{"title":"La pedagogía de la Bauhaus como modelo para la expresión plural en las comunidades artísticas actuales","authors":"Milagros García Vázquez","doi":"10.4995/cep4.2019.10317","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"En 1933, un gobierno totalitario cerraba las puertas de una de las comunidades artísticas más significativas para la Historia del Arte del siglo XX y del actual, tanto desde el punto de vista de la creación, como de la pedagogía de las artes: la Bauhaus. Aquella clausura no supuso, sin embargo, su fin. En 1937 tomaría su testigo la New Bauhaus, abierta en Chicago por László Moholy-Nagy, uno de los profesores más influyentes en la plantilla de aquella institución creada por Walter Gropius en 1919. Su nombre ha variado desde entonces, «Chicago School of Design» (1939), «Institute of Design» (1944), hasta llegar a integrarse en el «Illinois Institute of Technology», existente en la actualidad. El paréntesis entre dos guerras mundiales había sido ocasión para el encuentro de artistas, especialistas en diversos ámbitos de la creación y de diferentes orígenes culturales, con un objetivo común, formar a otros creadores para «desear, proyectar y crear todos juntos la nueva estructura del futuro», como decía Gropius en el manifiesto original. Su pretendido final, impuesto por un régimen político, encontró su punto y aparte en un estado democrático al otro lado del Atlántico, dando pie no solo a una iniciativa mantenida a nivel académico en el Instituto de Illinois, sino inspirando a otra, fuera de las estructuras estatales, que puede servir a su vez como ejemplo de aplicación creativa del presente disenso en las culturas democráticas. Precisamente en Chicago surgiría, en 1990, un proyecto de la mano de la Fundación MacArthur, para potenciar la diversidad artística y cultural y orientarla hacia una meta, reconocer y promover procesos creativos y nuevas ideas como cauces esenciales en la mejora de la vida. Se dotaría económicamente a una serie de instituciones artísticas, colonias, comunidades o residencias de artistas, para celebrar un encuentro llamado «Special Initiative on Artists». De aquella reunión que tuvo lugar en 1991, surgió la creación de un consorcio internacional de comunidades artísticas, hoy conocida como «Alliance of Artists Communities», donde la formación y la puesta en común de trabajos y nuevos proyectos son los ejes fundamentales. Quizá pueda ser este un ejemplo de salto creativo por encima de las barreras de las políticas del consenso, si fracasan, o del desacuerdo, si tienen lugar.","PeriodicalId":143738,"journal":{"name":"Libro de actas. IV Congreso Internacional Estética y Política: Poéticas del desacuerdo para una democracia plural","volume":null,"pages":null},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2019-10-30","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Libro de actas. IV Congreso Internacional Estética y Política: Poéticas del desacuerdo para una democracia plural","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.4995/cep4.2019.10317","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
引用次数: 0
Abstract
En 1933, un gobierno totalitario cerraba las puertas de una de las comunidades artísticas más significativas para la Historia del Arte del siglo XX y del actual, tanto desde el punto de vista de la creación, como de la pedagogía de las artes: la Bauhaus. Aquella clausura no supuso, sin embargo, su fin. En 1937 tomaría su testigo la New Bauhaus, abierta en Chicago por László Moholy-Nagy, uno de los profesores más influyentes en la plantilla de aquella institución creada por Walter Gropius en 1919. Su nombre ha variado desde entonces, «Chicago School of Design» (1939), «Institute of Design» (1944), hasta llegar a integrarse en el «Illinois Institute of Technology», existente en la actualidad. El paréntesis entre dos guerras mundiales había sido ocasión para el encuentro de artistas, especialistas en diversos ámbitos de la creación y de diferentes orígenes culturales, con un objetivo común, formar a otros creadores para «desear, proyectar y crear todos juntos la nueva estructura del futuro», como decía Gropius en el manifiesto original. Su pretendido final, impuesto por un régimen político, encontró su punto y aparte en un estado democrático al otro lado del Atlántico, dando pie no solo a una iniciativa mantenida a nivel académico en el Instituto de Illinois, sino inspirando a otra, fuera de las estructuras estatales, que puede servir a su vez como ejemplo de aplicación creativa del presente disenso en las culturas democráticas. Precisamente en Chicago surgiría, en 1990, un proyecto de la mano de la Fundación MacArthur, para potenciar la diversidad artística y cultural y orientarla hacia una meta, reconocer y promover procesos creativos y nuevas ideas como cauces esenciales en la mejora de la vida. Se dotaría económicamente a una serie de instituciones artísticas, colonias, comunidades o residencias de artistas, para celebrar un encuentro llamado «Special Initiative on Artists». De aquella reunión que tuvo lugar en 1991, surgió la creación de un consorcio internacional de comunidades artísticas, hoy conocida como «Alliance of Artists Communities», donde la formación y la puesta en común de trabajos y nuevos proyectos son los ejes fundamentales. Quizá pueda ser este un ejemplo de salto creativo por encima de las barreras de las políticas del consenso, si fracasan, o del desacuerdo, si tienen lugar.