{"title":"donativo de 1625 en las provincias vascas","authors":"Rosario Porres Marijuán","doi":"10.18172/brocar.5835","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Cuando el 31 de marzo de 1621 Felipe IV sucedió a su padre en el trono, la Monarquía se hallaba aquejada de gravísimos problemas financieros. La economía castellana sufría un enorme desgaste y las dificultades de la Hacienda Real no dejaban de multiplicarse. Los recursos indianos disminuían a cada paso, mientras los gastos de guerra crecían vertiginosamente, al tiempo que la relación entre estos últimos y el aumento de los impuestos se hacía más evidente que nunca. Para afrontar los compromisos bélicos y financieros, la Administración tomó distintas medidas, entre otras declarar sucesivas bancarrotas. Y también la solicitud de donativos, nueve en total a lo largo del reinado. Al primero de ellos, el de 1625, se dedican estas páginas, a su recaudación en las provincias vascas y a los conflictos internos que ocasionó en unos territorios poco articulados aún desde el punto de vista político, administrativo y fiscal.","PeriodicalId":448140,"journal":{"name":"Brocar. Cuadernos de Investigación Histórica","volume":"20 4","pages":""},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2024-01-23","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Brocar. Cuadernos de Investigación Histórica","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.18172/brocar.5835","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
Cuando el 31 de marzo de 1621 Felipe IV sucedió a su padre en el trono, la Monarquía se hallaba aquejada de gravísimos problemas financieros. La economía castellana sufría un enorme desgaste y las dificultades de la Hacienda Real no dejaban de multiplicarse. Los recursos indianos disminuían a cada paso, mientras los gastos de guerra crecían vertiginosamente, al tiempo que la relación entre estos últimos y el aumento de los impuestos se hacía más evidente que nunca. Para afrontar los compromisos bélicos y financieros, la Administración tomó distintas medidas, entre otras declarar sucesivas bancarrotas. Y también la solicitud de donativos, nueve en total a lo largo del reinado. Al primero de ellos, el de 1625, se dedican estas páginas, a su recaudación en las provincias vascas y a los conflictos internos que ocasionó en unos territorios poco articulados aún desde el punto de vista político, administrativo y fiscal.