{"title":"The architect´s brain. Neuroscience, creativity and architecture, de Harry Francis Mallgrave","authors":"Aida González Llavona","doi":"10.20868/cpa.2021.11.4826","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"ResumenLos partidarios de la ‘arquitectura de los sentidos’, de la ‘arquitectura de la experiencia’, están de enhorabuena. Aunque a partir de la segunda mitad del siglo XX y de la mano de la crisis del racionalismo funcionalista moderno, el organicismo comenzó a recuperar alas, impulso y vigencia, lo cierto es que en la clásica y aún vigente confrontación entre lo racional y lo sensorial, el primero –el racionalismo– ha contado con el respaldo de la objetividad científica mientras el segundo –lo sensorial– ha sido víctima de su supuesto relativismo, ambigüedad y en muchas ocasiones impronta romántico sensiblera: la ciencia siempre ha sido el mejor aval para legitimar propuestas y teorías. Ocurre que, los avances de la neurociencia, que estudia el cerebro, (los mayores a finales de siglo XX y en las dos primeras décadas de este siglo XXI), otorgan cada vez más preeminencia a los aspectos emotivos y perceptivos que a los racionales y abstractos; cuestión ésta que ha revolucionado muchas disciplinas como la psicología y afectado a algunos de los discursos arquitectónicos, como el de Harry Francis Mallgrave. La reciente obra del arquitecto, académico, editor y distinguido profesor emérito en el Illinois Institute of Technology, se ha focalizado en la relación de las ciencias y humanidades contemporáneas con el pensamiento arquitectónico.AbstractProponents of the ‘architecture of the senses’ or of the ‘architecture of experience’ are in luck. Despite the fact that from the second half of the twentieth century, hand in hand with the crisis of modern functionalist rationalism, ‘organicism’ began to recover wings, momentum, and validity, the truth is that in this classic and ongoing confrontation between the rational and the sensory, the former—rationalism—has been supported by scientific objectivity, while the latter—the sensory—has been a victim of its alleged relativism and ambiguity, and on many occasions, sentimental romantic imprint: science has always been the best guarantee to legitimize proposals and theories. Yet it so happens that advances of neuroscience, which studies the brain, (the greatest at the end of the twentieth century and in the first two decades of this twenty-first century), give more and more prominence to the emotional and perceptive aspects than to rational and abstract ones. This issue has revolutionized disciplines such as psychology and affected certain architectural discourses, such as that of Harry Francis Mallgrave. The recent work of the architect, scholar, editor, and distinguished professor emeritus at the Illinois Institute of Technology, has focused on the relationship between contemporary science and humanities and architectural thought.","PeriodicalId":30317,"journal":{"name":"Cuadernos de Proyectos Arquitectonicos","volume":null,"pages":null},"PeriodicalIF":0.1000,"publicationDate":"2021-12-27","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Cuadernos de Proyectos Arquitectonicos","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.20868/cpa.2021.11.4826","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"0","JCRName":"ARCHITECTURE","Score":null,"Total":0}
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Abstract
ResumenLos partidarios de la ‘arquitectura de los sentidos’, de la ‘arquitectura de la experiencia’, están de enhorabuena. Aunque a partir de la segunda mitad del siglo XX y de la mano de la crisis del racionalismo funcionalista moderno, el organicismo comenzó a recuperar alas, impulso y vigencia, lo cierto es que en la clásica y aún vigente confrontación entre lo racional y lo sensorial, el primero –el racionalismo– ha contado con el respaldo de la objetividad científica mientras el segundo –lo sensorial– ha sido víctima de su supuesto relativismo, ambigüedad y en muchas ocasiones impronta romántico sensiblera: la ciencia siempre ha sido el mejor aval para legitimar propuestas y teorías. Ocurre que, los avances de la neurociencia, que estudia el cerebro, (los mayores a finales de siglo XX y en las dos primeras décadas de este siglo XXI), otorgan cada vez más preeminencia a los aspectos emotivos y perceptivos que a los racionales y abstractos; cuestión ésta que ha revolucionado muchas disciplinas como la psicología y afectado a algunos de los discursos arquitectónicos, como el de Harry Francis Mallgrave. La reciente obra del arquitecto, académico, editor y distinguido profesor emérito en el Illinois Institute of Technology, se ha focalizado en la relación de las ciencias y humanidades contemporáneas con el pensamiento arquitectónico.AbstractProponents of the ‘architecture of the senses’ or of the ‘architecture of experience’ are in luck. Despite the fact that from the second half of the twentieth century, hand in hand with the crisis of modern functionalist rationalism, ‘organicism’ began to recover wings, momentum, and validity, the truth is that in this classic and ongoing confrontation between the rational and the sensory, the former—rationalism—has been supported by scientific objectivity, while the latter—the sensory—has been a victim of its alleged relativism and ambiguity, and on many occasions, sentimental romantic imprint: science has always been the best guarantee to legitimize proposals and theories. Yet it so happens that advances of neuroscience, which studies the brain, (the greatest at the end of the twentieth century and in the first two decades of this twenty-first century), give more and more prominence to the emotional and perceptive aspects than to rational and abstract ones. This issue has revolutionized disciplines such as psychology and affected certain architectural discourses, such as that of Harry Francis Mallgrave. The recent work of the architect, scholar, editor, and distinguished professor emeritus at the Illinois Institute of Technology, has focused on the relationship between contemporary science and humanities and architectural thought.