{"title":"Escribir para construir: la imagen de la reina Juana Enríquez en la correspondencia y la cronística del siglo XV","authors":"Lledó Ruiz Domingo","doi":"10.1515/9783110596755-007","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"En la construcción de la memoria el recuerdo de ciertos hechos es tan importante como fomentar el olvido de otros, permitiendo, así, moldear el balance de un personaje o de una institución con el paso del tiempo. Por eso, los monarcas medievales destinaron enormes esfuerzos a intentar legitimar su gobierno y transmitir una imagen determinada de si mismos como gobernantes. Aunque múltiples y no siempre exitosos, los mecanismos de construcción de la memoria regia cobraban especial interés en momentos de especial debilidad de la legitimidad institución, en aspectos como sus orígenes o durante de una crisis dinástica.1 Este artículo, se enmarca en un escenario de debilidad de la institución monárquica, en el que se fomentó, a través de la escritura, una legitimación de Juana Enríquez como reina de la Corona de Aragón. Tras la muerte de Alfonso el Magnánimo en 1458, los nuevos reyes de la Corona de Aragón fueron Juan II y su esposa Juana Enríquez. Los monarcas llegaron al trono con una complicada situación previa. Juan era rey de Navarra por su matrimonio con Blanca de Navarra, quien a su muerte dejó a su hijo Carlos, Príncipe de Viana, como heredero, aunque este no tomaría el título de rey sin la aprobación de su padre. Sin embargo, esta aprobación no llegó y Juan se perpetuó en el trono trabando una profunda enemistad con su hijo que se materializaría en una guerra entre ambos, la conocida como guerra civil navarra en 1451.2","PeriodicalId":343841,"journal":{"name":"Voces de mujeres en la Edad Media","volume":"246 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2018-10-22","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"1","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Voces de mujeres en la Edad Media","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.1515/9783110596755-007","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
En la construcción de la memoria el recuerdo de ciertos hechos es tan importante como fomentar el olvido de otros, permitiendo, así, moldear el balance de un personaje o de una institución con el paso del tiempo. Por eso, los monarcas medievales destinaron enormes esfuerzos a intentar legitimar su gobierno y transmitir una imagen determinada de si mismos como gobernantes. Aunque múltiples y no siempre exitosos, los mecanismos de construcción de la memoria regia cobraban especial interés en momentos de especial debilidad de la legitimidad institución, en aspectos como sus orígenes o durante de una crisis dinástica.1 Este artículo, se enmarca en un escenario de debilidad de la institución monárquica, en el que se fomentó, a través de la escritura, una legitimación de Juana Enríquez como reina de la Corona de Aragón. Tras la muerte de Alfonso el Magnánimo en 1458, los nuevos reyes de la Corona de Aragón fueron Juan II y su esposa Juana Enríquez. Los monarcas llegaron al trono con una complicada situación previa. Juan era rey de Navarra por su matrimonio con Blanca de Navarra, quien a su muerte dejó a su hijo Carlos, Príncipe de Viana, como heredero, aunque este no tomaría el título de rey sin la aprobación de su padre. Sin embargo, esta aprobación no llegó y Juan se perpetuó en el trono trabando una profunda enemistad con su hijo que se materializaría en una guerra entre ambos, la conocida como guerra civil navarra en 1451.2