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Abstract
El objetivo de este artículo es definir el significado religioso de las principales formas de lo heroico. Para ello, es imprescindible explicarlo en el contexto de escepticismo moral que rodea al fenómeno del héroe. Algunos autorescomoBröcklingproponen“desmantelar” lo heroico con carácter de urgencia. Esta actitud está señalando una emergencia social bajo el signo de la sospecha ante cualquier modo de desigualdad que amenace los logros igualitaristas de la democracia moderna. Así losdiscursos que desacreditan toda forma de heroísmo se hacen más virulentos en la medida en que los “heroísmos” manifestarían una desigualdad moral (aunque también se interpreta según otros aspectos como el género, lo social, lo religioso, lo económico…). Lo cual indica que el reconocimiento mismo del “héroe” implica ponerse de acuerdo en “algo”. Pese a esta corriente des-heroizante,el impulso heroico -no exento de problemas y amenazas- sigue vigente. En contraposición, desde la psicología, autores como Franco y Zimbardo proponen incorporar la actitud heroica a la vida cotidiana considerando a cada persona como un héroe en potencia. Enel campo de la cultura mediática, especialmente en la ficción, se percibe una gran resistencia del héroe a desaparecer. Por un lado,que la ficción siga mostrando algunas formas de liderazgo, paradigmas ejemplares o figuras heroicas puede interpretarse como el signo de un anhelo o de una carencia. Pero, por otro lado, si la ficción mejora la naturaleza o la perfecciona, según Aristóteles, laconstante presencia de lo heroico en la representación puede ser indicativa de su necesidad. Factores como la profesionalización de ciertos trabajos o la sofisticación de la administración y la legislación imponen nuevas fronteras a la aparición del héroe, bien entendidoen sus dimensiones sobrenatural, trascendente, sacrificial y religiosa. Para presentar estas ideas, se distinguen tres formas de loheroico y su posible raíz religiosa: la mítica, la cultural y la moral.