Burdel o clandestinidad: las prostitutas Palana, Elicia y Areúsa en la Segunda Celestina de Feliciano de Silva

IF 0.2 4区 社会学 Q4 CULTURAL STUDIES
Irati Calvo Martínez
{"title":"Burdel o clandestinidad: las prostitutas Palana, Elicia y Areúsa en la <i>Segunda Celestina</i> de Feliciano de Silva","authors":"Irati Calvo Martínez","doi":"10.1080/14636204.2023.2272038","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"RESUMENEn las continuaciones e imitaciones de la Tragicomedia de Calisto y Melibea las prostitutas, alcahuetas y rufianes cobran un especial protagonismo. La Segunda Celestina de Feliciano de Silva (1534) sigue con la caracterización de las discípulas de la alcahueta, Elicia y Areúsa, e introduce un personaje nuevo, la prostituta de burdel Palana. A través de estas figuras podemos observar las dos caras de la prostitución en el siglo XVI: la prostitución pública, tolerada e incluso potenciada por las autoridades, y la prostitución clandestina, perseguida por la ley. La caracterización de estas mujeres y la concepción que tiene de ellas el resto de personajes son dicotómicas: las clandestinas son descritas como mujeres bellas que pertenecen a una clase superior a la de Palana, una vieja “borracha, bellaca y establera”. Este artículo quiere analizar estas dos realidades con el objetivo de llevar a cabo una primera aproximación a la caracterización de la prostituta literaria. Se observarán las similitudes y divergencias entre ellas para contribuir a la fijación de una tipología de los personajes femeninos marginales de la literatura, en este caso, del personaje de la prostituta, que permita entender de una forma más amplia al tipo de la ramera y al ciclo celestinesco.PALABRAS CLAVE: Segunda CelestinaFeliciano de Silvacelestinescaprostitutatipología Disclosure statementNo potential conflict of interest was reported by the author(s).FinanciaciónEste artículo está financiado por el programa predoctoral de formación de personal investigador no doctor del Departamento de Educación del Gobierno Vasco. Se inserta en el grupo de investigación Sociedades, Procesos, Culturas (siglos VIII a XVIII) (IT 1465–1422) y dentro del proyecto Disrupciones y continuidades en el proceso de la modernidad, siglos XVI-XIX: Un análisis multidisciplinar (Historia, Arte, Literatura) (PID2020-114496RB-I00).Notes1 Las ordenanzas más relevantes para el sistema de regulación de las mancebías fueron la Ordenanza del Padre de Mancebía (1538) del reino de Granada, las de Sevilla en 1553 y su ampliación por Felipe II en 1571. Las Ordenanzas de Sevilla se extendieron a toda la Península (López Beltrán Citation2003; Citation2004).2 Contamos con cuatro ediciones anteriores a 1559, antes de que se incluyera en el Índice de libros prohibidos de Valdés: la primera, impresa en Medina del Campo en 1534 por Pedro Tovans; la segunda, en Venecia en 1536 por Stephano da Sabio; la tercera, en Salamanca en 1536 por Pedro de Castro, y la última, en Amberes. Respecto a esta, no hay información sobre la fecha ni sobre el impresor, aunque se estima que pudo ser de 1540 o de 1550. La obra está dividida en cuarenta cenas, con sus respectivos argumentos. La Segunda Celestina es la primera continuación de La Celestina y fue tan exitosa que se convirtió en modelo de las siguientes continuaciones e imitaciones de la obra de Rojas (Baranda Leturio Citation1992).3 Los trece personajes de la Tragicomedia pasan a ser treinta y seis en la obra de Feliciano de Silva (Baranda Leturio Citation1992).4 Las mujeres se iniciaron en el oficio prostibulario por cuestiones económicas y sociales. La pobreza era el principal móvil de aquellas mujeres