{"title":"MEDIPAQ 2. Actividad física, conducta sedentaria y circunferencia de cintura en personal de salud del Área Metropolitana de Buenos Aires","authors":"N. Bazán, C. Valenti, Fernando A. Laíño","doi":"10.5354/0719-5281.2018.53250","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"La enfermedad cardiovascular es considerada la primera causa de morbilidad y mortalidad en la población adulta a nivel mundial. La lesión arterial aterosclerótica tiene como factores de riesgo a la obesidad, las dislipemias, la hipertensión arterial, el hábito tabáquico, la diabetes mellitus y la insuficiente actividad física. La modificación de estos factores de riesgo es una excelente estrategia para evitar o retardar la aparición de la noxa. La obesidad, o sea, el exceso de grasa corporal resultante del desequilibrio crónico entre la ingesta y el gasto energético, está asociada a la hipertensión arterial, la diabetes, las dislipemias y a algunos tipos de cáncer. La intervención nutricional y la realización de actividad física son las intervenciones imprescindibles para equilibrar el consumo con el gasto energético. La educación sanitaria debe colaborar ayudando a modificar hábitos y a adoptar costumbres saludables como realizar actividad física desde la infancia. Esto debiera facilitar que los adultos realicen actividad física en cantidad y calidad adecuadas a su edad y nivel de aptitud física. La práctica de ejercicio físico regular también influye positivamente en la adopción de otros comportamientos saludables relacionados con la alimentación adecuada o la disminución del consumo de alcohol y cese del hábito tabáquico. Pero aunque existe ya consenso en la población general que realizar actividad física es saludable, esto no siempre se traduce en un comportamiento consecuente.","PeriodicalId":52803,"journal":{"name":"Revista Chilena de Salud Publica","volume":null,"pages":null},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2019-05-09","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Revista Chilena de Salud Publica","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.5354/0719-5281.2018.53250","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
La enfermedad cardiovascular es considerada la primera causa de morbilidad y mortalidad en la población adulta a nivel mundial. La lesión arterial aterosclerótica tiene como factores de riesgo a la obesidad, las dislipemias, la hipertensión arterial, el hábito tabáquico, la diabetes mellitus y la insuficiente actividad física. La modificación de estos factores de riesgo es una excelente estrategia para evitar o retardar la aparición de la noxa. La obesidad, o sea, el exceso de grasa corporal resultante del desequilibrio crónico entre la ingesta y el gasto energético, está asociada a la hipertensión arterial, la diabetes, las dislipemias y a algunos tipos de cáncer. La intervención nutricional y la realización de actividad física son las intervenciones imprescindibles para equilibrar el consumo con el gasto energético. La educación sanitaria debe colaborar ayudando a modificar hábitos y a adoptar costumbres saludables como realizar actividad física desde la infancia. Esto debiera facilitar que los adultos realicen actividad física en cantidad y calidad adecuadas a su edad y nivel de aptitud física. La práctica de ejercicio físico regular también influye positivamente en la adopción de otros comportamientos saludables relacionados con la alimentación adecuada o la disminución del consumo de alcohol y cese del hábito tabáquico. Pero aunque existe ya consenso en la población general que realizar actividad física es saludable, esto no siempre se traduce en un comportamiento consecuente.