{"title":"回顾怀孕期间补充营养的好处:从铁和叶酸到益生菌和长链多不饱和脂肪酸","authors":"Usha Ramakrishnan","doi":"10.1159/000320355","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"En esta revisión se resume el conocimiento actual sobre la eficacia de los aportes complementarios prenatales de nutrientes, desde hierro y ácido fólico (HAF), que representan el patrón asistencial en muchas partes del mundo, hasta los más novedosos como ácidos grasos ω–3 y probióticos, en la mejora de los desenlaces del estado de salud materno-infantil. En ensayos aleatorios controlados se ha demostrado que los aportes complementarios prenatales de HAF reducen el riesgo de anemia y carencia de hierro durante el embarazo y a término, si bien las pruebas a favor de las reducciones del riesgo de bajo peso al nacer (BPN) y parto prematuro (PP) son débiles. No obstante, en estudios recientes se da a entender que los aportes complementarios prenatales de HAF pueden reducir la mortalidad infantil. Por otra parte, se dispone de datos convincentes a favor de que los aportes complementarios de micronutrientes múltiples, que contienen 1 a 2 ingestiones diarias recomendadas de varias vitaminas y minerales, son seguros y reducen el riesgo de BPN en el 19 y el 17% en comparación con un placebo o con la administración sistemática de HAF. También se ha demostrado que los aportes complementarios prenatales de calcio (>1 g/día) reducen significativamente el riesgo de preeclampsia y mortalidad o morbilidad grave materna en el 52 y el 20%, respectivamente. Los aportes complementarios de cinc y aceite de pescado, que contiene ácidos grasos ω–3, pueden también incrementar, en poblaciones seleccionadas, la edad gestacional y reducir el riesgo de PP, pero no de BPN. No obstante, la disponibilidad de datos que apoyen el suministro de aportes complementarios que contengan sólo las vitaminas A y D o antioxidantes como las vitaminas C y E, son limitados. Aunque el efecto protector del ácido fólico durante el periodo periconceptivo consistente en reducir las anomalías congénitas del tubo neural está confirmado, en muy pocos o en ningún ensayo de intervención se han evaluado los efectos independientes de vitaminas B específicas (vitaminas B6, B12 y ácido fólico), ácido docosahexanoico y probióticos durante el embarazo. Tampoco se han explorado los efectos de aportes complementarios prenatales de yodo en zonas con carencia leve a moderada del mismo. 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También se ha demostrado que los aportes complementarios prenatales de calcio (>1 g/día) reducen significativamente el riesgo de preeclampsia y mortalidad o morbilidad grave materna en el 52 y el 20%, respectivamente. Los aportes complementarios de cinc y aceite de pescado, que contiene ácidos grasos ω–3, pueden también incrementar, en poblaciones seleccionadas, la edad gestacional y reducir el riesgo de PP, pero no de BPN. No obstante, la disponibilidad de datos que apoyen el suministro de aportes complementarios que contengan sólo las vitaminas A y D o antioxidantes como las vitaminas C y E, son limitados. Aunque el efecto protector del ácido fólico durante el periodo periconceptivo consistente en reducir las anomalías congénitas del tubo neural está confirmado, en muy pocos o en ningún ensayo de intervención se han evaluado los efectos independientes de vitaminas B específicas (vitaminas B6, B12 y ácido fólico), ácido docosahexanoico y probióticos durante el embarazo. 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Una revisión de los beneficios del aporte complementario de nutrientes durante el embarazo: desde hierro y ácido fólico hasta probióticos pasando por ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga
En esta revisión se resume el conocimiento actual sobre la eficacia de los aportes complementarios prenatales de nutrientes, desde hierro y ácido fólico (HAF), que representan el patrón asistencial en muchas partes del mundo, hasta los más novedosos como ácidos grasos ω–3 y probióticos, en la mejora de los desenlaces del estado de salud materno-infantil. En ensayos aleatorios controlados se ha demostrado que los aportes complementarios prenatales de HAF reducen el riesgo de anemia y carencia de hierro durante el embarazo y a término, si bien las pruebas a favor de las reducciones del riesgo de bajo peso al nacer (BPN) y parto prematuro (PP) son débiles. No obstante, en estudios recientes se da a entender que los aportes complementarios prenatales de HAF pueden reducir la mortalidad infantil. Por otra parte, se dispone de datos convincentes a favor de que los aportes complementarios de micronutrientes múltiples, que contienen 1 a 2 ingestiones diarias recomendadas de varias vitaminas y minerales, son seguros y reducen el riesgo de BPN en el 19 y el 17% en comparación con un placebo o con la administración sistemática de HAF. También se ha demostrado que los aportes complementarios prenatales de calcio (>1 g/día) reducen significativamente el riesgo de preeclampsia y mortalidad o morbilidad grave materna en el 52 y el 20%, respectivamente. Los aportes complementarios de cinc y aceite de pescado, que contiene ácidos grasos ω–3, pueden también incrementar, en poblaciones seleccionadas, la edad gestacional y reducir el riesgo de PP, pero no de BPN. No obstante, la disponibilidad de datos que apoyen el suministro de aportes complementarios que contengan sólo las vitaminas A y D o antioxidantes como las vitaminas C y E, son limitados. Aunque el efecto protector del ácido fólico durante el periodo periconceptivo consistente en reducir las anomalías congénitas del tubo neural está confirmado, en muy pocos o en ningún ensayo de intervención se han evaluado los efectos independientes de vitaminas B específicas (vitaminas B6, B12 y ácido fólico), ácido docosahexanoico y probióticos durante el embarazo. Tampoco se han explorado los efectos de aportes complementarios prenatales de yodo en zonas con carencia leve a moderada del mismo. Si bien algunos de estos nutrientes pueden no influir sobre desenlaces como PP o BPN, pueden producir beneficios a largo plazo para el estado de salud y el desarrollo de la descendencia.