{"title":"La elastosonografía cuantitativa: una herramienta para evaluar el riesgo de malignidad del nódulo tiroideo","authors":"S. M. Batallés","doi":"10.1055/s-0041-1740535","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"La elastografía cuantitativa (o “shear wave elastography” [SWE]) representa un importante avance en la evaluación ecográfica de la elasticidad del nódulo tiroideo. Tal como expresan Uliaque Franco y col.1 en “Elastografía cuantitativa en la evaluación de nódulos tiroideos”, publicado en el presente número, con esta técnica es posible medir la elasticidad de los tejidos independientemente de la presión aplicadaporel operador, lo cual disminuye lavariabilidad intra e interoperador respecto a la elastografía cualitativa. La técnica utiliza ondas de corte inducidas por fuerza de radiación acústica centrada en un haz ultrasónico. La compresión provocada en el tejido es altamente localizada, ya que las ondas de corte inducidas son atenuadas por una región limitada cercana al centro del haz del ultrasonido. La onda final que recibe el transductor es la propagación de las ondas de corte, las cuales tienen relación con la dureza del tejido. Para medir la velocidad de las ondas de corte, el transductor debe mensurar la respuesta de al menos dos puntos y, mediante algoritmos, obtener la velocidad, teniendo el desplazamiento y el tiempo. Al reconstruir la onda de propagación de velocidad del tejido en la región desplazada y utilizando algoritmos de correlación cruzada, se obtienen imágenes en tiempo real, en escala de colores y la elasticidad de la región de interés en unidades de presión (Kilopascales [kPa]) o en unidades de velocidad (m/seg, cm/seg).2 Numerosos trabajos científicos han avalado la utilidad de la técnica para diferenciar los nódulos más duros de los más elásticos, considerando que la rigidez aumenta la sospecha de malignidad de los nódulos en cuestión.3–6 En el análisis de la bibliografía se hallan rangos variables de sensibilidad y especificidad del método que oscilan entre 57 y 86% y entre 85 y 93,9%, respectivamente (►Tabla 1).7 Uliaque Franco y col.1 expresan en su investigación que gran parte de la literatura sugiere que la elastografía muestra su mayor utilidad en el diagnóstico de nódulos benignos y hacen referencia a trabajos como los de Kagoya y col,8 Luo y col.4 y Nell y col,9 que llegan a esa conclusión. Si consideramos la fortaleza de la técnica en detectar los verdaderos nódulos benignos, estaría cumpliendo con la premisa de que la elastografía sirve para evitar biopsias innecesarias. Ahora bien, corresponde analizar qué conducta tomamos si nos encontramos frente a un nódulo con variables ecográficas sugestivas de malignidad (microcalcificaciones, nódulo más alto que ancho, contornos imprecisos etc.) que semuestra elástico o con bajos valores de presión. De ninguna manera dejamos de indicar la PAAF. Entonces, cabe recordar que ninguna variable ecográfica por sí misma tiene una precisión diagnóstica de cáncer superior al 75% (y el comportamiento elastográfico del nódulo no escapa a esta premisa).10 Por ello, actualmente, se considera la elastosonografía como una herramienta más en el análisis ultrasonográfico del nódulo tiroideo. Sabemos que existen varios sistemas de clasificación de riesgo ecográfico del nódulo tiroideo (TIRADS), de los cuales los principales son el propuesto por el Colegio Americano de Tiroides (ACR), la Asociación Americana de Tiroides (ATA), el Sistema de Clasificación Chileno, European (EU) TI-RADS, Korean (K) TI-RADS, clasificación de la American Association of Clinical Endocrinologists (AACE), American College of Endocrinology (ACE), Associaziones Medici Endocrinologi (AME) y la British Thyroid Association (BTA).11–17 La pregunta es por qué ninguno de ellos ha incluido la elastosonografía como variable indicativa de PAAF. Quizás en las nuevas versiones – y a la luz de nuevas investigaciones – pueda ocupar su lugar en dichos scores.","PeriodicalId":38131,"journal":{"name":"Revista Argentina de Radiologia","volume":null,"pages":null},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2021-12-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Revista Argentina de Radiologia","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.1055/s-0041-1740535","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"Q4","JCRName":"Medicine","Score":null,"Total":0}
