Continuidad del modelo del buen gobernante religioso según Gonzalo de Berceo en una biografía novohispana del siglo XVIII

A pesar de que en las múltiples fuentes de la cultura católica y en la Biblia abundan imágenes del líder religioso, con el paso de los siglos, a menudo se vieron las dificultades que surgían al intentar conciliar el ejercicio del poder terrenal y las necesidades impuestas por la ideología religiosa. Incluso en el caso de los integrantes del alto clero, como obispos y arzobispos, se buscaban referentes y modelos de buen gobernante que se encontraron, en un primer momento, en las figuras de los padres de la Iglesia, como san Agustín, y los sumos sacerdotes del Antiguo Testamento, como Moisés y Aarón. Sin embargo, la figura del buen gobernante se allegó de diversos elementos y otras vidas de personajes bíblicos. Como prueba de ello, a lo largo de estas páginas, se detallará el caso de un libro que en el siglo XVII mostró la complicada articulación del ideal del gobernante con un trasfondo religioso, posteriormente, se repasa cómo se concebía un líder religioso y algunos factores que influyeron en su configuración: el modelo primigenio del mártir, el modelo de los padres de la Iglesia, y finalmente, los modelos de Gonzalo de Berceo, que muestran su vigencia a lo largo de los siglos cuando se analizan junto con la biografía y los seis sermones dedicados a los funerales de Manuel Fernández de Santacruz, obispo poblano de 1677 a 1699.