{"title":"UN REGISTRO DE “LA POST-HAVANA”: NOTAS SOBRE FICCIÓN Y GLOBALIZACIÓN EN LA AUTOPISTA: THE MOVIE DE JORGE ENRIQUE LAGE","authors":"Javier Rubio Manzano","doi":"10.25025/perifrasis202213.27.03","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"This paper analyses Jorge Enrique Lage’s (1979) novel La autopista: The movie, published in 2014 in La Habana, in the context of the latest Cuban narrative and Caribbean science fiction. Many of Lage ́s works explore the different possibilities of Cuba’s future, positing universes full of strange and novel elements that may -or may notcorrespond to the future of the country, although their main intention is not to build a model society: these universes are immersed in chaos, in instability. Globalization enters his novels as an irremediable force, being the cause of the arrival of all these elements on the island. Palabras clave: Jorge Enrique Lage, 21st century, latinoamerican literature, Cuba, globalization * jrubiomanzano@gmail.com. Doctorando en Literatura Hispanoamericana, Universidad Complutense de Madrid. Un registro de “La Post-Havana”: notas sobre ficción y globalización en La autopista: The movie (2014) ···51··· perífrasis. rev.lit.teor.crit. Vol. 13, n.o 27. Bogotá, septiembre-diciembre 2022, 156 pp. ISSN 2145-8987, pp 50-66 La globalización cada vez es más visible en todo el continente americano. Las sociedades se están transformando debido a la asimilación de las nuevas dinámicas que mueven la economía mundial. Los modelos que se crearon durante la modernidad se han ido diluyendo en las últimas décadas. Conceptos como identidad, nación y territorio han sido resignificados tras la llegada de los procesos globalizantes. América Latina ha visto cómo estos modelos dejan de tener peso en sus diversas realidades. La literatura, como otras artes, refleja estos cambios y estas nuevas concepciones de entender el individuo y la comunidad que habita. La narrativa cubana de las dos últimas décadas es un ejemplo de este reflejo: los autores han ido abandonando los preceptos que se difundieron desde la década de los sesenta para virar hacia una literatura que dialoga más allá de la isla, superando las líneas fronterizas. En la novela que atañe a este trabajo, Jorge Enrique Lage presenta un universo literario donde todo discurso hegemónico es puesto en evidencia y en cuestionamiento con la feroz entrada de la globalización a través de la construcción de una autopista. La principal consecuencia de los procesos globalizadores es la creación de “una nueva cosmovisión” (Mora 320) de las sociedades actuales. La reducción de los costos y del tiempo en la construcción de infraestructuras, así como las facilidades de intercambio de información que proporcionan las redes, contribuyen a la creación de unos territorios cada vez más conectados y, como resultado, más descentralizados. La descentralización del control otorga a sociedades y naciones una nueva “complejidad y heterogeneidad de su núcleo estructural” (321). Las nociones de territorialidad, por tanto, se han transformado en las últimas décadas. En el caso de América Latina, Nancy Calomarde señala cómo ha cambiado la noción de territorialidad en la teoría cultural del continente desde comienzos del siglo xx hasta la actualidad (“Ficciones territoriales”, “Fuera de obra”). Hasta y durante el siglo pasado el canon de la literatura latinoamericana se articulaba a partir de tres conceptos clave: identidad, territorialidad y escritura, tríada que “se compuso como una de las matrices nodales del pensamiento cultural” (Calomarde, “Ficciones territoriales”). En cambio, las nuevas dinámicas que se asientan con la progresiva llegada de la globalización al continente, tales como la transnacionalización cultural, las migraciones —voluntarias o forzadas— y la resignificación del concepto “comunidad” han “puesto de manifiesto no solamente inusitados descentramientos espaciales y temporales en la experiencia de ‘lo latinoamericano’ sino la sospecha de que ese constructo todavía pueda significar una experiencia cultural diferenciada” (Calomarde, “Ficciones territoriales”). De esta forma, los conceptos de territorialidad e identidad nacional pierden peso en la configuración artística latinoamericana. Los grandes relatos nacionales se desarticulan a favor de una literatura que explora otras vías no sujetas a un territorio definido, sino que responden a una serie de características de Javier Rubio Manzano ···52··· perífrasis. rev.lit.teor.crit. Vol. 13, n.o 27. Bogotá, septiembre-diciembre 2022 156 pp. ISSN 2145-8987, pp 50-66 la transnacionalidad, entendida ya como “una estética y una política, la del rastro, una geografía ficcional” (Calomarde, “Ficciones territoriales”). 