{"title":"Evolución, tradición y libertad ¿Cómo configurarlas para que las habite el Hombre?","authors":"Andrés Recasens","doi":"10.25074/rantros.v2i4.826","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Las reflexiones que anuncia el título del presente trabajo, son cuestiones que tienen su motivación en la esperanza de lograr una convivencia dentro de una unidad académica a la que pertenezco y que reúne a bioantropólogos, a arqueólogos, a prehistoriadores y a antropólogos sociales y, más aún, en una Facultad donde se desarrollan algunas de las disciplinas de las ciencias sociales. Esta convergencia buscada, que podría verse enriquecida por la realización de investigaciones interdisciplinarias, permitiría transformar fronteras en horizontes, promover cuestiones sobre el pensar de los otros desde nuestros diferentes puntos de vista, en donde la curiosidad y, por qué no reconocerlo, la necesidad, nos llevaría a acercarnos a los bordes de nuestra ciencia para observar lo que sucede en las otras disciplinas. Esta interdisciplinariedad se hace cada vez más posible por la pérdida de prestigio de los paradigmas convertidos en dogmas. Los nuevos paradigmas prefieren las dudas que plantea el círculo abierto a la engañosa certidumbre del círculo cerrado. Es común encontrarse con la proposición de un cuadrado al cual le ha sido desprendido un lado, o con un triángulo cuyo vértice superior no está sellado sino abierto a la curiosidad del firmamento. El antropólogo Roger Caillois (1959) decía que los eruditos, por el hecho de estar especializados en un dominio restringido de una disciplina, ocasionalmente “se hallan en condiciones de percibir un género de relaciones que solo un saber polivalente es capaz de establecer. (...) Ya es tiempo de tentar la suerte de las ‘ciencias diagonales”. El escenario epistemológico en el cual nos movemos actualmente, responde a algunas preguntas, pero, al mismo tiempo, se abre a muchas interrogantes. Algo similar a lo que Martín Heidegger (1990) decía con relación a un seminario: “un lugar y una ocasión de arrojar aquí y allá una semilla, de dispersar un germen de meditación que, tal vez un día, se abra a su manera y fructifique”.","PeriodicalId":31497,"journal":{"name":"Antropologias del Sur","volume":" ","pages":""},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2018-01-30","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Antropologias del Sur","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.25074/rantros.v2i4.826","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
Las reflexiones que anuncia el título del presente trabajo, son cuestiones que tienen su motivación en la esperanza de lograr una convivencia dentro de una unidad académica a la que pertenezco y que reúne a bioantropólogos, a arqueólogos, a prehistoriadores y a antropólogos sociales y, más aún, en una Facultad donde se desarrollan algunas de las disciplinas de las ciencias sociales. Esta convergencia buscada, que podría verse enriquecida por la realización de investigaciones interdisciplinarias, permitiría transformar fronteras en horizontes, promover cuestiones sobre el pensar de los otros desde nuestros diferentes puntos de vista, en donde la curiosidad y, por qué no reconocerlo, la necesidad, nos llevaría a acercarnos a los bordes de nuestra ciencia para observar lo que sucede en las otras disciplinas. Esta interdisciplinariedad se hace cada vez más posible por la pérdida de prestigio de los paradigmas convertidos en dogmas. Los nuevos paradigmas prefieren las dudas que plantea el círculo abierto a la engañosa certidumbre del círculo cerrado. Es común encontrarse con la proposición de un cuadrado al cual le ha sido desprendido un lado, o con un triángulo cuyo vértice superior no está sellado sino abierto a la curiosidad del firmamento. El antropólogo Roger Caillois (1959) decía que los eruditos, por el hecho de estar especializados en un dominio restringido de una disciplina, ocasionalmente “se hallan en condiciones de percibir un género de relaciones que solo un saber polivalente es capaz de establecer. (...) Ya es tiempo de tentar la suerte de las ‘ciencias diagonales”. El escenario epistemológico en el cual nos movemos actualmente, responde a algunas preguntas, pero, al mismo tiempo, se abre a muchas interrogantes. Algo similar a lo que Martín Heidegger (1990) decía con relación a un seminario: “un lugar y una ocasión de arrojar aquí y allá una semilla, de dispersar un germen de meditación que, tal vez un día, se abra a su manera y fructifique”.