{"title":"1987-2017年,西班牙年轻人工作不安全感的不可阻挡的增长","authors":"M. Lozano, E. Rentería","doi":"10.46710/ced.pd.esp.12","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Entre los 30 y los 39 años, muchos han de tomar algunas de las decisiones más importantes de sus vidas como, por ejemplo, tener hijos, casarse o establecerse en pareja de manera estable. En España, la edad media al primer hijo de las mujeres es de 30,8 años, la del matrimonio ronda los 35 (37,7 la de los hombres) y el perfil medio del firmante de una hipoteca tiene 38 años. Así pues, desde un punto de vista agregado, toda la sociedad puede ganar o perder mucho en función de cómo les vayan las cosas a los jóvenes de esta franja de edad, a los que llamaremos adultos jóvenes. Sin embargo, las cosas no parecen pintar bien para ellos. Todos los datos apuntan a un aumento constante de las formas de trabajo precarias, con una especial incidencia entre las generaciones femeninas. De hecho, España, junto con Polonia, lidera el porcentaje de contratación temporal en Europa. Con todo, no hay cálculos exactos de la duración de este tipo de empleo a lo largo de la vida. Este estudio estima cuánto tiempo pasaran los adultos jóvenes entre los 30 y los 39 años en condiciones de empleo precario comparando la vida laboral de 22 generaciones entre los años 1987 y 2017. Los resultados muestran que el tiempo en empleo precario se ha doblado y la primera generación observada, nacida en 1957, pasó la mitad de años en temporalidad e inseguridad contractual que la de 1978. Las mujeres se vieron especialmente afectadas por la expansión de estas condiciones y, además, el logro de altos niveles educativos no pareció protegerlas de la precariedad.","PeriodicalId":403189,"journal":{"name":"Perspectives Demogràfiques","volume":"5 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2018-10-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"2","resultStr":"{\"title\":\"El imparable aumento de los años en precariedad laboral de los adultos jóvenes en España, 1987-2017\",\"authors\":\"M. Lozano, E. Rentería\",\"doi\":\"10.46710/ced.pd.esp.12\",\"DOIUrl\":null,\"url\":null,\"abstract\":\"Entre los 30 y los 39 años, muchos han de tomar algunas de las decisiones más importantes de sus vidas como, por ejemplo, tener hijos, casarse o establecerse en pareja de manera estable. En España, la edad media al primer hijo de las mujeres es de 30,8 años, la del matrimonio ronda los 35 (37,7 la de los hombres) y el perfil medio del firmante de una hipoteca tiene 38 años. Así pues, desde un punto de vista agregado, toda la sociedad puede ganar o perder mucho en función de cómo les vayan las cosas a los jóvenes de esta franja de edad, a los que llamaremos adultos jóvenes. Sin embargo, las cosas no parecen pintar bien para ellos. Todos los datos apuntan a un aumento constante de las formas de trabajo precarias, con una especial incidencia entre las generaciones femeninas. De hecho, España, junto con Polonia, lidera el porcentaje de contratación temporal en Europa. Con todo, no hay cálculos exactos de la duración de este tipo de empleo a lo largo de la vida. Este estudio estima cuánto tiempo pasaran los adultos jóvenes entre los 30 y los 39 años en condiciones de empleo precario comparando la vida laboral de 22 generaciones entre los años 1987 y 2017. Los resultados muestran que el tiempo en empleo precario se ha doblado y la primera generación observada, nacida en 1957, pasó la mitad de años en temporalidad e inseguridad contractual que la de 1978. Las mujeres se vieron especialmente afectadas por la expansión de estas condiciones y, además, el logro de altos niveles educativos no pareció protegerlas de la precariedad.\",\"PeriodicalId\":403189,\"journal\":{\"name\":\"Perspectives Demogràfiques\",\"volume\":\"5 1\",\"pages\":\"0\"},\"PeriodicalIF\":0.0000,\"publicationDate\":\"2018-10-01\",\"publicationTypes\":\"Journal Article\",\"fieldsOfStudy\":null,\"isOpenAccess\":false,\"openAccessPdf\":\"\",\"citationCount\":\"2\",\"resultStr\":null,\"platform\":\"Semanticscholar\",\"paperid\":null,\"PeriodicalName\":\"Perspectives Demogràfiques\",\"FirstCategoryId\":\"1085\",\"ListUrlMain\":\"https://doi.org/10.46710/ced.pd.esp.12\",\"RegionNum\":0,\"RegionCategory\":null,\"ArticlePicture\":[],\"TitleCN\":null,\"AbstractTextCN\":null,\"PMCID\":null,\"EPubDate\":\"\",\"PubModel\":\"\",\"JCR\":\"\",\"JCRName\":\"\",\"Score\":null,\"Total\":0}","platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Perspectives Demogràfiques","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.46710/ced.pd.esp.12","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
El imparable aumento de los años en precariedad laboral de los adultos jóvenes en España, 1987-2017
Entre los 30 y los 39 años, muchos han de tomar algunas de las decisiones más importantes de sus vidas como, por ejemplo, tener hijos, casarse o establecerse en pareja de manera estable. En España, la edad media al primer hijo de las mujeres es de 30,8 años, la del matrimonio ronda los 35 (37,7 la de los hombres) y el perfil medio del firmante de una hipoteca tiene 38 años. Así pues, desde un punto de vista agregado, toda la sociedad puede ganar o perder mucho en función de cómo les vayan las cosas a los jóvenes de esta franja de edad, a los que llamaremos adultos jóvenes. Sin embargo, las cosas no parecen pintar bien para ellos. Todos los datos apuntan a un aumento constante de las formas de trabajo precarias, con una especial incidencia entre las generaciones femeninas. De hecho, España, junto con Polonia, lidera el porcentaje de contratación temporal en Europa. Con todo, no hay cálculos exactos de la duración de este tipo de empleo a lo largo de la vida. Este estudio estima cuánto tiempo pasaran los adultos jóvenes entre los 30 y los 39 años en condiciones de empleo precario comparando la vida laboral de 22 generaciones entre los años 1987 y 2017. Los resultados muestran que el tiempo en empleo precario se ha doblado y la primera generación observada, nacida en 1957, pasó la mitad de años en temporalidad e inseguridad contractual que la de 1978. Las mujeres se vieron especialmente afectadas por la expansión de estas condiciones y, además, el logro de altos niveles educativos no pareció protegerlas de la precariedad.