1. NARRATIVA CUBANA RECIENTE: GENERACIÓN CERO A la cultura cubana le ha explotado una bomba. Iván de la Nuez, Cubantropía La última narrativa cubana está en continuo diálogo con estos procesos de globalización. Rafael Rojas acuña el término de “ficción global”, que aplica a obras de Ahmel Echevarría, Osdany Morales y Jorge Enrique Lage, entre otros. El ensayista cubano sostiene que los autores nacidos en la isla entre la década de los setenta y los ochenta tienen una serie de características comunes en relación con la introducción de elementos tecnológicos y el interés por la cultura popular en sus textos. A diferencia de sus más recientes predecesores, sus narrativas no destacan por discursos ni reflexiones políticas, ideológicas o identitarias, sino por las “historias futuristas, tecnológicas, globales o personales” (Rojas, “Hacia la ficción global”) producidas a partir de la conexión a través de la red y el intercambio que esta facilita. En este mismo sentido, Calomarde señala, desde de lo que denomina “ficción exílica”, que estos relatos se instalan en oposición a las nociones que la modernidad ha forjado, lo que produce una fuga de la tradición nacional hacia un espacio otro caracterizado por la inestabilidad y que no se corresponde con ese ideal comunitario o comunista que imperaba en la narrativa cubana desde la década de los sesenta (“Islas en trance” 10-11). La red se posiciona como una base fundamental para todos estos autores que han sido agrupados bajo la etiqueta de Generación Año Cero1. Aunque el término ha ido perdiendo relevancia con el paso de los años, aún sirve para señalar ese cambio de la literatura cubana con la llegada del siglo xxi como una “marca de una nueva actitud caracterizada por el desentendimiento de todo compromiso testimonial” (Echevarría). Además, comparten una línea estética semejante, articulada a partir del conocimiento de lo exterior gracias a las redes sociales: el espacio social y literario que ocupan se define desde la conexión y la vinculación, imprescindible para que se produzca ese intercambio cultural con todo lo que sucede fuera de la isla (Bolognese 75). De esta forma, en estos textos se suelen encontrar numerosas referencias extranjeras, ya sean del ámbito 1 Mónica Simal y Walfrido Dorta señalan que estos autores utilizan la palabra “generación” con la idea de provocar y llamar la atención de los espacios tradicionales de la crítica literaria cubana, más que la formación de un proyecto literario consolidado y a largo plazo (3). Entre otras cosas, no tienen un manifiesto que los origine. Un registro de “La Post-Havana”: notas sobre ficción y globalización en La autopista: The movie (2014) ···53··· perífrasis. rev.lit.teor.crit. Vol. 13, n.o 27. Bogotá, septiembre-diciembre 2022, 156 pp. ISSN 2145-8987, pp 50-66 literario, de otras artes o de la cultura de masas. Vicente Luis Mora, partiendo del filósofo Félix Duque en El cofre de la nada. Deriva del nihilismo en la modernidad, señala como uno de los principales efectos culturales de la globalización la “homogeneización cultural”, producida desde Estados Unidos y que ha asentado aspectos tales como la sociedad del espectáculo característica de Hollywood, el inglés como lengua vehicular y un nuevo “régimen de cultura superficial” (322). En este mismo sentido, Rojas comenta que todos estos autores, debido a la conexión, utilizan un campo referencial común que está marcado por la cultura popular y, especialmente, por la cultura mediática estadounidense, “lo cual establece diferencias clarísimas con la generación inmediatamente anterior, la de los 90, que era más letrada, rusófila y afrancesada” (“Lage”). Tanto el escritor Orlando Pardo Lazo como la escritora y académica Lizabel Mónica han contribuido a la difusión y recopilación de textos narrativos de estos autores en diferentes revistas y antologías describiendo en sus respectivos prólogos algunas de las características que los unen. La exploración de los límites de la ficción, por ejemplo, se puede observar en la mayoría de ellos, en tanto que suelen romper con las diferencias establecidas entre el realismo y la literatura fantástica: “La metaficción y su mecanismo intrínseco de parodia, más la práctica de un realismo que no va marcado por el cartesianismo o las leyes de la física clásica, hacen obsoleta esta disquisición” (Mónica 3). Así, autores como Lage y Erick J. Mota destacan por jugar con el concepto de verosimilitud en sus relatos, provocando deliberadamente la extrañeza en el lector. Este extrañamiento lo consiguen generalmente a través de la subversión, la parodia y el humor. Otra característica que une a esta generación de autores cubanos, al igual que de otras zonas de América Latina, es el interés por la ciencia ficción. La narrativa latinoamericana de las últimas décadas ha explorado en numerosas obras el género con autores como el mexicano Gerardo Horacio Porcayo y el boliviano Fernando Aracenas Cejas, con La primera calle de la soledad (1993) y Latinoamérica 2025 (1994) respectivamente, los cuales abrieron el camino en los años noventa a la producción de una multitud de obras que podrían adscribirse al género y a sus subgéneros. Los elementos más característicos de la ciencia ficción anglosajona han servido como fuente directa para la creación de estas obras, pero en ellas se introducen aspectos propios que se corresponden con las diferentes realidades del continente americano. 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Abstract
