La experiencia turística imposible.

Abstract

La economía de Menorca depende del turismo y la construcción. Considerada “Reserva de la Biosfera”, sus principales atractivos están vinculados al sol y la playa. Consecuentemente, su política turística apuesta de forma decidida por la promoción y la atracción de visitantes. La capital de la isla, Maó, cuenta con una planificación estratégica que, sin embargo, deja de lado importantes recursos que podrían ponerse al servicio del turismo. Este es el caso de les Festes de Gràcia, las cuales han quedado fuera de su posible inclusión dentro del abanico de elementos a disposición del turismo experiencial. En el presente artículo se exploran las causas de esta exclusión a través de un trabajo etnográfico prolongado sobre el terreno y centrado en esta particular fiesta del archipiélago balear.