{"title":"谁是法西斯(Chi法西斯)","authors":"Juan Pablo SERRA BELLVER","doi":"10.32466/eufv-cyh.2023.19.783.283-286","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"En su manual de introducción a las ideologías políticas —un texto muy frecuentado por universitarios angloamericanos desde su aparición en 1992—, Andrew Heywood delineó con precisión las dos líneas de análisis sobre el futuro de la ideología que conocemos como fascismo. Para muchos autores, fundamentalmente historiadores, el fascismo “fue el producto de una combinación de circunstancias única y dramáticamente combustible que surgieron durante el período de entreguerras”. Y, como estas circunstancias no pueden replicarse, “el fascismo es una ideología sin futuro; en efecto, murió en 1945, con la derrota de las potencias del Eje”. Otros, en cambio, entienden que el fascismo es una amenaza constante enraizada en la psicología humana. La civilización moderna, diría Erich Fromm, trae consigo mayores cotas de libertad individual pero también inseguridad y aislamiento. En épocas de crisis, muchos individuos están dispuestos a sacrificar su libertad “y a buscar seguridad en la sumisión a un líder todopoderoso o a un estado totalitario”. El fascismo —concluyen, entonces, no pocos intelectuales, artistas y filósofos— “podría revivir cada vez que surjan situaciones de crisis, incertidumbre y desorden, y no sólo cuando coincidan un conjunto específico de circunstancias” (Political Ideologies. An Introduction, Red Globe Press, Londres, 7ª ed., 2021, 166-167). \n ","PeriodicalId":0,"journal":{"name":"","volume":null,"pages":null},"PeriodicalIF":0.0,"publicationDate":"2023-02-03","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":"{\"title\":\"Quién es fascista (Chi è fascista)\",\"authors\":\"Juan Pablo SERRA BELLVER\",\"doi\":\"10.32466/eufv-cyh.2023.19.783.283-286\",\"DOIUrl\":null,\"url\":null,\"abstract\":\"En su manual de introducción a las ideologías políticas —un texto muy frecuentado por universitarios angloamericanos desde su aparición en 1992—, Andrew Heywood delineó con precisión las dos líneas de análisis sobre el futuro de la ideología que conocemos como fascismo. Para muchos autores, fundamentalmente historiadores, el fascismo “fue el producto de una combinación de circunstancias única y dramáticamente combustible que surgieron durante el período de entreguerras”. Y, como estas circunstancias no pueden replicarse, “el fascismo es una ideología sin futuro; en efecto, murió en 1945, con la derrota de las potencias del Eje”. Otros, en cambio, entienden que el fascismo es una amenaza constante enraizada en la psicología humana. La civilización moderna, diría Erich Fromm, trae consigo mayores cotas de libertad individual pero también inseguridad y aislamiento. En épocas de crisis, muchos individuos están dispuestos a sacrificar su libertad “y a buscar seguridad en la sumisión a un líder todopoderoso o a un estado totalitario”. El fascismo —concluyen, entonces, no pocos intelectuales, artistas y filósofos— “podría revivir cada vez que surjan situaciones de crisis, incertidumbre y desorden, y no sólo cuando coincidan un conjunto específico de circunstancias” (Political Ideologies. An Introduction, Red Globe Press, Londres, 7ª ed., 2021, 166-167). \\n \",\"PeriodicalId\":0,\"journal\":{\"name\":\"\",\"volume\":null,\"pages\":null},\"PeriodicalIF\":0.0,\"publicationDate\":\"2023-02-03\",\"publicationTypes\":\"Journal Article\",\"fieldsOfStudy\":null,\"isOpenAccess\":false,\"openAccessPdf\":\"\",\"citationCount\":\"0\",\"resultStr\":null,\"platform\":\"Semanticscholar\",\"paperid\":null,\"PeriodicalName\":\"\",\"FirstCategoryId\":\"1085\",\"ListUrlMain\":\"https://doi.org/10.32466/eufv-cyh.2023.19.783.283-286\",\"RegionNum\":0,\"RegionCategory\":null,\"ArticlePicture\":[],\"TitleCN\":null,\"AbstractTextCN\":null,\"PMCID\":null,\"EPubDate\":\"\",\"PubModel\":\"\",\"JCR\":\"\",\"JCRName\":\"\",\"Score\":null,\"Total\":0}","platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.32466/eufv-cyh.2023.19.783.283-286","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
En su manual de introducción a las ideologías políticas —un texto muy frecuentado por universitarios angloamericanos desde su aparición en 1992—, Andrew Heywood delineó con precisión las dos líneas de análisis sobre el futuro de la ideología que conocemos como fascismo. Para muchos autores, fundamentalmente historiadores, el fascismo “fue el producto de una combinación de circunstancias única y dramáticamente combustible que surgieron durante el período de entreguerras”. Y, como estas circunstancias no pueden replicarse, “el fascismo es una ideología sin futuro; en efecto, murió en 1945, con la derrota de las potencias del Eje”. Otros, en cambio, entienden que el fascismo es una amenaza constante enraizada en la psicología humana. La civilización moderna, diría Erich Fromm, trae consigo mayores cotas de libertad individual pero también inseguridad y aislamiento. En épocas de crisis, muchos individuos están dispuestos a sacrificar su libertad “y a buscar seguridad en la sumisión a un líder todopoderoso o a un estado totalitario”. El fascismo —concluyen, entonces, no pocos intelectuales, artistas y filósofos— “podría revivir cada vez que surjan situaciones de crisis, incertidumbre y desorden, y no sólo cuando coincidan un conjunto específico de circunstancias” (Political Ideologies. An Introduction, Red Globe Press, Londres, 7ª ed., 2021, 166-167).