This paper analyses Jorge Enrique Lage’s (1979) novel La autopista: The movie, published in 2014 in La Habana, in the context of the latest Cuban narrative and Caribbean science fiction. Many of Lage ́s works explore the different possibilities of Cuba’s future, positing universes full of strange and novel elements that may -or may notcorrespond to the future of the country, although their main intention is not to build a model society: these universes are immersed in chaos, in instability. Globalization enters his novels as an irremediable force, being the cause of the arrival of all these elements on the island. Palabras clave: Jorge Enrique Lage, 21st century, latinoamerican literature, Cuba, globalization * jrubiomanzano@gmail.com. Doctorando en Literatura Hispanoamericana, Universidad Complutense de Madrid. Un registro de “La Post-Havana”: notas sobre ficción y globalización en La autopista: The movie (2014) ···51··· perífrasis. rev.lit.teor.crit. Vol. 13, n.o 27. Bogotá, septiembre-diciembre 2022, 156 pp. ISSN 2145-8987, pp 50-66 La globalización cada vez es más visible en todo el continente americano. Las sociedades se están transformando debido a la asimilación de las nuevas dinámicas que mueven la economía mundial. Los modelos que se crearon durante la modernidad se han ido diluyendo en las últimas décadas. Conceptos como identidad, nación y territorio han sido resignificados tras la llegada de los procesos globalizantes. América Latina ha visto cómo estos modelos dejan de tener peso en sus diversas realidades. La literatura, como otras artes, refleja estos cambios y estas nuevas concepciones de entender el individuo y la comunidad que habita. La narrativa cubana de las dos últimas décadas es un ejemplo de este reflejo: los autores han ido abandonando los preceptos que se difundieron desde la década de los sesenta para virar hacia una literatura que dialoga más allá de la isla, superando las líneas fronterizas. En la novela que atañe a este trabajo, Jorge Enrique Lage presenta un universo literario donde todo discurso hegemónico es puesto en evidencia y en cuestionamiento con la feroz entrada de la globalización a través de la construcción de una autopista. La principal consecuencia de los procesos globalizadores es la creación de “una nueva cosmovisión” (Mora 320) de las sociedades actuales. La reducción de los costos y del tiempo en la construcción de infraestructuras, así como las facilidades de intercambio de información que proporcionan las redes, contribuyen a la creación de unos territorios cada vez más conectados y, como resultado, más descentralizados. La descentralización del control otorga a sociedades y naciones una nueva “complejidad y heterogeneidad de su núcleo estructural” (321). Las nociones de territorialidad, por tanto, se han transformado en las últimas décadas. En el caso de América Latina, Nancy Calomarde señala cómo ha cambiado la noción de territorialidad en la teoría cultural del continente desde comienzos del siglo xx hasta la actualidad (“Ficciones territoriales”, “Fuera de obra”). Hasta y durante el siglo pasado el canon de la literatura latinoamericana se articulaba a partir de tres conceptos clave: identidad, territorialidad y escritura, tríada que “se compuso como una de las matrices nodales del pensamiento cultural” (Calomarde, “Ficciones territoriales”). En cambio, las nuevas dinámicas que se asientan con la progresiva llegada de la globalización al continente, tales como la transnacionalización cultural, las migraciones —voluntarias o forzadas— y la resignificación del concepto “comunidad” han “puesto de manifiesto no solamente inusitados descentramientos espaciales y temporales en la experiencia de ‘lo latinoamericano’ sino la sospecha de que ese constructo todavía pueda significar una experiencia cultural diferenciada” (Calomarde, “Ficciones territoriales”). De esta forma, los conceptos de territorialidad e identidad nacional pierden peso en la configuración artística latinoamericana. Los grandes relatos nacionales se desarticulan a favor de una literatura que explora otras vías no sujetas a un territorio definido, sino que responden a una serie de características de Javier Rubio Manzano ···52··· perífrasis. rev.lit.teor.crit. Vol. 13, n.o 27. Bogotá, septiembre-diciembre 2022 156 pp. ISSN 2145-8987, pp 50-66 la transnacionalidad, entendida ya como “una estética y una política, la del rastro, una geografía ficcional” (Calomarde, “Ficciones territoriales”). 