{"title":"Paralelismos entre terrorismo y violencia machista","authors":"María del Mar Daza Bonachela","doi":"10.15366/jfgws2015.1.007","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"El estudio de todos los programas de ayudas a víctimas de delitos violentos en España (legislación y literatura científica) revela muy distintos desarrollos en cada ámbito delictivo (terrorismo, otros delitos violentos y contra la libertad sexual, y violencia de género y doméstica), que privilegian extraordinariamente a las víctimas de terrorismo, contrastando con un apoyo muy cicatero a todo el resto. La diferencia de trato a víctimas con el mismo daño es tremenda, y no sólo en aspectos materiales, también en los de reconocimiento y educación social. He indagado qué razones se esgrimen para justificar esa inequidad. La victimización terrorista, dicen, es la del inocente instrumentalizado por antonomasia; implícitamente asignan cuotas de culpa a las demás víctimas, carentes de la idealidad victimal que recibe reconocimiento y apoyo. El patriarcado y sus reformulaciones reaccionarias llevan la milenaria presunción de culpabilidad de las mujeres al extremo, niegan a sus víctimas el reconocimiento, cuestionando su legitimidad para acceder a las escasas medidas de apoyo previstas por la ley, y cuestionan la propia Ley Integral, con efectos funestos. Mientras, las ayudas y apoyos para atender a las víctimas de terrorismo no han cesado de aumentar. Pero al analizar el concepto de terrorismo, sus rasgos definitorios resultan igualmente aplicables al terrorismo machista: es violencia directa, genera dinámicas de terror, tiene intencionalidad política y se ejerce con respaldo de una organización (la mayor de todas, ahí el gran problema). Es preciso un análisis profundo y una mirada global, que atienda equitativamente a todas las víctimas en función del daño recibido y sus necesidades, y se desmarque del populismo penal (punitivismo exacerbado), que englobe a las víctimas, los victimarios y las circunstancias sociales, que centre el foco en la prevención, educación y corresponsabilidad social.","PeriodicalId":235256,"journal":{"name":"Journal of Feminist, Gender and Women Studies","volume":null,"pages":null},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2015-04-08","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Journal of Feminist, Gender and Women Studies","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.15366/jfgws2015.1.007","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
Paralelismos entre terrorismo y violencia machista
El estudio de todos los programas de ayudas a víctimas de delitos violentos en España (legislación y literatura científica) revela muy distintos desarrollos en cada ámbito delictivo (terrorismo, otros delitos violentos y contra la libertad sexual, y violencia de género y doméstica), que privilegian extraordinariamente a las víctimas de terrorismo, contrastando con un apoyo muy cicatero a todo el resto. La diferencia de trato a víctimas con el mismo daño es tremenda, y no sólo en aspectos materiales, también en los de reconocimiento y educación social. He indagado qué razones se esgrimen para justificar esa inequidad. La victimización terrorista, dicen, es la del inocente instrumentalizado por antonomasia; implícitamente asignan cuotas de culpa a las demás víctimas, carentes de la idealidad victimal que recibe reconocimiento y apoyo. El patriarcado y sus reformulaciones reaccionarias llevan la milenaria presunción de culpabilidad de las mujeres al extremo, niegan a sus víctimas el reconocimiento, cuestionando su legitimidad para acceder a las escasas medidas de apoyo previstas por la ley, y cuestionan la propia Ley Integral, con efectos funestos. Mientras, las ayudas y apoyos para atender a las víctimas de terrorismo no han cesado de aumentar. Pero al analizar el concepto de terrorismo, sus rasgos definitorios resultan igualmente aplicables al terrorismo machista: es violencia directa, genera dinámicas de terror, tiene intencionalidad política y se ejerce con respaldo de una organización (la mayor de todas, ahí el gran problema). Es preciso un análisis profundo y una mirada global, que atienda equitativamente a todas las víctimas en función del daño recibido y sus necesidades, y se desmarque del populismo penal (punitivismo exacerbado), que englobe a las víctimas, los victimarios y las circunstancias sociales, que centre el foco en la prevención, educación y corresponsabilidad social.