{"title":"Carta编辑","authors":"Ivan E. Solano Leiva","doi":"10.5377/creaciencia.v8i1.8138","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"La migración internacional en Chile ha aumentado notablemente en los últimos años, alcanzando el 4,35% de la población el año 2017 (v/s 1,27% en 2002) (1). El fenómeno migratorio y los cambios relacionados con la globalización permiten la coexistencia de una amplia diversidad cultural en un mismo territorio. Esto significa una transformación en las relaciones sociales, para lograr una relación basada en el respeto y el diálogo simétrico entre culturas, apelando más que a una multiculturalidad y coexistencia cultural, a una verdadera convivencia intercultural significativa. La migración trae consigo múltiples desafíos que se encuentran presentes en distintas áreas y niveles de organización, que no resultan ajenos al sector de salud, donde profesionales deben lograr identificar y satisfacer necesidades de salud de una población cada vez más heterogénea. La migración se ha descrito como un determinante social de la salud, ya que el proceso de migrar puede exponer a las personas que transitan a riesgos asociados a su salud, posicionándolos como sujetos potencialmente vulnerables (2). Dentro de los desafíos del sector salud respecto a la migración, se encuentra el de lograr identificar y comprender las necesidades de personas con un contexto cultural diferente para lograr su satisfacción y bienestar de manera efectiva e integral. Los profesionales de salud tienen su propio contexto cultural, relacionado con la formación recibida desde pregrado, la que se caracteriza por regirse por un modelo predominantemente biomédico, con su propia concepción de persona, salud, enfermedad y atención/curación (3). Por lo que toda atención de salud resulta ser un encuentro intercultural, donde los distintos actores tienen sus propias expectativas del encuentro y sus posibles resoluciones. Profesionales de la salud identifican distintos desafíos para la atención de migrantes internacionales, destacando la diferencia cultural y la falta de herramientas para poder brindar un cuidado culturalmente sensible a sus necesidades (4). El cuidado de la salud se ha definido como una acción que va más allá del tratamiento y rehabilitación de la enfermedad, abarcando la promoción y mantención de la salud y la prevención de su deterioro en las poblaciones (5). La disciplina que se ha encargado del cuidado de personas y comunidades ha sido la enfermería, en distintos niveles de atención y contextos culturales. 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La migración internacional en Chile ha aumentado notablemente en los últimos años, alcanzando el 4,35% de la población el año 2017 (v/s 1,27% en 2002) (1). El fenómeno migratorio y los cambios relacionados con la globalización permiten la coexistencia de una amplia diversidad cultural en un mismo territorio. Esto significa una transformación en las relaciones sociales, para lograr una relación basada en el respeto y el diálogo simétrico entre culturas, apelando más que a una multiculturalidad y coexistencia cultural, a una verdadera convivencia intercultural significativa. La migración trae consigo múltiples desafíos que se encuentran presentes en distintas áreas y niveles de organización, que no resultan ajenos al sector de salud, donde profesionales deben lograr identificar y satisfacer necesidades de salud de una población cada vez más heterogénea. La migración se ha descrito como un determinante social de la salud, ya que el proceso de migrar puede exponer a las personas que transitan a riesgos asociados a su salud, posicionándolos como sujetos potencialmente vulnerables (2). Dentro de los desafíos del sector salud respecto a la migración, se encuentra el de lograr identificar y comprender las necesidades de personas con un contexto cultural diferente para lograr su satisfacción y bienestar de manera efectiva e integral. Los profesionales de salud tienen su propio contexto cultural, relacionado con la formación recibida desde pregrado, la que se caracteriza por regirse por un modelo predominantemente biomédico, con su propia concepción de persona, salud, enfermedad y atención/curación (3). Por lo que toda atención de salud resulta ser un encuentro intercultural, donde los distintos actores tienen sus propias expectativas del encuentro y sus posibles resoluciones. Profesionales de la salud identifican distintos desafíos para la atención de migrantes internacionales, destacando la diferencia cultural y la falta de herramientas para poder brindar un cuidado culturalmente sensible a sus necesidades (4). El cuidado de la salud se ha definido como una acción que va más allá del tratamiento y rehabilitación de la enfermedad, abarcando la promoción y mantención de la salud y la prevención de su deterioro en las poblaciones (5). La disciplina que se ha encargado del cuidado de personas y comunidades ha sido la enfermería, en distintos niveles de atención y contextos culturales. El concepto y formas de cuidado CARTA AL EDITOR