{"title":"El héroe frente a la preceptiva en el Quijote","authors":"J. Henríquez","doi":"10.3989/ANACERVANTINOS.1990.427","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Cuando don Quijote sale a los caminos de la Mancha felizmente iluminado por una obsesiva lectura de novelas de caballería em prendía un viaje del que su fiel historiador Cide Hamete Benengeli no le permitiría regresar. Una vez que el ingenioso hidalgo se hace texto no vale al protagonista morir recuperando una cordura breve sobre su entorno para redimirse de su destartalada p_eripecia; ya se han fijado en el cuerpo de la novela todas sus chifladuras. Alonso Quijano se retracta de todas las locuras y en su lecho de muerte declara: «Pueda con vuestras mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme a la estimación que de mí se tenía, y prosiga adelante el señor escribano» •. Ese señor escribano, notario de las voluntades y de los hechos, no puede, como Alonso desea, sustraerse a la ficción fuodadora del moribundo, y tras éste expirar comenta «que nunca había leído en ningún libro de caballerías que algún caballero andante hubiese muerto en su lecho tan sosegadamente y tan cristiano como don Quijote» (II, 591 ). Alonso Quijano y don Quijote quedan para siempre confundidos en · la_ novela de Cervantes, son un ente inseparable: las aventuras del loco caballero surgen de la imaginación que el ingenio aguzado del humilde hidalgo de la Mancha impone sobre su realidad coti diana. Semejante convivencia en el protagonista obliga al resto de los personajes a relacionarse activa o pasivamente con las· fantasías de quien es centro de la novela y, obligados a participar o a dirigir la imaginación del loco, han de proponer argumentos para evitar ser manipulados en las historias de los demás. Si a la consecuente","PeriodicalId":42774,"journal":{"name":"ANALES CERVANTINOS","volume":"28 1","pages":"63-71"},"PeriodicalIF":0.1000,"publicationDate":"2020-05-11","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"ANALES CERVANTINOS","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.3989/ANACERVANTINOS.1990.427","RegionNum":3,"RegionCategory":"文学","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"0","JCRName":"LITERATURE, ROMANCE","Score":null,"Total":0}
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Abstract
Cuando don Quijote sale a los caminos de la Mancha felizmente iluminado por una obsesiva lectura de novelas de caballería em prendía un viaje del que su fiel historiador Cide Hamete Benengeli no le permitiría regresar. Una vez que el ingenioso hidalgo se hace texto no vale al protagonista morir recuperando una cordura breve sobre su entorno para redimirse de su destartalada p_eripecia; ya se han fijado en el cuerpo de la novela todas sus chifladuras. Alonso Quijano se retracta de todas las locuras y en su lecho de muerte declara: «Pueda con vuestras mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme a la estimación que de mí se tenía, y prosiga adelante el señor escribano» •. Ese señor escribano, notario de las voluntades y de los hechos, no puede, como Alonso desea, sustraerse a la ficción fuodadora del moribundo, y tras éste expirar comenta «que nunca había leído en ningún libro de caballerías que algún caballero andante hubiese muerto en su lecho tan sosegadamente y tan cristiano como don Quijote» (II, 591 ). Alonso Quijano y don Quijote quedan para siempre confundidos en · la_ novela de Cervantes, son un ente inseparable: las aventuras del loco caballero surgen de la imaginación que el ingenio aguzado del humilde hidalgo de la Mancha impone sobre su realidad coti diana. Semejante convivencia en el protagonista obliga al resto de los personajes a relacionarse activa o pasivamente con las· fantasías de quien es centro de la novela y, obligados a participar o a dirigir la imaginación del loco, han de proponer argumentos para evitar ser manipulados en las historias de los demás. Si a la consecuente