{"title":"El museo desaparecido. Las colecciones del Museo Frissell de Arte Zapoteca de Mitla (Oaxaca, México)","authors":"Pascal Mongne","doi":"10.32873/unl.dc.zea.1418","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"San Pablo Villa de Mitla –ubicado a unos 50 km al este de Oaxaca de Juárez, capital del estado mexicano del mismo nombre– es célebre por sus ruinas precolombinas visitadas desde la época colonial. Pero el pueblo de Mitla –como se lo conoce comúnmente– también es –o más bien era– famoso por su museo: El Museo Frissell de Arte Zapoteco, una institución privada que apareció a principios de los años 50 y reunió la colección de arte zapoteca más importante del mundo, después de las del Museo Nacional de México y del Museo Regional de Oaxaca. Entre estas piezas, había un gran número de urnas funerarias, objetos –por excelencia– representativos de esa cultura local, que floreció durante el primer milenio de nuestra Era. Conocido y apreciado por los turistas y los científicos que, durante su visita a las ruinas cercanas, no dejaban de pararse en el museo, éste fue, sin embargo, cerrado en 1995 y, unos diez años más tarde, vaciado de sus colecciones; lo que desencadenó una violenta polémica entre las autoridades del Estado de Oaxaca y las asociaciones locales que reivindican la devolución de las colecciones. Este breve texto no pretende ser un estudio histórico, sino que debe considerarse como una recogida de recuerdos y un homenaje a quienes animaron una institución con la que muchos investigadores (incluido el autor de las presentes líneas) están en deuda: Ervin Frissell (1882-1978), Howard Leigh (1896-1981) y, especialmente, John Paddock (1918-1998).","PeriodicalId":213927,"journal":{"name":"Zea Books","volume":"31 3 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"1900-01-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Zea Books","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.32873/unl.dc.zea.1418","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
San Pablo Villa de Mitla –ubicado a unos 50 km al este de Oaxaca de Juárez, capital del estado mexicano del mismo nombre– es célebre por sus ruinas precolombinas visitadas desde la época colonial. Pero el pueblo de Mitla –como se lo conoce comúnmente– también es –o más bien era– famoso por su museo: El Museo Frissell de Arte Zapoteco, una institución privada que apareció a principios de los años 50 y reunió la colección de arte zapoteca más importante del mundo, después de las del Museo Nacional de México y del Museo Regional de Oaxaca. Entre estas piezas, había un gran número de urnas funerarias, objetos –por excelencia– representativos de esa cultura local, que floreció durante el primer milenio de nuestra Era. Conocido y apreciado por los turistas y los científicos que, durante su visita a las ruinas cercanas, no dejaban de pararse en el museo, éste fue, sin embargo, cerrado en 1995 y, unos diez años más tarde, vaciado de sus colecciones; lo que desencadenó una violenta polémica entre las autoridades del Estado de Oaxaca y las asociaciones locales que reivindican la devolución de las colecciones. Este breve texto no pretende ser un estudio histórico, sino que debe considerarse como una recogida de recuerdos y un homenaje a quienes animaron una institución con la que muchos investigadores (incluido el autor de las presentes líneas) están en deuda: Ervin Frissell (1882-1978), Howard Leigh (1896-1981) y, especialmente, John Paddock (1918-1998).