que, sin recursos, necesitaban subsistir. La pérdida de la honra, ya fuera por violación o por adulterio, era otra de las principales causas para caer en la prostitución (Fernández Sobremazas Citation2006; Molina Molina Citation2008). En algunos casos, los propios padres y maridos eran quienes obligaban a las mujeres a ejercer el oficio. Muchas de las mujeres públicas huían de la miseria de sus lugares de origen o de sus malas situaciones familiares. Estos factores, unidos al desempleo y los salarios insuficientes obligaron a muchas mujeres a prostituirse (Perry Citation1978).5 En la Comedia Tinelaria de Torres Naharro, Barrabás se queja de que Lucrecia, su amante, gasta todo lo que él le da: “De contino / le doy pan, y carne, y vino / que suma buenos cuatrines, / que al menos cada camino / se lleva cinco carlines. … Mas es necia. / Harto le digo: Lucrecia, / conserva mi buen partido; / mas el bien nunca se precia / hasta después qu'es perdido” (Citation2013, 448).6 Esta oración en boca de las prostitutas se repite a lo largo de todo el género celestinesco. Por ejemplo, en la Comedia Selvagia Libina hace uso de este recurso para manifestar que es una prostituta de cierta categoría que no ofrece su cuerpo a cualquiera. Le dice a Escalión: “Ce, señor, por vuestra vida, que os tengáis en vos, que no soy de las que pensáis” (Villegas Selvago Citation2014, 272).7 A pesar de que sus clientes sepan que son prostitutas, su condición de rameras de categoría les permite exigir un cierto grado de exclusividad. En el caso de ser descubiertas con otros amantes, podían sufrir agresiones por parte de ellos y podían causar reyertas en las calles.8 Según estas autoras, las continuaciones del género celestinesco serían las siguientes: la Segunda Celestina de Feliciano de Silva (1534), la Tercera parte de la comedia de Celestina de Gaspar Gómez de Toledo (1536), la Tragicomedia de Lisandro y Roselia de Sancho de Muñón (1542), la Tragedia Policiana de Sebastián Fernández (1547), la Comedia Florinea de Juan Rodríguez Florián (1554), la Comedia llamada Selvagia de Alonso de Villegas (1554) y la anónima Tragicomedia de Polidoro y Casandrina (1591).9 En germanía, la “parroquiana del deleite” sería la prostituta (Chamorro Citation2002, 634). Por extensión, se entiende por parroquia la mancebía.10 En la Tercera Celestina la prostituta de burdel Ancona es agredida brutalmente por su rufián Bravonel en el auto XLIV: “¡Ay! ¡Ay! Justicia, justicia; que me a vañado en sangre! ¡Ay, muelas quebradas! Malvado, ¿qué te he hecho que ansí me tratas? Acábote de dar lo que tengo, y dásme esto en pago por ser tan perverso como eres. Te he soffrido cada día tus bellaquerías secretas porque no me lastimases en público” (Gómez de Toledo Citation1966, 348).11 La ciudad de Bujía fue incorporada a los dominios de la Corona de Castilla tras la toma de Orán en 1510. Las ordenanzas de Bujía son fruto de tres fases recopiladoras entre 1536 y 1540 que propiciaron la regulación de determinadas actividades y servicios, entre ellas la mancebía (López Beltrán Citation1984). Se regularon las tasas que debían pagar los soldados que utilizasen los servicios de las prostitutas, se prohibieron los regalos de un valor superior a cuatro reales para estas mujeres y se trató de prohibir la tenencia de rufianes, entre otras medidas (López Beltrán Citation1984).12 Dentro de lo subalterno también existe una defensa feroz de la honra. En este caso, se observa cómo las clandestinas Elicia y Areúsa no pueden igualarse a las públicas porque estas son quienes escogen sus clientes y han de ser cortejadas por ellos primero. Ceder a las pulsiones sexuales