma común del adolescente. Se observa una asociación de lesiones retencionales e inflamatorias en un contexto de seborrea en la cara y en ocasiones en la parte superior de la espalda y en el escote. Los acnés neonatal, infantil y prepuberal, menos conocidos, provocan con frecuencia un retraso diagnóstico. En la exploración física se deben descartar signos de virilización y de pubertad precoz que requerirían un tratamiento adaptado. El acné es una dermatosis «evidente», de varios años de evolución. Puede ocasionar repercusiones psicosociales que alteran la calidad de vida. Presenta también el riesgo de secuelas cicatriciales. Los tratamientos del acné sólo son suspensivos (salvo la isotretinoína). Los tratamientos tópicos representan los tratamientos de primera línea: peróxido de benzoilo, retinoides tópicos, antibioticoterapia tópica, ácido azelaico, con posibilidad de asociar algunos otros fármacos. Entre los tratamientos sistémicos se encuentran los antibióticos orales y la isotretinoína. Es necesario el cumplimiento terapéutico para obtener una óptima eficacia, con una reevaluación cada 3 meses de cada opción terapéutica introducida y un seguimiento del tratamiento de mantenimiento durante el tiempo que sea necesario.</p></div>","PeriodicalId":72894,"journal":{"name":"EMC. Pediatria","volume":"57 2","pages":"Pages 1-12"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2022-06-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"EMC. Pediatria","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1245178922465012","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
El acné es una patología cutánea inflamatoria crónica frecuente que afecta al folículo pilosebáceo. Aparece sobre todo en períodos de cambios hormonales, en particular durante la adolescencia, pero puede observarse a cualquier edad. La inflamación y los cambios hormonales provocan una alteración del funcionamiento del folículo pilosebáceo, con una producción excesiva de sebo y una queratinización anormal del folículo que ocasionan la obstrucción de los poros y la aparición de las lesiones presentes en el acné. La inflamación es un precursor indispensable para el desarrollo de la lesión del acné y en la evolución de esta patología. El acné juvenil polimorfo constituye la forma común del adolescente. Se observa una asociación de lesiones retencionales e inflamatorias en un contexto de seborrea en la cara y en ocasiones en la parte superior de la espalda y en el escote. Los acnés neonatal, infantil y prepuberal, menos conocidos, provocan con frecuencia un retraso diagnóstico. En la exploración física se deben descartar signos de virilización y de pubertad precoz que requerirían un tratamiento adaptado. El acné es una dermatosis «evidente», de varios años de evolución. Puede ocasionar repercusiones psicosociales que alteran la calidad de vida. Presenta también el riesgo de secuelas cicatriciales. Los tratamientos del acné sólo son suspensivos (salvo la isotretinoína). Los tratamientos tópicos representan los tratamientos de primera línea: peróxido de benzoilo, retinoides tópicos, antibioticoterapia tópica, ácido azelaico, con posibilidad de asociar algunos otros fármacos. Entre los tratamientos sistémicos se encuentran los antibióticos orales y la isotretinoína. Es necesario el cumplimiento terapéutico para obtener una óptima eficacia, con una reevaluación cada 3 meses de cada opción terapéutica introducida y un seguimiento del tratamiento de mantenimiento durante el tiempo que sea necesario.