1. NARRATIVA CUBANA RECIENTE: GENERACIÓN CERO A la cultura cubana le ha explotado una bomba. Iván de la Nuez, Cubantropía La última narrativa cubana está en continuo diálogo con estos procesos de globalización. Rafael Rojas acuña el término de “ficción global”, que aplica a obras de Ahmel Echevarría, Osdany Morales y Jorge Enrique Lage, entre otros. El ensayista cubano sostiene que los autores nacidos en la isla entre la década de los setenta y los ochenta tienen una serie de características comunes en relación con la introducción de elementos tecnológicos y el interés por la cultura popular en sus textos. A diferencia de sus más recientes predecesores, sus narrativas no destacan por discursos ni reflexiones políticas, ideológicas o identitarias, sino por las “historias futuristas, tecnológicas, globales o personales” (Rojas, “Hacia la ficción global”) producidas a partir de la conexión a través de la red y el intercambio que esta facilita. En este mismo sentido, Calomarde señala, desde de lo que denomina “ficción exílica”, que estos relatos se instalan en oposición a las nociones que la modernidad ha forjado, lo que produce una fuga de la tradición nacional hacia un espacio otro caracterizado por la inestabilidad y que no se corresponde con ese ideal comunitario o comunista que imperaba en la narrativa cubana desde la década de los sesenta (“Islas en trance” 10-11). La red se posiciona como una base fundamental para todos estos autores que han sido agrupados bajo la etiqueta de Generación Año Cero1. Aunque el término ha ido perdiendo relevancia con el paso de los años, aún sirve para señalar ese cambio de la literatura cubana con la llegada del siglo xxi como una “marca de una nueva actitud caracterizada por el desentendimiento de todo compromiso testimonial” (Echevarría). Además, comparten una línea estética semejante, articulada a partir del conocimiento de lo exterior gracias a las redes sociales: el espacio social y literario que ocupan se define desde la conexión y la vinculación, imprescindible para que se produzca ese intercambio cultural con todo lo que sucede fuera de la isla (Bolognese 75). De esta forma, en estos textos se suelen encontrar numerosas referencias extranjeras, ya sean del ámbito 1 Mónica Simal y Walfrido Dorta señalan que estos autores utilizan la palabra “generación” con la idea de provocar y llamar la atención de los espacios tradicionales de la crítica literaria cubana, más que la formación de un proyecto literario consolidado y a largo plazo (3). Entre otras cosas, no tienen un manifiesto que los origine. Un registro de “La Post-Havana”: notas sobre ficción y globalización en La autopista: The movie (2014) ···53··· perífrasis. rev.lit.teor.crit. Vol. 13, n.o 27. Bogotá, septiembre-diciembre 2022, 156 pp. ISSN 2145-8987, pp 50-66 literario, de otras artes o de la cultura de masas. Vicente Luis Mora, partiendo del filósofo Félix Duque en El cofre de la nada. Deriva del nihilismo en la modernidad, señala como uno de los principales efectos culturales de la globalización la “homogeneización cultural”, producida desde Estados Unidos y que ha asentado aspectos tales como la sociedad del espectáculo característica de Hollywood, el inglés como lengua vehicular y un nuevo “régimen de cultura superficial” (322). En este mismo sentido, Rojas comenta que todos estos autores, debido a la conexión, utilizan un campo referencial común que está marcado por la cultura popular y, especialmente, por la cultura mediática estadounidense, “lo cual establece diferencias clarísimas con la generación inmediatamente anterior, la de los 90, que era más letrada, rusófila y afrancesada” (“Lage”). Tanto el escritor Orlando Pardo Lazo como la escritora y académica Lizabel Mónica han contribuido a la difusión y recopilación de textos narrativos de estos autores en diferentes revistas y antologías describiendo en sus respectivos prólogos algunas de las características que los unen. La exploración de los límites de la ficción, por ejemplo, se puede observar en la mayoría de ellos, en tanto que suelen romper con las diferencias establecidas entre el realismo y la literatura fantástica: “La metaficción y su mecanismo intrínseco de parodia, más la práctica de un realismo que no va marcado por el cartesianismo o las leyes de la física clásica, hacen obsoleta esta disquisición” (Mónica 3). Así, autores como Lage y Erick J. Mota destacan por jugar con el concepto de verosimilitud en sus relatos, provocando deliberadamente la extrañeza en el lector. Este extrañamiento lo consiguen generalmente a través de la subversión, la parodia y el humor. Otra característica que une a esta generación de autores cubanos, al igual que de otras zonas de América Latina, es el interés por la ciencia ficción. La narrativa latinoamericana de las últimas décadas ha explorado en numerosas obras el género con autores como el mexicano Gerardo Horacio Porcayo y el boliviano Fernando Aracenas Cejas, con La primera calle de la soledad (1993) y Latinoamérica 2025 (1994) respectivamente, los cuales abrieron el camino en los años noventa a la producción de una multitud de obras que podrían adscribirse al género y a sus subgéneros. Los elementos más característicos de la ciencia ficción anglosajona han servido como fuente directa para la creación de estas obras, pero en ellas se introducen aspectos propios que se corresponden con las diferentes realidades del continente americano. La publicación de varias antologías de cuentos, como ¿Sueñan los androides