de un hombre de poco dinero y de baja estofa sería igualarse con Palana, que acepta en su lecho a todo aquel que pague. Además, las clandestinas han de mantener su oficio en secreto y fingir ser mujeres honestas. Si son descubiertas, pierden su honra.13 “La cosa que por haberla metido en el agua se ha deslustrado. Deslavado, el desvergonzado. Deslavamiento, descaramiento, propia pasión de mujeres, y muchachos” (Covarrubias Citation2006, 690). Con “deslabada” Elicia puede estar refiriéndose a dos cuestiones: por un lado, puede hacer alusión a la vejez de Palana; por otro, a su atrevimiento.14 “Uno de los nombres que se dan a las malas mujeres y perdidas; y díjose así, según algunos, quasi vagasa, porque anda vagando por el mundo sin tener propio dueño” (Covarrubias Citation2006, 276).15 En la Comedia Himenea, Turpedio le dice a Doresta lo siguiente: “Pues si alcanzarte pudiera, / por eso que agora dices / te cortara las narices, / ¡doña puerca escopetera!” (Torres Naharro Citation2013, 580). Según la edición de la comedia de Vélez-Sainz (Citation2013), en esos versos se entremezclan imágenes de la tradición misógina medieval –la mujer como un cerdo– y la antisemita –“le cortaré las narices”– . Sin embargo, en este caso parece poco probable que Elicia se esté refiriendo a la cuestión étnico-religiosa. Es probable que Elicia esté haciendo alusión a una antigua costumbre medieval que consistía en mutilar la nariz a aquellas mujeres que ejercían la prostitución clandestina y que provocaban reyertas en las calles (Ramos Vázquez Citation2005).16 Ramos Vázquez (Citation2005) señala que a finales del siglo XV la sífilis se propagó rápidamente entre las mujeres del burdel y sus clientes, lo que trajo consigo una epidemia difícil de controlar. Las autoridades no permitían que una mujer enferma de sífilis trabajase dentro del burdel. Es interesante que Palana siga ejerciendo el oficio a pesar de su enfermedad.Additional informationNotes on contributorsIrati Calvo MartínezIrati Calvo Martínez realizó el grado en Filología en la Universidad del País Vasco (2016–2020) y cursó el Máster en Literatura Española en la Universidad Complutense de Madrid (2020–2021). Actualmente pertenece al personal investigador no-doctor de la Universidad del País Vasco y desde el año 2022 disfruta de una ayuda de formación predoctoral concedida por el Departamento de Educación del Gobierno Vasco en la Universidad del País Vasco. Su tesis tiene como objetivo establecer una tipología de los personajes femeninos del mundo del hampa en los siglos XVI y XVII, con especial interés en el personaje de la pícara, la prostituta, la bruja, la hechicera y la alcahueta. Correo electrónico: irati.calvo@ehu.eus","PeriodicalId":44289,"journal":{"name":"Journal of Spanish Cultural Studies","volume":"1 3","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.2000,"publicationDate":"2023-11-06","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Journal of Spanish Cultural Studies","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.1080/14636204.2023.2272038","RegionNum":4,"RegionCategory":"社会学","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"Q4","JCRName":"CULTURAL STUDIES","Score":null,"Total":0}