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Abstract
La elastografía cuantitativa (o “shear wave elastography” [SWE]) representa un importante avance en la evaluación ecográfica de la elasticidad del nódulo tiroideo. Tal como expresan Uliaque Franco y col.1 en “Elastografía cuantitativa en la evaluación de nódulos tiroideos”, publicado en el presente número, con esta técnica es posible medir la elasticidad de los tejidos independientemente de la presión aplicadaporel operador, lo cual disminuye lavariabilidad intra e interoperador respecto a la elastografía cualitativa. La técnica utiliza ondas de corte inducidas por fuerza de radiación acústica centrada en un haz ultrasónico. La compresión provocada en el tejido es altamente localizada, ya que las ondas de corte inducidas son atenuadas por una región limitada cercana al centro del haz del ultrasonido. La onda final que recibe el transductor es la propagación de las ondas de corte, las cuales tienen relación con la dureza del tejido. Para medir la velocidad de las ondas de corte, el transductor debe mensurar la respuesta de al menos dos puntos y, mediante algoritmos, obtener la velocidad, teniendo el desplazamiento y el tiempo. Al reconstruir la onda de propagación de velocidad del tejido en la región desplazada y utilizando algoritmos de correlación cruzada, se obtienen imágenes en tiempo real, en escala de colores y la elasticidad de la región de interés en unidades de presión (Kilopascales [kPa]) o en unidades de velocidad (m/seg, cm/seg).2 Numerosos trabajos científicos han avalado la utilidad de la técnica para diferenciar los nódulos más duros de los más elásticos, considerando que la rigidez aumenta la sospecha de malignidad de los nódulos en cuestión.3–6 En el análisis de la bibliografía se hallan rangos variables de sensibilidad y especificidad del método que oscilan entre 57 y 86% y entre 85 y 93,9%, respectivamente (►Tabla 1).7 Uliaque Franco y col.1 expresan en su investigación que gran parte de la literatura sugiere que la elastografía muestra su mayor utilidad en el diagnóstico de nódulos benignos y hacen referencia a trabajos como los de Kagoya y col,8 Luo y col.4 y Nell y col,9 que llegan a esa conclusión. Si consideramos la fortaleza de la técnica en detectar los verdaderos nódulos benignos, estaría cumpliendo con la premisa de que la elastografía sirve para evitar biopsias innecesarias. Ahora bien, corresponde analizar qué conducta tomamos si nos encontramos frente a un nódulo con variables ecográficas sugestivas de malignidad (microcalcificaciones, nódulo más alto que ancho, contornos imprecisos etc.) que semuestra elástico o con bajos valores de presión. De ninguna manera dejamos de indicar la PAAF. Entonces, cabe recordar que ninguna variable ecográfica por sí misma tiene una precisión diagnóstica de cáncer superior al 75% (y el comportamiento elastográfico del nódulo no escapa a esta premisa).10 Por ello, actualmente, se considera la elastosonografía como una herramienta más en el análisis ultrasonográfico del nódulo tiroideo. Sabemos que existen varios sistemas de clasificación de riesgo ecográfico del nódulo tiroideo (TIRADS), de los cuales los principales son el propuesto por el Colegio Americano de Tiroides (ACR), la Asociación Americana de Tiroides (ATA), el Sistema de Clasificación Chileno, European (EU) TI-RADS, Korean (K) TI-RADS, clasificación de la American Association of Clinical Endocrinologists (AACE), American College of Endocrinology (ACE), Associaziones Medici Endocrinologi (AME) y la British Thyroid Association (BTA).11–17 La pregunta es por qué ninguno de ellos ha incluido la elastosonografía como variable indicativa de PAAF. Quizás en las nuevas versiones – y a la luz de nuevas investigaciones – pueda ocupar su lugar en dichos scores.