Una puerta de entrada al proyecto político de Atirohecho

El presente artículo se plantea como un espacio desde el que comenzar a analizar el sentido y el funcionamiento político de la compañía teatral valenciana Atirohecho, a partir de los presupuestos ideológicos que la conforman y en el interior de un marco social y cultural con el que interactúa. Así, entendemos Atirohecho como una narrativa para la disputa, es decir, un tipo de agente cultural que centra su producción dramatúrgica en el conflicto de clase interseccional y elabora una propuesta crítica contra los postulados neoliberales del sistema capitalista. Dado el cariz combativo que constituye a la compañía, esta establece una relación compleja con el campo cultural. No se inserta en él de manera aconflictiva, sino que lo tensa y lo reta, expone algunas de sus principales dinámicas de poder. Por todo ello, construimos una puerta de entrada o un asidero iniciático para el estudio de la compañía que se sostiene en tres ejes. En primer lugar, el del teatro físico (que baila), desde el que se concibe la utilización del cuerpo en el espacio dramatúrgico como una herramienta de trabajo que nace vinculada a la noción de la solidaridad obrera. En segundo lugar, abordamos el eje del teatro obrerista, que tiene como pieza central la memoria, es decir, la reactualización del análisis de clase a partir de los postulados feministas y los movimientos populares de América latina. Por último, nos centramos en la vinculación que Atirohecho mantiene con el teatro popular y con los movimientos sociales, a quienes reconocen como protagonistas de su teatro y en cuyas acciones participan. La compañía, que ha colmado la ciudad de referencias, lemas y elementos visuales, ha reactivado un modo de entender el teatro como herramienta de lucha para un territorio en disputa, convulsionado políticamente en las últimas décadas.