A. Cingolani, M. Giorgis, Laura E. Hoyos, M. Cabido
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Abstract
Introducción y objetivos: Un mapa de vegetación detallado y actualizado es clave para el ordenamiento territorial. Dada la necesidad de un ordenamiento para las Sierras de Córdoba, nos propusimos: confeccionar un mapa de vegetación de estas montañas; describir la vegetación de las clases identificadas; interpretar su distribución a lo largo del gradiente altitudinal y discutir las implicancias para el ordenamiento territorial.
M&M: Construimos un mapa preliminar a partir de imágenes satelitales e información de campo, donde discriminamos 14 unidades de vegetación. Luego de hacer un control a campo, elaboramos el mapa final, agrupando las unidades de vegetación en siete clases.
Resultados: En el mapa final identificamos: bosques nativos, bosques exóticos, matorrales nativos, pajonales, céspedes, pastizales con roca y/o suelo desnudo y roquedales. Estas clases se discriminaron con una precisión general del 82,6%. Además, separamos cuerpos de agua, zonas inundables, cultivos y zonas urbanas. Los matorrales, que fueron la clase más extendida, abarcaron un 37% del paisaje, le siguieron los cultivos, que cubrieron un 23% del territorio. Los bosques nativos sólo ocuparon un 5,5% del área. Matorrales y bosques disminuyeron a lo largo del gradiente altitudinal, mientras que pastizales y roquedales aumentaron.
Conclusiones: Sugerimos que un ordenamiento territorial de las montañas debería promover la restauración de los bosques nativos hasta ocupar un 20-40% del paisaje, el control del avance de las zonas urbanas y cultivos, y el manejo de especies exóticas invasoras para limitar su expansión sobre las fisonomías nativas.