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RESUMENEn las continuaciones e imitaciones de la Tragicomedia de Calisto y Melibea las prostitutas, alcahuetas y rufianes cobran un especial protagonismo. La Segunda Celestina de Feliciano de Silva (1534) sigue con la caracterización de las discípulas de la alcahueta, Elicia y Areúsa, e introduce un personaje nuevo, la prostituta de burdel Palana. A través de estas figuras podemos observar las dos caras de la prostitución en el siglo XVI: la prostitución pública, tolerada e incluso potenciada por las autoridades, y la prostitución clandestina, perseguida por la ley. La caracterización de estas mujeres y la concepción que tiene de ellas el resto de personajes son dicotómicas: las clandestinas son descritas como mujeres bellas que pertenecen a una clase superior a la de Palana, una vieja “borracha, bellaca y establera”. Este artículo quiere analizar estas dos realidades con el objetivo de llevar a cabo una primera aproximación a la caracterización de la prostituta literaria. Se observarán las similitudes y divergencias entre ellas para contribuir a la fijación de una tipología de los personajes femeninos marginales de la literatura, en este caso, del personaje de la prostituta, que permita entender de una forma más amplia al tipo de la ramera y al ciclo celestinesco.PALABRAS CLAVE: Segunda CelestinaFeliciano de Silvacelestinescaprostitutatipología Disclosure statementNo potential conflict of interest was reported by the author(s).FinanciaciónEste artículo está financiado por el programa predoctoral de formación de personal investigador no doctor del Departamento de Educación del Gobierno Vasco. Se inserta en el grupo de investigación Sociedades, Procesos, Culturas (siglos VIII a XVIII) (IT 1465–1422) y dentro del proyecto Disrupciones y continuidades en el proceso de la modernidad, siglos XVI-XIX: Un análisis multidisciplinar (Historia, Arte, Literatura) (PID2020-114496RB-I00).Notes1 Las ordenanzas más relevantes para el sistema de regulación de las mancebías fueron la Ordenanza del Padre de Mancebía (1538) del reino de Granada, las de Sevilla en 1553 y su ampliación por Felipe II en 1571. Las Ordenanzas de Sevilla se extendieron a toda la Península (López Beltrán Citation2003; Citation2004).2 Contamos con cuatro ediciones anteriores a 1559, antes de que se incluyera en el Índice de libros prohibidos de Valdés: la primera, impresa en Medina del Campo en 1534 por Pedro Tovans; la segunda, en Venecia en 1536 por Stephano da Sabio; la tercera, en Salamanca en 1536 por Pedro de Castro, y la última, en Amberes. Respecto a esta, no hay información sobre la fecha ni sobre el impresor, aunque se estima que pudo ser de 1540 o de 1550. La obra está dividida en cuarenta cenas, con sus respectivos argumentos. La Segunda Celestina es la primera continuación de La Celestina y fue tan exitosa que se convirtió en modelo de las siguientes continuaciones e imitaciones de la obra de Rojas (Baranda Leturio Citation1992).3 Los trece personajes de la Tragicomedia pasan a ser treinta y seis en la obra de Feliciano de Silva (Baranda Leturio Citation1992).4 Las mujeres se iniciaron en el oficio prostibulario por cuestiones económicas y sociales. La pobreza era el principal móvil de aquellas mujeres que, sin recursos, necesitaban subsistir. La pérdida de la honra, ya fuera por violación o por adulterio, era otra de las principales causas para caer en la prostitución (Fernández Sobremazas Citation2006; Molina Molina Citation2008). En algunos casos, los propios padres y maridos eran quienes obligaban a las mujeres a ejercer el oficio. Muchas de las mujeres públicas huían de la miseria de sus lugares de origen o de sus malas situaciones familiares. Estos factores, unidos al desempleo y los salarios insuficientes obligaron a muchas mujeres a prostituirse (Perry Citation1978).5 En la Comedia Tinelaria de Torres Naharro, Barrabás se queja de que Lucrecia, su amante, gasta todo lo que él le da: “De contino / le doy pan, y carne, y vino / que suma buenos cuatrines, / que al menos cada camino / se