{"title":"曼纽尔Alcántara诗歌艺术札记","authors":"J. Soto, M. Aldrich","doi":"10.1353/SIR.2010.0094","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Según algunos—Rainer María Rilke el primero entre ellos-, la verdadera y única patria de los seres humanos es su infancia. Otros, sin embargo, sostienen que la patria del hombre es la palabra, la lengua en la que hablan, escriben y, en consecuencia, se comunican con el resto de sus congéneres. Unos y otros consideran que la patria, más que un lugar geográfico, es un ámbito mental. Así parece intuirlo Manuel Alcántara en los dos versos finales del poema “Viajes”: “Para haber visto todo acaso baste/ mirar desde el balcón la luna apátrida.”","PeriodicalId":164794,"journal":{"name":"Sirena: poesia, arte y critica","volume":"5 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2010-10-23","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":"{\"title\":\"Notes On Manuel Alcántara's Poetic Art\",\"authors\":\"J. Soto, M. Aldrich\",\"doi\":\"10.1353/SIR.2010.0094\",\"DOIUrl\":null,\"url\":null,\"abstract\":\"Según algunos—Rainer María Rilke el primero entre ellos-, la verdadera y única patria de los seres humanos es su infancia. Otros, sin embargo, sostienen que la patria del hombre es la palabra, la lengua en la que hablan, escriben y, en consecuencia, se comunican con el resto de sus congéneres. Unos y otros consideran que la patria, más que un lugar geográfico, es un ámbito mental. Así parece intuirlo Manuel Alcántara en los dos versos finales del poema “Viajes”: “Para haber visto todo acaso baste/ mirar desde el balcón la luna apátrida.”\",\"PeriodicalId\":164794,\"journal\":{\"name\":\"Sirena: poesia, arte y critica\",\"volume\":\"5 1\",\"pages\":\"0\"},\"PeriodicalIF\":0.0000,\"publicationDate\":\"2010-10-23\",\"publicationTypes\":\"Journal Article\",\"fieldsOfStudy\":null,\"isOpenAccess\":false,\"openAccessPdf\":\"\",\"citationCount\":\"0\",\"resultStr\":null,\"platform\":\"Semanticscholar\",\"paperid\":null,\"PeriodicalName\":\"Sirena: poesia, arte y critica\",\"FirstCategoryId\":\"1085\",\"ListUrlMain\":\"https://doi.org/10.1353/SIR.2010.0094\",\"RegionNum\":0,\"RegionCategory\":null,\"ArticlePicture\":[],\"TitleCN\":null,\"AbstractTextCN\":null,\"PMCID\":null,\"EPubDate\":\"\",\"PubModel\":\"\",\"JCR\":\"\",\"JCRName\":\"\",\"Score\":null,\"Total\":0}","platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Sirena: poesia, arte y critica","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.1353/SIR.2010.0094","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
Según algunos—Rainer María Rilke el primero entre ellos-, la verdadera y única patria de los seres humanos es su infancia. Otros, sin embargo, sostienen que la patria del hombre es la palabra, la lengua en la que hablan, escriben y, en consecuencia, se comunican con el resto de sus congéneres. Unos y otros consideran que la patria, más que un lugar geográfico, es un ámbito mental. Así parece intuirlo Manuel Alcántara en los dos versos finales del poema “Viajes”: “Para haber visto todo acaso baste/ mirar desde el balcón la luna apátrida.”