{"title":"Lenguaje inclusivo y lexicografía académica: ¿Quién quiere ser bachillera?","authors":"Luis Barrera Linares","doi":"10.14483/22486798.18015","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"En este artículo se analiza el modo como se ha venido registrando en el Diccionario de la lengua española (DLE) el lema bachiller, ra, relacionándolo con el lenguaje de género, a fin de precisar diacrónicamente el registro y las acepciones de sus formas en masculino y/o femenino, a lo largo del periodo 1726-2020. El seguimiento cronológico se realizó a través del Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española y de las ediciones 2001 y 2014 del DLE. El resultado demuestra que, en el caso de este vocablo, la incorporación del femenino al discurso académico público no siempre tiene que ver con la posición interna de las academias sobre el masculino genérico ni con su registro en el DLE o con los requerimientos actuales sobre formas inclusivas del femenino, ya que fue incorporado como grado académico para damas desde 1884. Independientemente de los reclamos sobre invisibilidad y encubrimiento, habría otras motivaciones que parecieran haber incidido en la resistencia para la aceptación de la palabra bachillera, con marca de femenino, situación contraria a muchos otros títulos como arquitecta, ingeniera o sicóloga, por ejemplo. Algunas acepciones peyorativas de dicha palabra (charlatana, indiscreta, bocazas, habladora, entremetida, petulante) y su consagración a través de medios educativos podrían haber originado que las mujeres se nieguen a ser tituladas o tratadas como tales. Adicionalmente, hay muy pocas instituciones que otorgan el título de bachillera.","PeriodicalId":51972,"journal":{"name":"Enunciacion","volume":" ","pages":""},"PeriodicalIF":0.3000,"publicationDate":"2021-10-12","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"1","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Enunciacion","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.14483/22486798.18015","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"Q4","JCRName":"EDUCATION & EDUCATIONAL RESEARCH","Score":null,"Total":0}
引用次数: 1
Abstract
En este artículo se analiza el modo como se ha venido registrando en el Diccionario de la lengua española (DLE) el lema bachiller, ra, relacionándolo con el lenguaje de género, a fin de precisar diacrónicamente el registro y las acepciones de sus formas en masculino y/o femenino, a lo largo del periodo 1726-2020. El seguimiento cronológico se realizó a través del Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española y de las ediciones 2001 y 2014 del DLE. El resultado demuestra que, en el caso de este vocablo, la incorporación del femenino al discurso académico público no siempre tiene que ver con la posición interna de las academias sobre el masculino genérico ni con su registro en el DLE o con los requerimientos actuales sobre formas inclusivas del femenino, ya que fue incorporado como grado académico para damas desde 1884. Independientemente de los reclamos sobre invisibilidad y encubrimiento, habría otras motivaciones que parecieran haber incidido en la resistencia para la aceptación de la palabra bachillera, con marca de femenino, situación contraria a muchos otros títulos como arquitecta, ingeniera o sicóloga, por ejemplo. Algunas acepciones peyorativas de dicha palabra (charlatana, indiscreta, bocazas, habladora, entremetida, petulante) y su consagración a través de medios educativos podrían haber originado que las mujeres se nieguen a ser tituladas o tratadas como tales. Adicionalmente, hay muy pocas instituciones que otorgan el título de bachillera.