lleva cinco carlines. … Mas es necia. / Harto le digo: Lucrecia, / conserva mi buen partido; / mas el bien nunca se precia / hasta después qu'es perdido” (Citation2013, 448).6 Esta oración en boca de las prostitutas se repite a lo largo de todo el género celestinesco. Por ejemplo, en la Comedia Selvagia Libina hace uso de este recurso para manifestar que es una prostituta de cierta categoría que no ofrece su cuerpo a cualquiera. Le dice a Escalión: “Ce, señor, por vuestra vida, que os tengáis en vos, que no soy de las que pensáis” (Villegas Selvago Citation2014, 272).7 A pesar de que sus clientes sepan que son prostitutas, su condición de rameras de categoría les permite exigir un cierto grado de exclusividad. En el caso de ser descubiertas con otros amantes, podían sufrir agresiones por parte de ellos y podían causar reyertas en las calles.8 Según estas autoras, las continuaciones del género celestinesco serían las siguientes: la Segunda Celestina de Feliciano de Silva (1534), la Tercera parte de la comedia de Celestina de Gaspar Gómez de Toledo (1536), la Tragicomedia de Lisandro y Roselia de Sancho de Muñón (1542), la Tragedia Policiana de Sebastián Fernández (1547), la Comedia Florinea de Juan Rodríguez Florián (1554), la Comedia llamada Selvagia de Alonso de Villegas (1554) y la anónima Tragicomedia de Polidoro y Casandrina (1591).9 En germanía, la “parroquiana del deleite” sería la prostituta (Chamorro Citation2002, 634). Por extensión, se entiende por parroquia la mancebía.10 En la Tercera Celestina la prostituta de burdel Ancona es agredida brutalmente por su rufián Bravonel en el auto XLIV: “¡Ay! ¡Ay! Justicia, justicia; que me a vañado en sangre! ¡Ay, muelas quebradas! Malvado, ¿qué te he hecho que ansí me tratas? Acábote de dar lo que tengo, y dásme esto en pago por ser tan perverso como eres. Te he soffrido cada día tus bellaquerías secretas porque no me lastimases en público” (Gómez de Toledo Citation1966, 348).11 La ciudad de Bujía fue incorporada a los dominios de la Corona de Castilla tras la toma de Orán en 1510. Las ordenanzas de Bujía son fruto de tres fases recopiladoras entre 1536 y 1540 que propiciaron la regulación de determinadas actividades y servicios, entre ellas la mancebía (López Beltrán Citation1984). Se regularon las tasas que debían pagar los soldados que utilizasen los servicios de las prostitutas, se prohibieron los regalos de un valor superior a cuatro reales para estas mujeres y se trató de prohibir la tenencia de rufianes, entre otras medidas (López Beltrán Citation1984).12 Dentro de lo subalterno también existe una defensa feroz de la honra. En este caso, se observa cómo las clandestinas Elicia y Areúsa no pueden igualarse a las públicas porque estas son quienes escogen sus clientes y han de ser cortejadas por ellos primero. Ceder a las pulsiones sexuales de un hombre de poco dinero y de baja estofa sería igualarse con Palana, que acepta en su lecho a todo aquel que pague. Además, las clandestinas han de mantener su oficio en secreto y fingir ser mujeres honestas. Si son descubiertas, pierden su honra.13 “La cosa que por haberla metido en el agua se ha deslustrado. Deslavado, el desvergonzado. Deslavamiento, descaramiento, propia pasión de mujeres, y muchachos” (Covarrubias Citation2006, 690). Con “deslabada” Elicia puede estar refiriéndose a dos cuestiones: por un lado, puede hacer alusión a la vejez de Palana; por otro, a su atrevimiento.14 “Uno de los nombres que se dan a las malas mujeres y perdidas; y díjose así, según algunos, quasi vagasa, porque anda vagando por el mundo sin tener propio dueño” (Covarrubias Citation2006, 276).15 En la