{"title":"YO ES OTRO. DESCARTES Y LA CONFESIÓN FILOSÓFICA","authors":"Vicente Raga Rosaleny","doi":"10.15304/ag.42.2.8229","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Descartes a menudo es visto como un pensador solitario, una suerte de Robinson Crusoe metafísico. En el origen cartesiano de la filosofía moderna se unirían la actitud teórica más radical y solipsista, con el desinterés por las cuestiones prácticas que tanto habían preocupado a los pensadores que le antecedieron. No obstante, la lectura canónica de Descartes como un teórico puro, desentendido de los otros, e incluso de sí mismo, es problemática. El meditador cartesiano en realidad emerge del diálogo con un interlocutor misterioso que, lo engañe o no, sin duda lo interpela. Más aún, al final de su vida Descartes esbozó una teoría de las pasiones con la admiración, el amor y la generosidad, que siempre apuntan a un alter ego, como nociones clave para alcanzar la frágil felicidad mundana. Cabe preguntarse si estos aspectos, usualmente poco atendidos, permiten aproximar a Descartes al peculiar “género” de la confesión filosófica.","PeriodicalId":41083,"journal":{"name":"Agora-Papeles de Filosofia","volume":null,"pages":null},"PeriodicalIF":0.1000,"publicationDate":"2023-05-02","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Agora-Papeles de Filosofia","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.15304/ag.42.2.8229","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"0","JCRName":"PHILOSOPHY","Score":null,"Total":0}
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Abstract
Descartes a menudo es visto como un pensador solitario, una suerte de Robinson Crusoe metafísico. En el origen cartesiano de la filosofía moderna se unirían la actitud teórica más radical y solipsista, con el desinterés por las cuestiones prácticas que tanto habían preocupado a los pensadores que le antecedieron. No obstante, la lectura canónica de Descartes como un teórico puro, desentendido de los otros, e incluso de sí mismo, es problemática. El meditador cartesiano en realidad emerge del diálogo con un interlocutor misterioso que, lo engañe o no, sin duda lo interpela. Más aún, al final de su vida Descartes esbozó una teoría de las pasiones con la admiración, el amor y la generosidad, que siempre apuntan a un alter ego, como nociones clave para alcanzar la frágil felicidad mundana. Cabe preguntarse si estos aspectos, usualmente poco atendidos, permiten aproximar a Descartes al peculiar “género” de la confesión filosófica.