{"title":"Regulación homeostática del hierro y su papel en el estado normal y anormal de hierro en la lactancia y la infancia","authors":"Bo Lönnerdal, O. Hernell","doi":"10.1159/000324425","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"El hierro es importante en el desarrollo neural y la función cognitiva y, en conjunto, previene la deficiencia de hierro; y la anemia por carencia de hierro sigue siendo una prioridad fundamental. Los lactantes a término alimentados con leche materna y los lactantes alimentados con leche enriquecida con hierro presentan habitualmente un estado de hierro satisfactorio durante los seis primeros meses de vida; No obstante, todavía existen ambigüedades en la evaluación del estado de hierro en lactantes y en cómo satisfacer adecuadamente sus necesidades de hierro. Esto resulta particularmente evidente en el caso de los lactantes prematuros, que nacen con depósitos de hierro bajos y para quienes las recomendaciones sobre la provisión de hierro varían considerablemente. En parte, esto puede deberse a la inmadurez de la regulación de la homeostasis del hierro en lactantes pequeños. Mientras que los lactantes de 9 meses edad parecen capaces de regular por disminución la absorción de hierro cuando están repletos de este nutriente, los lactantes de 6 meses carecen de esta capacidad. Aunque el hierro puede administrarse en forma de gotas o de productos enriquecidos con hierro, las formas suministradas pueden ser metabolizadas de manera diferente, y el exceso de hierro en gotas puede causar efectos adversos, posiblemente debido a una capacidad limitada para regular la absorción de hierro por parte de lactantes pequeños. Los efectos adversos se manifiestan mediante un retraso en el crecimiento: en lactantes bien nutridos por disminución en la ganancia de longitud, en poblaciones nutridas deficientemente por una menor ganancia de peso. Se desconoce el mecanismo que subyace al retraso en el crecimiento, pero pueden participar efectos mediados por radicales libres de hierro o una interacción con la absorción y la homeostasis del cinc. En consecuencia, parece que no deben administrarse gotas de hierro a lactantes repletos del mismo.","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"21 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2011-03-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Annales Nestlé (Ed. española)","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.1159/000324425","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
El hierro es importante en el desarrollo neural y la función cognitiva y, en conjunto, previene la deficiencia de hierro; y la anemia por carencia de hierro sigue siendo una prioridad fundamental. Los lactantes a término alimentados con leche materna y los lactantes alimentados con leche enriquecida con hierro presentan habitualmente un estado de hierro satisfactorio durante los seis primeros meses de vida; No obstante, todavía existen ambigüedades en la evaluación del estado de hierro en lactantes y en cómo satisfacer adecuadamente sus necesidades de hierro. Esto resulta particularmente evidente en el caso de los lactantes prematuros, que nacen con depósitos de hierro bajos y para quienes las recomendaciones sobre la provisión de hierro varían considerablemente. En parte, esto puede deberse a la inmadurez de la regulación de la homeostasis del hierro en lactantes pequeños. Mientras que los lactantes de 9 meses edad parecen capaces de regular por disminución la absorción de hierro cuando están repletos de este nutriente, los lactantes de 6 meses carecen de esta capacidad. Aunque el hierro puede administrarse en forma de gotas o de productos enriquecidos con hierro, las formas suministradas pueden ser metabolizadas de manera diferente, y el exceso de hierro en gotas puede causar efectos adversos, posiblemente debido a una capacidad limitada para regular la absorción de hierro por parte de lactantes pequeños. Los efectos adversos se manifiestan mediante un retraso en el crecimiento: en lactantes bien nutridos por disminución en la ganancia de longitud, en poblaciones nutridas deficientemente por una menor ganancia de peso. Se desconoce el mecanismo que subyace al retraso en el crecimiento, pero pueden participar efectos mediados por radicales libres de hierro o una interacción con la absorción y la homeostasis del cinc. En consecuencia, parece que no deben administrarse gotas de hierro a lactantes repletos del mismo.