Comedia Himenea, Turpedio le dice a Doresta lo siguiente: “Pues si alcanzarte pudiera, / por eso que agora dices / te cortara las narices, / ¡doña puerca escopetera!” (Torres Naharro Citation2013, 580). Según la edición de la comedia de Vélez-Sainz (Citation2013), en esos versos se entremezclan imágenes de la tradición misógina medieval –la mujer como un cerdo– y la antisemita –“le cortaré las narices”– . Sin embargo, en este caso parece poco probable que Elicia se esté refiriendo a la cuestión étnico-religiosa. Es probable que Elicia esté haciendo alusión a una antigua costumbre medieval que consistía en mutilar la nariz a aquellas mujeres que ejercían la prostitución clandestina y que provocaban reyertas en las calles (Ramos Vázquez Citation2005).16 Ramos Vázquez (Citation2005) señala que a finales del siglo XV la sífilis se propagó rápidamente entre las mujeres del burdel y sus clientes, lo que trajo consigo una epidemia difícil de controlar. Las autoridades no permitían que una mujer enferma de sífilis trabajase dentro del burdel. Es interesante que Palana siga ejerciendo el oficio a pesar de su enfermedad.Additional informationNotes on contributorsIrati Calvo MartínezIrati Calvo Martínez realizó el grado en Filología en la Universidad del País Vasco (2016–2020) y cursó el Máster en Literatura Española en la Universidad Complutense de Madrid (2020–2021). Actualmente pertenece al personal investigador no-doctor de la Universidad del País Vasco y desde el año 2022 disfruta de una ayuda de formación predoctoral concedida por el Departamento de Educación del Gobierno Vasco en la Universidad del País Vasco. Su tesis tiene como objetivo establecer una tipología de los personajes femeninos del mundo del hampa en los siglos XVI y XVII, con especial interés en el personaje de la pícara, la prostituta, la bruja, la hechicera y la alcahueta. Correo electrónico: irati.calvo@ehu.eus
妓院或秘密:妓女Palana, Elicia和areosa在费利西亚诺·德·席尔瓦的第二塞莱斯蒂娜
根据这些作者的说法,天界属的延续如下:第二Celestina Feliciano Silva(1534),有三分之一的喜剧的Celestina Gaspar gomez托莱多(Lisandro 1536)、悲喜剧残肢和Sancho Roselia(1542)、塞巴斯蒂安·费尔南德斯(1547)Policiana的悲剧,喜剧Florinea Juan rodriguez,(1554),叫做喜剧Selvagia Villegas阿隆索(1554)和波利多尔和匿名的悲喜剧Casandrina (1591) .9在德国,“快乐的教区居民”是妓女(查莫罗引用2002:634)。“教区”一词的意思是“教区”。在第三个塞莱斯蒂娜,妓院妓女安科纳在XLIV汽车上被她的流氓Bravonel残忍地殴打:“唉!¡哦!正义、正义;让我流血!哦,破碎的牙齿!邪恶的,我对你做了什么,你对待我吗?不要放弃我所拥有的,把这个给我作为回报,因为你是如此的邪恶。我每天都在忍受你秘密的丑事,因为你没有在公共场合伤害我”(gomez de Toledo引文1966,348)在1510年占领奥兰之后,buja镇被并入卡斯提尔国王的领地。《火花塞条例》是1536年至1540年间三个收集阶段的结果,这三个阶段导致了对某些活动和服务的监管,包括la mancebia (lopez beltran Citation1984)。对使用妓女服务的士兵必须支付的费用进行了管制,禁止向这些妇女提供价值超过4里亚尔的礼物,并试图禁止拥有暴徒,以及其他措施(lopez beltran引文1984)在下级内部,也有对荣誉的激烈捍卫。在这种情况下,我们可以看到,秘密的Elicia和areusa不能与公开的Elicia相媲美,因为他们是客户选择的人,必须首先被他们追求。向一个身无分文、衣着简陋的男人的性冲动屈服,就等于把自己等同于帕拉纳,他在床上接受任何付钱的人。此外,秘密妇女必须对她们的工作保密,并假装是诚实的妇女。如果被发现,他们就失去了荣誉“把它放进水里的东西已经褪色了。洗净,无耻的人。“女人和男孩自己的激情”(Covarrubias引文2006,690)。通过“脱节”,Elicia可能指的是两个问题:一方面,她可能指的是Palana的老年;另一方面,他的大胆“坏女人和迷失女人的名字之一;在他的一生中,他被认为是一个流浪的人,因为他在世界各地游荡,没有自己的主人。在喜剧《Himenea》中,Turpedio对Doresta说:“好吧,如果我能赶上你,/这就是为什么agora说/我会割掉你的鼻子,/ dona puerca escopetera!= =地理= =根据美国人口普查,这个县的土地面积为。根据velez - sainz的喜剧版本(Citation2013),这些诗句混合了中世纪厌女传统的形象——女人像猪一样——和反犹传统的形象——“我要割他的鼻子”。然而,在这种情况下,Elicia似乎不太可能指的是种族-宗教问题。Elicia可能指的是一种古老的中世纪习俗,即对从事地下卖淫和挑起街头斗殴的妇女割掉鼻子。Ramos vazquez(引用2005)指出,在15世纪末,梅毒在妓院的妇女和她们的顾客中迅速传播,导致了一种难以控制的流行病。当局不允许患梅毒的妇女在妓院工作。有趣的是,帕拉纳尽管生病了,仍继续从事这一职业。sirati Calvo martinezirati Calvo martinez在巴斯克地区大学获得语言学学位(2016 - 2020),在马德里康普卢腾斯大学获得西班牙文学硕士学位(2020 - 2021)。他目前是巴斯克地区大学的非博士研究人员,自2022年以来,他一直受益于巴斯克地区大学巴斯克政府教育部授予的博士前培训援助。她的论文旨在建立16和17世纪黑社会女性角色的类型学,特别关注流氓、妓女、女巫、女巫和老鸨的角色。电子邮件:irati.calvo@ehu.eus
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